MINSK, 16 jul (BelTA). – Los belarusos no quieren la guerra, pero cualquier provocación será respondida con decisión y dureza. Lo declaró el Presidente de Belarús, Aleksandr Lukashenko, en la ceremonia de homenaje a los graduados de los centros superiores de enseñanza militar y a los mandos oficiales, que tuvo lugar el 16 de julio en el Palacio de la Independencia, informa BelTA.
El Jefe de Estado calificó este día de especial y solemne en la vida del país: “Estamos rindiendo homenaje a los graduados de los centros superiores de enseñanza militar y a los oficiales investidos con el grado de general”. Según el Presidente, todas estas personas tienen el alto honor de alcanzar estas cotas en su profesión y carrera en el año del 80º aniversario de la liberación de Belarús de los invasores nazis. “Justificarlo significa llevar a lo largo de la vida la bandera de la Victoria de nuestros padres y abuelos, transmitirla a nuestros hijos y nietos. Ustedes son oficiales. Y a los ojos de millones de sus compatriotas son los militares los principales garantes de la soberanía y la integridad territorial del país”, dijo.
El Jefe de Estado señaló que los militares son muy conscientes de lo que está ocurriendo actualmente en las zonas fronterizas del sur y el oeste del país. De hecho, los belarusos se encuentran en la misma situación que sus antepasados hace ocho décadas: la misma necesidad de mantenerse firmes, de no permitir que los enemigos arrastren a Belarús a un conflicto militar. “Y estamos haciendo todo lo necesario para ello. Incluso desplegando lo más terrible – armas nucleares”, dijo el líder belaruso.
Aleksandr Lukashenko señaló que a veces se reprocha a Belarús la escalada y el agravamiento de la situación. Aunque en realidad garantiza la seguridad militar y refuerza sus capacidades de defensa, incluso para evitar que se repita la tragedia de 1941.
“Seguiremos desarrollando, reforzando y mejorando nuestras Fuerzas Armadas, teniendo en cuenta también la experiencia de las operaciones militares. Los belarusos no quieren la guerra, pero cualquier provocación contra nosotros debe ser respondida con decisión y dureza. Cada uno de ustedes debe memorizarlo. Esta es nuestra posición de principios. Somos capaces de responder a cualquier agresor”, afirmó.
Sin embargo, incluso un equipo ultramoderno sin un hombre es sólo hierro. Por ello, se presta y se prestará la máxima atención a la formación de oficiales altamente profesionales, verdaderos patriotas, fieles al país y al pueblo, aseguró el Jefe de Estado. Según él, la actual graduación es una prueba de ello.
“Cada uno de ustedes tiene un caudal decente de conocimientos y una buena oportunidad para distinguirse. Y en una situación realmente difícil”, señaló el Presidente. Además, los graduados de los centros superiores de enseñanza militar tendrán que aplicar los nuevos enfoques establecidos en el Concepto de Seguridad Nacional y la Doctrina Militar aprobados recientemente por la Asamblea Popular de toda Belarús.
“Ven cómo el mundo se está convirtiendo metódicamente en un campo de batalla global. Qué tipo de batallas se están librando: mentales, ideológicas, cibernéticas y guerras por delegación. Es la realidad de la que debemos sacar conclusiones y mejorar al instante los métodos y formas de defender nuestro país y de hacer la guerra”, enfatizó.
En un futuro próximo, los oficiales tendrán que buscar la manera de reforzar las capacidades de combate de las unidades, mejorar la formación y la coherencia de los órganos de mando y control y de las tropas en su conjunto, preparar y adiestrar a sus subordinados en los métodos modernos de la lucha armada. Según se desprende de la experiencia del conflicto en Ucrania, los tres componentes principales son los vehículos aéreos no tripulados, la contrabatería y la guerra electrónica. El Presidente está convencido de que es necesario aprender de esta experiencia: “Aprendimos algo, tenemos que mejorarlo. No hay guerra moderna sin esto”.
La tarea de cualquier militar, por supuesto, es defender la Patria, pero también hay que darse cuenta de que detrás de los militares hay familias, niños, ancianos mujeres – toda la nación, mencionó Aleksandr Lukashenko. “Creen en nosotros. Su fe es nuestra fuerza”, acentuó el Jefe de Estado.
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