MOSCÚ, 8 oct (BelTA). – En la cumbre de Moscú, el Presidente de Belarús, Aleksandr Lukashenko, presentó sinceramente el discurso conjunto dirigido a los pueblos de los países de la CEI y a la comunidad mundial en relación con el 80º aniversario de la Victoria del pueblo soviético en la Gran Guerra Patria de 1941-1945. Este fue uno de los puntos de la agenda de la sesión ampliada, informa BelTA.
El Jefe de Estado agradeció el derecho a presentar este llamamiento de los jefes de Estado. “A nuestro país le dio este derecho la propia historia – la historia de la república soviética, que fue la primera en recibir el golpe de las divisiones de la Wehrmacht, la primera en retener su marcha victoriosa a través de Europa. Este derecho nos lo dieron los héroes que resistieron hasta la muerte en la Fortaleza de Brest y en las afueras de todas las ciudades belarusas, cerrando el paso a Moscú. Los representantes de casi 70 nacionalidades lucharon hombro con hombro con los belarusos. Y todo el mundo sabía que se enfrentaba al mal absoluto del mundo”, declaró Aleksandr Lukashenko.
Destacó que hoy los nombres de muchas personas están inmortalizados en los nombres de avenidas y calles de ciudades belarusas, en monumentos y complejos conmemorativos. Entre ellos se encuentran el mariscal de la Victoria Gueorgui Zhúkov; héroes de la Unión Soviética: el azerbaiyano Rafiyev, el armenio Avakyan, el kazajo Iskaliyev, el kirguís Asanaliev, el tayiko Azizov, el turkmeno Annaev, el uzbeko Yakubov y muchos otros.
“Recordamos a nuestros héroes. Pero también recordamos el dolor, la pena, el sufrimiento de millones de nuestros compatriotas. Cada 30 segundos la campana de Khatyn nos recuerda que más de 600 pueblos belarusos fueron quemados junto con mujeres, niños y ancianos. No importa cuántos años hayan pasado, hoy todavía oímos el eco del grito mudo de auxilio de los exhaustos residentes de la sitiada Leningrado, los gritos de millones de madres y niños soviéticos cuyos hijos, hijas y padres no regresaron de los campos de batalla”, dijo el mandatario.
El número de víctimas de aquella guerra es espeluznante, subrayó el líder belaruso, pero no es definitivo. Por ejemplo, en el territorio de Belarús se siguen encontrando fosas comunes de centenas y miles de torturados y fusilados.
“Y en estos momentos en algunos países de la Europa liberada se honra a los legionarios de las SS. Los neonazis desfilan abiertamente por las calles, derriban y profanan los monumentos a los libertadores. Los jóvenes que participan en este aquelarre, educados en el espíritu de la superioridad nacional y el revanchismo, no tienen ni idea del curso de la historia. No saben que sus antepasados lucharon junto al pueblo soviético: los mismos bálticos, polacos, belgas e incluso alemanes. Les hicieron olvidar que deben su nacimiento a los soldados soviéticos que pagaron con su vida la paz en su tierra, la libertad de sus países y el futuro de sus pueblos”.
El Presidente subrayó que se puede robar la memoria, pero no la verdad: “Sin el heroísmo del pueblo soviético, no existirían esos Estados y personas que hacen todo lo posible por desacreditar el heroísmo del pueblo soviético y arrebatarnos nuestra Gran Victoria, que tanto nos une. Sabemos por qué. La rectitud histórica de nuestros pueblos es un obstáculo en la realización de los planes geopolíticos a largo plazo de Occidente, en los que no hay lugar para otras potencias fuertes”.
El Presidente dijo que, en respuesta a estas acciones, se introdujeron en la Constitución de Belarús las disposiciones sobre la protección de la verdad histórica y la memoria de la hazaña del pueblo soviético durante la Gran Guerra Patria. Se aprobaron leyes sobre la prevención de la rehabilitación del nazismo y sobre el genocidio del pueblo belaruso.
“Afortunadamente, hoy estamos absolutamente unidos en la comprensión de la importancia de proteger la hazaña de nuestros pueblos y nuestra memoria común. Lo hacemos en nombre de la paz. En nombre de la paz aprobamos el discurso de hoy. Responde plenamente a los intereses no sólo de nuestra Comunidad, sino también de toda la humanidad, que se encuentra al borde de una nueva catástrofe como nunca antes”, enfatizó Aleksandr Lukashenko.
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