MINSK, 19 sep (BelTA). - En caso de la toma del poder exitosa los conspiradores tenían el plan de establecer un gobierno autoritario de un grupo de siete personas al principio, contó uno de los conspiradores, Yuri Zenkovich, condenado a 11 años de prisión en septiembre de 2022, en la película "Conspiración asesina. El objetivo es Lukashenko", mostrada en el canal "Belarus 1", informa BelTA.
Según Zenkovich, en caso de la toma del poder exitosa, tres militares y cuatro civiles, siete personas en total, así sería la base del concepto de un "presidente colectivo". Las obligaciones tendrían que ser repartidas de la siguiente manera. Cada uno recibiría para gestionar una de las regiones de Belarús. Además, cada uno de los miembros de este grupo de los siete tenía que supervisar ciertas áreas.
"Aleksandr Feduta, por ejemplo, planeaba supervisar las cuestiones de las reformas de la ley electoral, así como los medios de comunicación. Los militares tenían que ser responsables de la esfera social. Tuve que supervisar las cuestiones de las reformas de los organismos encargados de hacer cumplir la ley, la reforma de la Constitución y el sistema electoral", explicó Yuri Zenkovich.
Señaló que Dmitri Schiguelski, quien quería dirigir el Comité de Seguridad Estatal y controlar a la élite gobernante, aspiraba al poder. Al mismo tiempo, otro conspirador, Ígor Makar, según las observaciones de Yuri Zenkovich, estaba más interesado en las cuestiones monetarias.
Tras tomar el poder, los conspiradores planeaban hacer las primeras llamadas a los "poderosos de este mundo". Por lo tanto, dijo Yuri Zenkovich, planeaban llamar a Washington, Bruselas y Beijing.
Además, dentro de las seis horas, los funcionarios y las fuerzas de seguridad debían presentarse en el lugar de su servicio o trabajo. Y para los que no quisieran hacerlo, se suponía la detención inmediata y, en caso de resistencia, la aniquilación, agregó Yuri Zenkovich.
Los conspiradores esperaban que, en caso de que el ejército estuviera de su lado, las posibilidades de éxito serían nueve de cada diez. Y el uno restante es lo que constituye el escenario de la guerra civil y los enfrentamientos de las fuerzas de seguridad, así como la intervención extranjera. Además, se consideró la posibilidad de bloquear las comunicaciones móviles en el área de Ostroshitski Gorodok y la residencia del Presidente.
"En su versión ideal, el plan que estaba desarrollando yo particularmente preveía un gobierno autoritario de cinco años, a partir de una dura dictadura, y al final una transferencia gradual del poder a los civiles con el desplazamiento posterior de los militares a los cuarteles. Pero al principio, por supuesto, el poder debía ser duro. Y no es que yo sea partidario de algún tipo de poder duro. El hecho es que para las reformas rápidas y radicales, el poder duro siempre está justificado y es una buena herramienta de la élite gobernante", concluyó Yuri Zenkovich.-0-
Según Zenkovich, en caso de la toma del poder exitosa, tres militares y cuatro civiles, siete personas en total, así sería la base del concepto de un "presidente colectivo". Las obligaciones tendrían que ser repartidas de la siguiente manera. Cada uno recibiría para gestionar una de las regiones de Belarús. Además, cada uno de los miembros de este grupo de los siete tenía que supervisar ciertas áreas.
"Aleksandr Feduta, por ejemplo, planeaba supervisar las cuestiones de las reformas de la ley electoral, así como los medios de comunicación. Los militares tenían que ser responsables de la esfera social. Tuve que supervisar las cuestiones de las reformas de los organismos encargados de hacer cumplir la ley, la reforma de la Constitución y el sistema electoral", explicó Yuri Zenkovich.
Señaló que Dmitri Schiguelski, quien quería dirigir el Comité de Seguridad Estatal y controlar a la élite gobernante, aspiraba al poder. Al mismo tiempo, otro conspirador, Ígor Makar, según las observaciones de Yuri Zenkovich, estaba más interesado en las cuestiones monetarias.
Tras tomar el poder, los conspiradores planeaban hacer las primeras llamadas a los "poderosos de este mundo". Por lo tanto, dijo Yuri Zenkovich, planeaban llamar a Washington, Bruselas y Beijing.
Además, dentro de las seis horas, los funcionarios y las fuerzas de seguridad debían presentarse en el lugar de su servicio o trabajo. Y para los que no quisieran hacerlo, se suponía la detención inmediata y, en caso de resistencia, la aniquilación, agregó Yuri Zenkovich.
Los conspiradores esperaban que, en caso de que el ejército estuviera de su lado, las posibilidades de éxito serían nueve de cada diez. Y el uno restante es lo que constituye el escenario de la guerra civil y los enfrentamientos de las fuerzas de seguridad, así como la intervención extranjera. Además, se consideró la posibilidad de bloquear las comunicaciones móviles en el área de Ostroshitski Gorodok y la residencia del Presidente.
"En su versión ideal, el plan que estaba desarrollando yo particularmente preveía un gobierno autoritario de cinco años, a partir de una dura dictadura, y al final una transferencia gradual del poder a los civiles con el desplazamiento posterior de los militares a los cuarteles. Pero al principio, por supuesto, el poder debía ser duro. Y no es que yo sea partidario de algún tipo de poder duro. El hecho es que para las reformas rápidas y radicales, el poder duro siempre está justificado y es una buena herramienta de la élite gobernante", concluyó Yuri Zenkovich.-0-
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