BREST, 22 jun (BelTA). – En el complejo conmemorativo “Fortaleza Heroica de Brest” tuvo lugar el mitin-réquiem dedicado al Día de Recuerdo Nacional de las Víctimas de la Gran Guerra Patria y del Genocidio del Pueblo Belaruso. Al acto asistieron unas 20 mil personas, informa BelTA.
Alrededor de 40 delegaciones oficiales llegaron a Brest para el acto, que coincide con el 83er aniversario del comienzo de la Gran Guerra Patria. En particular, llegaron de Moscú, San Petersburgo, las provincias de Leningrado, Oriol, Penza, Chechenia y Baskortostán. Muchos habitantes de Brest consideran su deber acudir a la Fortaleza de Brest la noche del 22 de junio. También hay muchos invitados del extranjero.
El primer ministro de Belarús, Román Golóvchenko, fue uno de los invitados de honor a la ceremonia. En su discurso, subrayó que los belarusos aprecian y protegen la memoria de todos aquellos que consiguieron la paz, la libertad y la independencia para nosotros. Las atrocidades nazis en nuestra tierra son una herida del pueblo belaruso que no cicatriza.
El secretario de Estado de la Unión, Dmitri Mézentsev, señaló que este año es especial para Belarús. El país celebra el 80º aniversario de la liberación de los invasores nazis. “Este año también es especial para todos los rusos. La Victoria es indivisible, la Victoria es única para todo el pueblo soviético. En la heroica tierra de la Fortaleza de Brest nos dimos cuenta una vez más de la magnitud de la hazaña, los sacrificios y los sufrimientos que soportó el pueblo soviético. Que la gente en Europa que se dedica a la demolición de nuestros monumentos, que borra nuestra historia, que nos pide que no hablemos más de la guerra, escuchen cómo miles de corazones laten hoy aquí al mismo ritmo”, dijo Dmitri Mézentsev.
Para el programa nocturno en la Fortaleza de Brest, el grupo creativo utiliza cada año formas tradicionales a las que añade innovaciones. El espectáculo actual incluía cuatro bloques, que llevaban al público del presente al pasado. Participaron unas mil personas, incluidos artistas adultos y jóvenes, militares y reconstructores histórico-militares. Tradicionalmente, los guardias fronterizos encendieron la antorcha de la Llama Eterna y la llevaron en un vehículo blindado de transporte de tropas hasta la orilla del Bug Occidental. Allí, las coronas con velas encendidas fueron depositadas en el agua como símbolo del recuerdo imperecedero de la hazaña heroica de los defensores de la ciudadela.
Los miembros de las delegaciones y los invitados de honor depositaron cestas de flores ante la Llama Eterna y las losas de la necrópolis. Con un minuto de silencio los participantes de la manifestación honraron la memoria de los soldados caídos en las batallas, de todas las víctimas de la Gran Guerra Patria.-0-