MINSK, 20 sep (BelTA). - El pequeño pueblo de Karata en Daguestán se convirtió por un día en un centro de atracción para los amantes de la cocina tradicional belarusa. Fue aquí donde el 20 de septiembre se organizó el Día del Dránik Belaruso, informa el corresponsal de BelTA.
La historia de esta festividad se remonta a septiembre del año pasado. El Presidente de Belarús, Aleksandr Lukashenko, se reunió con los representantes de diferentes nacionalidades que viven en nuestro país. En esta reunión estuvo presente el presidente de la asociación pública internacional Goro, el artista y escultor Khizri Asadulayev. Fue él quien propuso al Jefe de Estado organizar el Día del Dránik Belaruso en Daguestán.
Khizri Asadulayev pidió al Presidente un par de kilogramos de patatas de variedades belarusas. Cuál fue la sorpresa del daguestaní cuando le entregaron unos 100 kg de patatas de la variedad Pershatsvet, ni más ni menos que dos grandes sacos. La verdura nacional de Belarús se plantó en las montañas. El resultado superó las expectativas más audaces. Ni siquiera el calor anómalo impidió una rica cosecha.
“Las patatas salieron de maravilla. Probamos a cocerlas, estaban deliciosas. Invitamos a los conocidos y ellos también destacaron el excelente sabor. Ahora todos quieren plantar estas patatas en sus casas. Piden al menos un kilo, al menos unas cuantas”, señaló con una sonrisa Khizri Asadulayev en una conversación con el corresponsal de BelTA.
Precisamente con patatas de la variedad Pershatsvet se prepararon los drániki para la fiesta. Por cierto, se celebra en formato de un evento benéfico: se invita a todos los que lo deseen. Los drániki se acompañan de crema agria de leche belarusa, por lo que el plato resulta lo más auténtico posible.
“El resto de las patatas, naturalmente, las repartiremos entre todos los que quieran plantarlas en su huerto”, dijo Khizri Asadulayev.
El Día del Dránik Belaruso resultó ser realmente a gran escala. No solo los residentes de Karata, sino también los de los pueblos vecinos, acuden a degustar el plato tradicional belaruso. La región está densamente poblada, y pueblos están muy cerca uno de otro. La distancia rara vez supera los dos o tres kilómetros. Recorrer ese camino para probar los drániki de las patatas presidenciales no es la tarea más difícil.
Quieren que la fiesta sea tradicional: según Khizri Asadulayev, ya ha obtenido el apoyo de los ministros de Cultura de Belarús y Daguestán. Se planea invitar a los artistas locales y belarusos para deleitar a los invitados no solo con manjares, sino también con un brillante programa de conciertos.
El Día del Dránik Belaruso no pasó desapercibido en Belarús. La secretaria de prensa del Presidente de Belarús, Natalia Eismont, transmitió un cálido saludo del líder belaruso a los organizadores e invitados.
“Esto fortalece y amplía aún más la amistad belaruso-daguestaní. Es un nuevo y brillante toque en las relaciones belaruso-rusas en general”, dijo Natalia Eismont.-0-
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