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17 Septiembre 2025, 09:05

Belarús celebra el Día de la Unidad Nacional

MINSK, 17 sep (BelTA). - Hoy la República de Belarús celebra el Día de la Unidad Nacional. Fue establecido el 7 de junio de 2021 por el decreto nº 206.

La fiesta conmemora el comienzo de la campaña de liberación por el Ejército Rojo en Bielorrusia Occidental en 1939, gracias a la cual el pueblo belaruso, dividido bajo los términos del Tratado de Paz de Riga, se unió de nuevo.

El territorio del país en aquel entonces fue dividido entre los dos Estados como resultado de la guerra polaco-soviética de 1919-1920. En el territorio de la parte oriental del país, fue creada la República Socialista Soviética de Bielorrusia, que formaba parte de la URSS. Los territorios occidentales fueron anexionados a Polonia: una parte de la tierra fue ocupada por los polacos durante la guerra, otra parte fue entregada a Polonia de acuerdo con el Tratado de Paz de Riga, firmado el 18 de marzo del año 1921.

Polonia incluyó más de 112 mil kilómetros cuadrados con una población de 4,6 millones de personas (según los datos de 1931). Para estas tierras se fijó el nombre no oficial de Bielorrusia Occidental, que las autoridades polacas no reconocieron. En los documentos oficiales, estos territorios a menudo se llamaban a la manera polaca, las tierras fronterizas del este (Kresy Wschodnie).

El territorio de Bielorrusia Occidental era una periferia agraria relativamente atrasada de Polonia. La región fue utilizada principalmente como fuente de materias primas y mano de obra barata. La jornada laboral en la industria era de 10 a 12 horas, el salario era más bajo que en las regiones originalmente polacas. Más del 80 % de la población de la región se dedicaba a la agricultura.
En relación con los habitantes de la región, las autoridades polacas llevaron a cabo una política de polonización y asimilación. No permitieron el uso del idioma belaruso en las instituciones estatales, prohibieron las escuelas belarusas. De las 400 escuelas belarusas que existían en el territorio de Bielorrusia Occidental antes de la ocupación polaca, solo quedaban 16 en 1934, y ninguna para 1939. La prensa belarusa fue duramente perseguida. Mientras que en 1927 se editaban legalmente 23 periódicos y revistas en belaruso, en 1932 se quedaron sólo 8, y en el año 1937 sólo había publicaciones propolacas y clericales. Desaparecieron los teatros belarusos, no había instituciones musicales. Las autoridades encontraron varias razones para cerrar las editoriales, bibliotecas, casas de lectura belarusas.

El principal método de gestión que usaba el gobierno polaco fue la coerción y, a menudo, el terror. Era común las represiones masivas de la policía contra la población durante las expediciones punitivas para reprimir las manifestaciones campesinas. A menudo se celebraban juicios políticos. Para aislar a los “elementos socialmente peligrosos” se utilizaron prisiones. En 1934, se creó el campo de concentración de Bereza Kartuska a través del cual pasaron, según datos incompletos, más de 10 mil prisioneros durante los 5 años de su existencia.
El pueblo oprimido luchó por su liberación social y nacional durante 20 años. La lucha tomó diferentes formas en diferentes momentos, pero nunca se detuvo. Eran frecuentes las manifestaciones de obreros y campesinos. Las organizaciones culturales y educativas hicieron también una contribución significativa. Durante muchos años, el Partido Comunista de Bielorrusia Occidental estuvo a la cabeza del movimiento revolucionario.

A finales de la década de 1930, la amenaza de guerra proveniente de la Alemania nazi se cierne sobre toda Europa. Para prevenirlo, se necesitaban acciones conjuntas de los principales países de Europa occidental y la URSS. La Unión Soviética hizo una serie de intentos de crear una coalición antihitleriana junto con Gran Bretaña, Francia y otros países occidentales. Sin embargo, los principales Estados europeos rechazaron tal alianza, tratando en secreto de dirigir la agresión hitleriana hacia el este. La Unión Soviética se vio obligada a elegir: continuar la confrontación individual con Alemania, que estaba ganando poder militar, o intentar alejar la amenaza por medios diplomáticos. En tales circunstancias, la URSS firmó con Alemania el Pacto de No Agresión, que fue rubricado el 23 de agosto en Moscú. El documento incluía un protocolo secreto adicional sobre la división de las esferas de influencia entre Alemania y la Unión Soviética. Según este documento, en el caso de la liquidación de Polonia y la división de sus territorios, la URSS obtenía las tierras de Bielorrusia Occidental.
El 1 de septiembre de 1939, la Alemania nazi atacó a Polonia. Comenzó la Segunda Guerra Mundial. Las tropas alemanas cruzaron la frontera en varias direcciones y comenzaron a avanzar rápidamente hacia el interior de Polonia. Su gobierno y su comando no pudieron organizar una defensa efectiva y abandonaron el país en la tercera semana de la guerra.

