MINSK, 1 jun (BelTA). – Los recursos del Banco Mundial (BM) se gastarán en la compra de medios de protección y el equipamiento de las unidades de cuidados intensivos. Lo comunicaron a BelTA en el servicio de prensa del Ministerio de Sanidad según los resultados de la firma de los instrumentos correspondientes. Por primera vez en la historia del ministerio la ceremonia se desarrolló en línea.
Según destacó el ministro de Sanidad, Vladímir Karánik, “es la experiencia de unos preparativos operativos y profesionales del proyecto sin la oportunidad para la comunicación directa”. No sólo la firma, también la comunicación de especialistas en el contexto del proyecto se desarrollaron en línea con ayuda de los medios de telecomunicación.
El apoyo en dimensión de 90 millones de euros se ofrece para financiar el proyecto de reacción ante el COVID-19 en Belarús. “El dinero se gastará en los medios de protección, equipamiento de unidades de cuidados intensivos, también la prestación de información a la población”, dieron más detalles en el servicio de prensa.
El proyecto incluye tres componentes. “Es la indemnización en parte de los gastos en los medios de protección individual y los sistemas de prueba, la modernización de las unidades de cirugía y cuidados intensivos buscando que cumplan con las exigencias actuales y sean equipadas con dispositivos modernos”, destacó Vladímir Karánik.
Acorde con sus palabras, una parte de los equipos hay que renovarlos mientras que el proyecto permite hacerlo prácticamente en todo el país. Gracias a esto los intensivistas dispondrán de equipos de nueva generación. Las unidades quirúrgicas y de reanimación estarán equipadas con dispositivos de diagnóstico (tomografía computarizada, diagnóstico por ultrasonido, equipos de anestesia y respiratorios, desfibriladores, infusomas). Estamos hablando del equipamiento total de unidades de cuidados intensivos llave en mano. Los equipos llegarán pronto a todos los hospitales de las ciudades, regiones y provincias que presentaron solicitudes de modernización. Durante los preparativos del proyecto, fue analizada la base técnica y material de los centros de salud.
“Si al principio se hablaba de unos 20 mil euros, una vez estudiados nuestros documentos y argumentos, el Banco Mundial apoyó el enfoque belaruso y amplió bastante la financiación del proyecto. La pandemia se acabará, mientras que la gente necesitará asistencia médica siempre”, aseguró Vladímir Karánik.
A pesar de la situación epidemiológica, continúa la creación de los centros interregionales y su equipamiento. Según los planes, en el país se inauguren unos 16-18 centros de alta tecnología así. Para el día de hoy ya están funcionando 10, todos se encuentran fuera de Minsk y las capitales de las provincias.
“Los hospitales así deben tener una angiografía, un tomógrafo computarizado, una cámara de resonancia magnética, una unidad moderna de reanimación con equipo endoscópico que permita realizar la laparoscopia, así como las oportunidades modernas para el diagnóstico por ultrasonido”, dio más detalles Vladímir Karánik. Es decir, cualquier hospital de este tipo según su hoja de equipamiento de calificaciones de especialistas debe estar a nivel de los hospitales principales de las ciudades y provincias. “Se necesita para que cada ciudadano del país independientemente del lugar de residencia esté a una hora de todo tipo de instituciones médicas y de diagnóstico modernas. No importa si la persona viva en Minsk o en un pueblo pequeño. Debe funcionar la regla de “hora de oro”, agregó.-0-
