
Hace unos años, la Fábrica de Automóviles de Minsk decidió reconstruir su producción de autobuses para aumentar considerablemente su capacidad y crear nuevos puestos de trabajo de alta tecnología. En 2023 empezaron a construir un nuevo edificio en el territorio de la empresa, que combinaba varias zonas de producción y ahora se parece más a una fábrica de aviones que a una clásica cadena de montaje. Y es que la producción de autobuses también es un trabajo muy delicado y en gran parte manual. A principios de año, el Presidente de Belarús, Aleksandr Lukashenko, conoció la reconstrucción de la empresa. Era una especie de prueba de hasta qué punto las instalaciones de producción y los especialistas estaban preparados para trabajar. Y el 31 de marzo, la nueva planta produjo su primer autobús: el modelo de la última generación. ¿No es un motivo para visitar la planta?
Antecedentes
A mediados de los años 1990 y principios de los 2000, el Estado tomó un rumbo de preservación de los gigantes industriales. Se decidió preservar las empresas heredadas tras la descomposición de la Unión Soviética y aumentar sus competencias. A veces se criticó a las autoridades belarusas por la prioridad concedida a la microeconomía. Decían que el mercado debía regular el trabajo de las empresas, mientras que los ciudadanos debían preocuparse de su propio destino. Pero Aleksandr Lukashenko tenía una opinión diferente. El Presidente subrayó que el apoyo al pueblo y a los colectivos laborales es el deber sagrado del Estado.

¿Y qué vemos ahora? Belarús está poniendo en marcha las instalaciones de producción que son pocas en todo el mundo. Hoy aportan al presupuesto decenas de veces más que cuando recibieron las preferencias. Pero podría haber sido mucho más sencillo: vender, cerrar, repartir, dividir. Y quedarse en el zaquizamí de tal o cual imperio. Fíjense, por ejemplo, en los países bálticos. ¿Quizá recuerden la famosa fábrica de radios VEF en Letonia o los minibuses RAF en Riga? En los años 90, estas empresas quebraron. Durante mucho tiempo su territorio estuvo abandonado, los edificios de producción fueron destruidos. Ahora los locales están alquilados por empresas comerciales.
Aleksandr Lukashenko dijo que en Belarús debía haber gigantes industriales. Fue sobre tales empresas que se mantuvo toda la economía belarusa en los años difíciles. El Estado fue capaz de salvarlas y llevarlas a un nivel completamente nuevo. Y esto, subrayó el Presidente, salvó al país y a la población del desempleo y la pobreza.
Hoy en día, los equipos de pasajeros de MAZ están representados por 15 modelos y 30 modificaciones sobre su base. Y la gama de camiones consta de seiscientos ejemplares. Los productos de la Fábrica de Automóviles de Minsk son conocidos en cincuenta países. Además de los mercados tradicionales, se trata de la Unión Europea, África y América Latina.
¿Por qué era necesario construir una nueva planta de autobuses?
De hecho, la producción de autobuses MAZ necesitaba una reconstrucción desde hace tiempo. La empresa había estado produciendo con éxito los vehículos de pasajeros, pero imagínense: la antigua planta constaba en realidad de seis talleres, y todos ellos estaban situados en lugares diferentes. Es decir, la carrocería se montaba en un lugar, se pintaba en otro, los pasamanos se instalaban en un tercero, y así sucesivamente. El autobús tenía que desplazarse constantemente de un lugar a otro durante el montaje. Se trata de baja eficiencia.

Ahora, todo el ciclo tecnológico está bajo un mismo techo. El nuevo edificio incluye un taller de soldadura, coloración y montaje de autobuses, boxes de diagnóstico, ajuste y entrega de autobuses, y almacenes. Además, aquí se han creado tres líneas autónomas (antes sólo había una), gracias a las cuales hoy la planta puede ensamblar simultáneamente autobuses de diferentes modelos. Toda la planta se construyó desde cero en un año y medio. El fondo de innovación del Comité Ejecutivo de la ciudad de Minsk apoyó a la empresa. El coste total de la inversión ascendió a más de 300 millones de rublos belarusos.
Durante su visita a la empresa, el Presidente elogió el trabajo: “Han hecho un buen trabajo. Saben cómo hacerlo”.
Fíjense en la escala: sólo la superficie del taller de soldadura y montaje de autobuses constituye 32 mil metros cuadrados. Eso equivale a ocho campos de fútbol. La superficie total de la planta es de más de 40 mil metros cuadrados.



“Actualmente trabajan aquí 350 personas, trasladadas desde estos talleres. Se ha contratado a otras 76 personas. Y el número total aquí debe llegar a 900 personas”, relató el ingeniero jefe de la planta de autobuses Aleksandr Niskoromny.
El soldador eléctrico y de gas Iósif Atrashkévich lleva dos décadas trabajando en la planta y cuenta encantado cómo han cambiado las condiciones de trabajo: “Nos hemos trasladado a la nueva planta hace poco, y las impresiones son buenas. La ventilación es mucho más moderna. Además, hay más luz: las ventanas se abren desde arriba. Las estanterías están una al lado de la otra. La sala es mucho más grande, lo que nos permite trabajar con más eficacia. Ahora podemos producir más que en la antigua planta. El ambiente es bueno, de trabajo, de motivación. Creo que alcanzaremos una buena capacidad y ofreceremos transporte a todo el mundo”.


