Aleksandr Lukashenko subrayó que Belarús también recuerda la contribución a la Gran Victoria de los países miembros de la coalición antihitleriana.
“Es una pena que esa coalición ya no exista. Y es una pena que las nuevas élites de Europa Occidental repitan los errores de sus predecesores. ¿Qué es lo que realmente une hoy al Occidente colectivo? La sed de ganancias a costa de los demás. Y el odio genético hacia los ganadores, hacia nosotros. No me cansaré de recordar que toda Europa luchó contra la Unión Soviética. Bajo la esvástica de Hitler se alzaba una legión de ciudadanos de sus estados, más de una diez divisiones de extranjeros y colaboracionistas, fanáticos que sacrificaron a sus pueblos”, dijo el Jefe de Estado.
Y a sus espaldas estaban las élites -políticos y empresarios- que apostaron por la victoria de la Alemania nazi.
“Todos -desde el soldado de la Wehrmacht hasta los productores de chocolate, ropa, armas y equipamiento para las necesidades del Ejército alemán- son responsables del genocidio del pueblo soviético y belaruso. Fueron ellos quienes convirtieron Belarús en tierra quemada durante más de tres años de ocupación. Y hoy, sus descendientes, en lugar de arrepentirse, de hacer penitencia por los pecados de sus abuelos, nos estrangulan con sanciones y nos amenazan. He visto y vivido muchas cosas, pero el mapa de Belarús con los lugares de enterramiento es estremecedor. Detrás de cada icono hay miles de ancianos, mujeres y niños pacíficos brutalmente asesinados. Millones. Nuestros ancianos, nuestras mujeres y nuestros niños. ¿A quién amenazaban?”, preguntó retóricamente el líder belaruso.
