GRODNO, 11 nov (BelTA). – Casi todos los niños en el campamento están resfriados, las noches son muy frías, cuenta a BelTA un refugiado de 14 años atrapado junto con su familia en el campamento espontáneo cerca de la frontera polaca.
El 8 de noviembre por la mañana un numeroso grupo de migrantes fue notado cerca del punto de paso Bruzguí. Se dirigían hacia la frontera belaruso-polaca. Los refugiados, la mayoría de los cuales son ciudadanos iraquíes, de nacionalidad kurda, intentan entrar en la Unión Europea. Polonia no les deja entrar. Ellos organizaron un campamento cerca de la frontera polaca. Uno de los refugiados es Ahmed, de 14 años, que intenta entrar en la Unión Europea con sus padres y tres hermanos. Vienen de la ciudad iraquí de Solimania. “Vamos a Alemania o el Reino Unido. Le pedimos a Polonia que nos dejara pasar. En respuesta, me echaron gas a mí, a mi madre, a mis hermanos, a todos”. Se quejó de las difíciles condiciones en el campamento, especialmente del frío.
“Casi todos los niños aquí están resfriados. Hoy dormí en una tienda de campaña, y mi hermano – sobre el santo suelo”, cuenta el joven. Por cierto, según varias estimaciones, ahora en el campamento hay más de 3000 personas. Aproximadamente 500 de ellos son niños, algunos son bebés. Les faltan muchas cosas, incluida la leche.
“Estamos agradecidos a los belarusos. Nos trajeron agua, comparten la comida. Pero es muy difícil soportar el frío”, dice el refugiado.
El cuarto día en el campamento es tranquilo. Junto a las tiendas de campaña aparecen chozas improvisadas. Los refugiados no quieren regresar a casa ni permanecer en Belarús. Esperan entrar en la Unión Europea. -0-