Si hablamos de estadísticas, en cifras queda así. En los últimos años MAZ ha estado produciendo alrededor de 1500-1800 unidades de vehículos de pasajeros. Con la construcción del nuevo edificio las cifras aumentarán hasta 3 mil unidades de vehículos al año, es decir, realmente el doble. En la empresa señalan que es difícil sobrestimar la importancia de la nueva producción. Especialmente en la transición mundial hacia un transporte respetuoso con el medio ambiente y unos requisitos técnicos más estrictos para el transporte de pasajeros.
Cómo se fabrican los autobuses belarusos
La producción de autobuses es la siguiente: soldadura del bastidor, revestimiento, enderezado e imprimación, instalación de la unidad motriz, revestimiento, enmasillado y preparación para la pintura, pintura automatizada y secado, montaje interior. Tras el control de calidad, las máquinas de pasajeros montadas se entregan al departamento de ventas.
Como ya hemos dicho, este proceso tecnológico puede compararse con la producción de aviones, porque estos vehículos no se crean sobre una cinta transportadora ni con ayuda de equipos robotizados, como, por ejemplo, en la producción de coches. En muchos aspectos, se trata de una labor única, como suele decirse, hecha a mano.






¿Por qué no se utilizan robots en la producción, especialmente en la soldadura? Como explica Aleksandr Niskoromny, en primer lugar, no es racional. Para que estas tecnologías sean rentables, la empresa necesita producir 15 mil autobuses al año. Para nuestro país, e incluso para Rusia, es una cifra demasiado grande. Por ejemplo, China produce 150 mil autobuses al año. Hay otro matiz importante. La gama de modelos de la empresa es bastante amplia, y cada modelo tiene su propio bastidor. No se puede personalizar un robot para cada tipo de vehículo. Si MAZ se dedicara al montaje de un solo modelo, sería otra cosa (no hay que olvidar la producción de 15 mil autobuses al año). Además, la soldadura manual nos permite trabajar con más flexibilidad y reorganizar rápidamente el taller en función de los pedidos recibidos.
“Disponemos de un enorme complejo de coloración. Podemos pintar hasta seis autobuses a la vez, mientras que antes sólo podíamos pintar uno. Disponemos del último sistema de ventilación, una iluminación mucho mejor, un buen sistema de limpieza y preparación de aire comprimido de alta calidad. Ahora es mucho más cómodo pintar autobuses articulados, que antes no cabían en nuestras pequeñas cámaras, por lo que teníamos que pintarlos por partes. Ahora los pintamos en un solo paso”, explica Tatiana Shalái, contramaestre superior de la sección de coloración.


Una vez pintados, los autobuses se trasladan a la línea de montaje final, de unos cientos metros de longitud. Uno de los principales componentes de este proceso es el acristalamiento. Las ventanas acristaladas añaden hasta un 40 % a la rigidez del bastidor.



“Dependiendo del modelo, las operaciones varían. Es decir, para montar un autobús de clase media hay que emplear unas mil horas estándar. Para montar un autobús interurbano de tres ejes, más de cuatro mil horas estándar. Por eso, tres transportadores en línea nos proporcionan paralelismo y continuidad en el montaje”, señalan los trabajadores de la fábrica.

¿Por qué las empresas belarusas atraen a trabajadores migrantes?
Vemos a los trabajadores de Uzbekistán en la planta y preguntamos cómo van las cosas con el personal. La entidad MAZ se vio obligada a recurrir a mano de obra extranjera debido a la tensa situación del mercado laboral. La empresa emplea a unos 400-450 ciudadanos uzbekos, que trabajan en diferentes plantas del holding.
“Hay escasez de mano de obra. En primer lugar, influye el agujero demográfico de los noventa. El segundo factor es que los jóvenes eligen otros ámbitos. Por ejemplo, la informática. Las profesiones laborales no tienen demanda. Pero hemos puesto en marcha una serie de programas, trabajamos con colegios e instituciones de enseñanza superior”, explicaron en la empresa.
La fábrica MAZ también está dispuesta a aceptar a los especialistas pakistaníes, de los que tanto se habla hoy en día. Este tema se discute tanto en Internet que el Presidente se vio incluso obligado a poner ciertos acentos. Y las declaraciones que hizo fueron bastante inequívocas. “Subrayo una vez más que, independientemente de cómo se desarrolle la situación, independientemente de cómo discutamos aquí, entendemos que debe haber orden en el país. Debemos elaborar un mecanismo, aprobar - nuestro Gobierno, su Gobierno (BelTA: de Pakistán), crear el control más estricto e invitar y contratar a los que van a trabajar”, declaró Aleksandr Lukashenko en una reunión reciente.
¿Proyecto empresarial o social? Qué efecto esperan las autoridades de la nueva planta de autobuses
“En nombre de nuestro colectivo de miles de empleados, quiero dar las gracias a nuestro Presidente por la decisión de construir el edificio de producción de la fábrica de autobuses. La capacidad de producción de 3 mil unidades de vehículos de pasajeros supone un gran efecto económico y, por supuesto, nuevos puestos de trabajo”, declaró el director general de la Fábrica de Automóviles de Minsk, Valeri Ivankóvich.