A mediados de septiembre, las tropas alemanas se acercaron al territorio de Bielorrusia Occidental y Ucrania Occidental. El liderazgo alemán, refiriéndose al acuerdo del 23 de agosto, apresuró a la parte soviética a oponerse rápidamente a Polonia. Pero Stalin retrasó el ataque. Sólo cuando el Ejército polaco en su conjunto fue derrotado y casi todos los territorios históricamente polacos fueron ocupados por las tropas alemanas con unos puntos de resistencia aislados en el país, el gobierno soviético ordenó al comando del Ejército Rojo cruzar la frontera.
La mañana del 17 de septiembre, el embajador polaco en Moscú recibió una nota del gobierno de la URSS. En ella se decía: “La guerra polaco-alemana ha revelado la insolvencia interna del Estado polaco. En diez días de operaciones militares, Polonia ha perdido todas sus regiones industriales y centros culturales. Varsovia, como capital de Polonia, ya no existe. El gobierno polaco se ha desintegrado y no da señales de vida. Esto significa que el Estado polaco y su gobierno han dejado de existir de facto. Por lo tanto, los tratados concluidos entre la URSS y Polonia han dejado de tener efecto. Abandonada a su suerte y sin liderazgo, Polonia se ha convertido en un campo propicio para todo tipo de eventualidades y sorpresas que podrían crear una amenaza para la URSS. Por lo tanto, siendo hasta ahora neutral, el gobierno soviético ya no puede permanecer neutral ante estos hechos. El gobierno soviético tampoco puede ser indiferente a que los ucranianos y belarusos de la misma sangre, que residen en el territorio de Polonia, abandonados a su suerte, permanezcan indefensos. En vista de esta situación, el gobierno soviético ha ordenado al Alto Mando del Ejército Rojo que dé la orden a las tropas de cruzar la frontera y tomar bajo su protección la vida y los bienes de la población de Ucrania Occidental y Bielorrusia Occidental”.
La nota fue firmada por el comisario del pueblo de Asuntos Exteriores de la URSS, V.M. Mólotov. Él mismo se dirigió al pueblo soviético por radio.

El avance de las tropas soviéticas fue rápido: el 18 de septiembre ocuparon Svencionys, Lida, Novogrúdok, Slónim, Volkovysk; el 19 de septiembre, Pruzhany y Kobrin.

La mayoría de las unidades del Ejército polaco se rindieron sin luchar. Aquellas divisiones polacas que se componían de los ucranianos y belarusos se unían a los soldados soviéticos o se les permitía volver a sus hogares. Pero a los oficiales y policías polacos los enviaban en trenes a los campos soviéticos.
La mayor parte de la población de Bielorrusia Occidental daba la bienvenida a los soldados soviéticos y les ayudaba mucho. En muchos lugares se crearon comités militares revolucionarios que organizaron destacamentos de obreros y campesinos. Estas formaciones desarmaron a la policía, tomaron bajo su protección puentes, empresas y otros objetos importantes. Pero la batalla por Grodno duró varios días. Aquí ofrecieron resistencia unos 3 mil soldados y oficiales de la unidad de entrenamiento y policías. El 20 de septiembre la ciudad fue tomada, y el 22 de septiembre las tropas soviéticas entraron en Brest-Litovsk y Bialystok.

Tras la llegada del Ejército Rojo, en los voivodatos y centros de distrito comenzaron a formarse los órganos del nuevo poder. En las ciudades, estos fueron las administraciones provisionales, y en los pueblos y aldeas, los comités rurales. Fueron ellos quienes se encargaron de implementar las primeras transformaciones y luego de organizar las elecciones de diputados a la Asamblea Popular de Bielorrusia Occidental, que debía resolver las principales cuestiones del sistema estatal. Las elecciones se llevaron a cabo el 22 de octubre de 1939 en un ambiente de entusiasmo político.
La Asamblea Popular de Bielorrusia Occidental se celebró del 28 al 30 de octubre de 1939 en Bialystok. En ella se adoptó la Declaración sobre la proclamación del poder soviético y la incorporación de Bielorrusia Occidental a la RSS de Bielorrusia. El 2 de noviembre de 1939, la V sesión extraordinaria del Consejo Supremo de la URSS de la primera convocatoria decidió satisfacer la solicitud de la Asamblea Popular de Bielorrusia Occidental e incluir a Bielorrusia Occidental en la URSS, uniéndola con la RSS de Bielorrusia. El acto legislativo final fue la adopción por la III sesión extraordinaria del Consejo Supremo de la RSS de Bielorrusia el 14 de noviembre de 1939 de la ley “Sobre la incorporación de Bielorrusia Occidental a la República Socialista Soviética de Bielorrusia”. De este modo, se restauró la integridad territorial de la república y se unió el pueblo belaruso.

El territorio y la población de la república casi se duplicaron. En las tierras de Bielorrusia Occidental, que se convirtieron en parte de la BSSR, se formaron las provincias de Baránovichi, Belostok, Brest, Vileika y Pinsk que se sometieron un poco más tarde a las transformaciones socioeconómicas radicales. Se nacionalizaron las empresas y los bancos, se llevó a cabo la colectivización y la mecanización de la agricultura. Unos cambios fundamentales los experimentaron la educación, la sanidad, la ciencia y la cultura. Se intensificó la labor de erradicación del analfabetismo, se crearon instituciones educativas para diversos grupos étnicos de la población: en 1941, en las regiones occidentales de la República Socialista Soviética de Bielorrusia funcionaban 4192 escuelas belarusas, 987 polacas, 173 rusas, 168 judías, 63 lituanas y 43 ucranianas. Se crearon teatros, se abrieron 100 cines, 92 casas de cultura y 220 bibliotecas. En todas las ciudades provinciales y centros regionales aparecieron periódicos y revistas publicados en la lengua belarusa. Pero el desarrollo progresivo de la economía y la esfera social de las regiones occidentales de la república fue interrumpido por el comienzo de la Gran Guerra Patria.-0-
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