MINSK, 10 ene (BelTA). – El Presidente de Belarús, Aleksandr Lukashenko, en la ceremonia de entrega del premio “Por el renacimiento espiritual”, el premio especial para las personalidades de la cultura y el arte y el premio “Olimpo deportivo de Belarús” subrayó la contribución de la Agencia Telegráfica de Belarús a la preservación de la memoria histórica, informa BelTA.
La Agencia Telegráfica de Belarús, la Compañía Nacional de Radio y Televisión de Belarús y la Fiscalía General recibieron el premio especial del Presidente de Belarúspara las personalidades de la cultura y el arte por su gran contribución a la preservación de la memoria histórica y la verdad sobre la Gran Guerra Patria y la realización de los proyectos “Los últimos testigos” y “El genocidio sin derecho a la vida”.
Aleksandr Lukashenko entregó el diploma de laureado del premio especial a Irina Akulóvich, directora general de BelTA, y a Irina Bufétova, editora principal de BelTA.
“Para nosotros es obvio: la paz es el valor más importante. Para cualquier pueblo, especialmente para el pueblo belaruso. Porque conocemos su precio. Los proyectos “Los últimos testigos” y “El genocidio sin derecho a la vida” son un homenaje a la memoria de las víctimas inocentes y los héroes de la Gran Guerra Patria. Hoy damos las gracias al equipo de autores de nuestra Fiscalía, la Agencia Telegráfica de Belarús, la Compañía Nacional de Radio y Televisión de Belarús, que han sentido profundamente todo el dolor y el sufrimiento del pueblo de la guerra. Estas películas son una crónica de terribles crímenes, que no permitiremos que olviden ni nosotros ni quienes tienen la responsabilidad histórica de ellos. Nuestra memoria es garantía de paz en el futuro. Como decía antes, si olvidamos el camino a los templos y monumentos de aquella guerra, habrá guerra”, subrayó el mandatario belaruso.
El libro “Los últimos testigos” es un proyecto creativo conjunto de BelTA y la Fiscalía General. La publicación incluye relatos de jóvenes prisioneros de los campos de concentración fascistas, grabados por los investigadores durante la investigación por la Fiscalía General de la causa criminal sobre el genocidio del pueblo belaruso. Los materiales de los periodistas, que se publicaron en los recursos de BelTA durante el año, constituyeron la base del libro.
“Hay que entender que no se trata sólo de un libro. El proyecto comenzó con los materiales que se publicaron en el periódico “7 Dnei”. Y toda la redacción trabajó muy duro en este proyecto: a lo largo del año se publicaron 22 materiales sobre personas que experimentaron los horrores de la guerra”, contó Irina Akulóvich.
Los periodistas tuvieron que procesar una enorme cantidad de información: miles y miles de testimonios sobre terribles sucesos y crímenes. Los corresponsales se reunieron con prisioneros de los campos de concentración. Estos relatos formaron la base de una serie de historias documentales – trágicas y pesadas, pero al mismo tiempo muy conmovedoras y cálidas.
“Luego nos dirigimos a la Fiscalía General con la propuesta de publicar un libro que recogiera todas estas historias en papel. Publicamos 1500 ejemplares – se agotaron enseguida e incluso tuvimos que hacer una tirada adicional. Este trabajo tan importante es necesario para cada uno de nosotros, porque cada belaruso lleva en sus genes el dolor de esta guerra: muchas personas perdieron a sus parientes y amigos, cada familia tiene sus propias historias trágicas. Tenemos que conservar este recuerdo y transmitirlo a las próximas generaciones. Por supuesto, continuaremos este trabajo – en otros libros, en otros proyectos, pero con la misma cordialidad y dolor”, señaló Irina Akulóvich.
Los recuerdos de los prisioneros de los campos de concentración no pueden dejar indiferente. Pero la historia de Emilia Kopytok, residente de Borísov, resultó la más impresionante para la directora general. Una niña pelirroja de 10 años, llamada cariñosamente por sus padres Bélochka (Ardillita), pasó por seis campos de concentración. ¡Y sobrevivió!
“Cuando un niño ve baños con grasa humana con la que se hace jabón, cuando se matan niños y madres a sus ojos – es imposible leer esas cosas sin dolor”, dijo Irina Akulóvich.-0-