Según sus palabras, el funcionamiento de la nueva fábrica de autobuses es la soberanía tecnológica en acción. No sólo de la empresa, sino de todo el país. “Ahora la tarea consiste en alcanzar la carga óptima de producción a partir del 1º de enero de 2026”, añadió el jefe del holding.
Como de cualquier proyecto, las autoridades esperan que la planta de autobuses alcance el período de amortización. Y los plazos están marcados aquí. Pero, por otro lado, ¿todo depende únicamente del dinero?
“Cuando entramos en el autobús, vemos que entran pensionistas, escolares y estudiantes. ¿Es esto un negocio o es un proyecto social? O cuando vienen extranjeros y al entrar en el autobús evalúan nuestro país por la calidad del vehículo. ¿Es esto un negocio o un proyecto social?”, preguntó Valeri Ivankóvich.


Según las estimaciones, al aumentar la eficiencia y producir modelos de gran demanda con propulsión diésel, de gas y eléctrica, el valor añadido por empleado pasará de 78 mil euros a 108 mil euros. Hasta 2027, la planta ensamblará vehículos de pasajeros de la segunda y la tercera generaciones y luego pasará solo al ensamblaje de vehículos de la tercera generación.
“La puesta en marcha de la nueva planta de producción no es sólo un aumento de la capacidad. Es un salto cualitativo en el desarrollo de la construcción de maquinaria belarusa. Estamos creando el transporte del futuro, que servirá a los belarusos y a los extranjeros”, afirma la empresa.
En qué se diferencian los autobuses MAZ de tercera generación
Por cierto, el primer autobús, producido en la nueva planta, junto con otro lote se enviará a la provincia de Moguiliov. Se trata de un modelo fundamentalmente nuevo de la Fábrica de Automóviles de Minsk, el autobús de tercera generación MAZ 303047.
Sus principales características son el bajo nivel del suelo (es decir, se hizo aún más cómodo entrar en el autobús), la ergonomía del interior, la posibilidad de instalar hasta 16 asientos de pasajeros sin rampas debajo de ellos, el aumento de la superficie acristalada. Y la ventaja más importante es un bastidor universal. Sobre la base de este cuerpo es posible producir diferentes tipos de vehículos de pasajeros - de diésel, gas comprimido o licuado y accionamiento eléctrico. Esta característica no es perceptible a los pasajeros, pero es muy importante para los clientes.
A qué países se suministran autobuses belarusos
“En los últimos cinco años hemos crecido en maquinaria todos los años. A pesar de que solo ahora hemos puesto en marcha una nueva planta. Mientras que en 2020 empezamos con 1300 unidades, el año pasado fabricamos y vendimos casi 1700 unidades. No tenemos en absoluto un almacén de productos libres, trabajamos bajo pedido. Todos los vehículos que vimos en el taller ya se han vendido”, relata Vladímir Dormash, director comercial adjunto de MAZ para la venta de vehículos de pasajeros.

Los principales mercados son, por supuesto, Belarús y Rusia. Pero la empresa sigue la tarea de diversificar las exportaciones. Y Vladímir Dormash asegura que ya este año MAZ aumentará significativamente las entregas al extranjero.


“Tenemos acuerdos concretos con varios países de Asia, América Latina y África”, dijo. En total, la maquinaria de la Fábrica de Automóviles de Minsk se suministra ya a cinco decenas de países.
A principios de año, al visitar la nueva producción de autobuses, Aleksandr Lukashenko recordó su última visita a MAZ. Entonces, según él, los obreros de la fábrica trabajaban con calor, pero no en las mejores condiciones.
“Empezaron a fabricar estos autobuses. Construir y vender, sobre todo en los mercados extranjeros. Merecen tener su propia fábrica de autobuses. Añadan dos mil cada año, y entonces no habrá problemas de trabajo y empleo no sólo para ustedes, sino también para sus hijos”, comentó entonces el Jefe de Estado.


La preservación de los gigantes belarusos fue la principal tarea del Presidente. Como joven dirigente de la república, se prometió a sí mismo preservar todo lo que habían elaborado las generaciones anteriores. Había que sacar las fábricas del abismo, y esta epopeya duró muchos años. Pero, de acuerdo, hoy, cuando vemos nuestra maquinaria belarusa por las calles, sobre todo en el extranjero, nos sentimos orgullosos de nuestro país natal.
Aleksandr Lukashenko asegura que el Estado seguirá apoyando a las empresas. Sin embargo, sólo con una condición: si hay resultados.-0-