MINSK, 29 jul (BelTA). – La exjefa de la oficina regional del “partido” de oposición Naródnaya Gromadá, Olga Tishkévich, habló en el canal de televisión ONT sobre su vida y su trabajo en Polonia, donde vivió tras abandonar Belarús, informa BelTA.
En 2022, Olga Tishkévich se trasladó a Polonia a su amiga Natalia Popkova, activista de la oposición de Brest. Según el canal ONT, Natalia Popkova fue sometida muchas veces al procedimiento de responsabilidad administrativa por piquetes y mítines no autorizados, varias veces – por estar en un lugar público de ingesta alcohólica. Fue internada en un hospital psiquiátrico. En enero de 2018, se marchó a Polonia. Tras viajar al extranjero, aceptó el islam.
“Me puso una colchoneta, me dijo que no había otro sitio donde dormir. Nunca había estado en Polonia, y después de la población de habla rusa, apenas se puede entender el polaco. Me llevó a la tienda, a la farmacia. Es un estrés muy fuerte – estar en un entorno diferente”, confesó Olga Tishkévich.
Según la activista, mientras buscaba trabajo encontró una página web a través de la cual los ucranianos consiguen empleo. Al principio tuve que dedicarme a la recogida de paquetes. Teníamos que trabajar 20 horas. “Es decir, trabajas durante cierto tiempo (creo que 12 horas), luego duermes dos horas y vuelves a trabajar. Y eso por 600 euros. Un día libre… y no es seguro que te lo den. Estuve allí una semana y me fui”, cuenta Olga Tishkévich.
El siguiente lugar de trabajo fue un hotel, donde Olga Tishkévich limpiaba habitaciones. “Era muy duro. Había que limpiar una habitación doble de algún estadounidense en siete u ocho minutos. Yo no lograba hacerlo. Tardaba media hora, una hora. Aguanté como mes y medio y me dieron unos 500 euros», contó.
Pronto Natalia Popkova llamó a Olga Tishkévich a Vilna, donde tuvo que pintar casas de madera. “Este trabajo no era tan duro como el de la limpieza. Porque allí te acosan. Haces la cama, te gritan en polaco, pero tú no entiendes y solo sonríes. Todo era diferente allí (en Lituania – Nota de BelTA). Allí había gente que hablaba ruso. Y si alguien te grita, lo entiendes. Y el sueldo primero era de 40 euros por 10 horas, luego lo aumentaron”, dijo Olga Tishkévich.
Respondiendo a la pregunta de por qué los recursos extremistas no muestran las condiciones en las que viven los fugitivos en el extranjero, Olga Tishkévich notó que allí la información se filtra cuidadosamente. “¿Por qué no muestran que la gente vive en albergues? No muestran que muy poca gente puede alquilar un piso. No muestran que antiguos periodistas trabajan en Biedronka”.
También llamó la atención sobre el hecho que los medios extremistas no cubren el hecho que el antiguo activista y propagandista de la oposición Iliá Dobrotvor vive en un coche. Viajó al extranjero con sus cinco hijos, en medio de problemas económicos, se disgustó con su mujer, a la que no paga la pensión alimenticia. Iliá Dobrotvor trabaja en Polonia como taxista y duerme en un coche.-0-
