MINSK, 21 may (BelTA). – La mejora de las actividades de control y supervisión fue el tema de la reunión con el Presidente de Belarús, Aleksandr Lukashenko, el 21 de mayo, informa BelTA.
En la reunión se presentó un proyecto de decreto que prevé la adaptación de los actos jurídicos en este ámbito. El Jefe de Estado señaló que no es la primera vez que este tema se aborda a nivel del Presidente, dada su importancia. En 2009, a base del Decreto nº 510, en el país se formó un sistema de control integral y óptimo en aquel momento. Ocho años después, en 2017, se modernizó de manera integral con base en las necesidades del Estado y la sociedad. Se revisó la lista de organismos de control, se redujeron las áreas de control duplicadas y se endurecieron los requisitos para el nombramiento de las inspecciones y el trabajo de los controladores.
“Como resultado, el Comité Estatal de Control informa anualmente de la reducción de la carga de inspección de las entidades empresariales”, notó Aleksandr Lukashenko. Según los informes del Comité de Control Estatal, el año pasado en comparación con 2019, el número total de inspecciones se redujo en casi un 30 % (de 8822 en 2019 a 6,5 mil en 2023).
“Sin embargo, debe reconocerse que, en el contexto de la mejora de los indicadores estadísticos, las tendencias negativas en este ámbito aún no se han erradicado. En particular, bajo la apariencia de formas preventivas de control -varios tipos de supervisión, inspecciones técnicas- a veces se llevan a cabo inspecciones en toda regla. Todo el mundo sabe muy bien lo que es una inspección en toda regla, en términos de contenido y tiempo. A veces se quedan ahí durante meses, cuando todo puede hacerse en unos pocos días. En el conjunto del país, se habla de 300 mil inspecciones de este tipo al año (aparentemente preventivas). Es una cifra impresionante, ¿no?”
“Y sólo después de que les señalé la inadmisibilidad de tal enfoque, las cifras se redujeron aproximadamente a la mitad”, dijo.
Aleksandr Lukashenko declaró que, por desgracia, la práctica de múltiples visitas a una misma empresa por asuntos idénticos continúa. “Los controladores, que vienen uno tras otro, exigen una enorme cantidad de documentación. Es decir, se dedican a la burocracia”.
“Lo más indignante es que a veces se inspeccionan las organizaciones que no lo merecen. No hay otra forma de explicar los casos en que tengo que intervenir personalmente para poner las cosas en orden, como con la formación de los precios”, marcóAleksandr Lukashenko.
Los esfuerzos de los inspectores, según el Jefe de Estado, suelen ir encaminados a encontrar deficiencias y aplicar sanciones, mientras que deberían ir dirigidos a mejorar el rendimiento de las empresas. “No necesitamos multas ni sanciones, sino mejorar el rendimiento de las empresas”, enfatizó.
Anteriormente, el Presidente dio instrucciones para solucionar radicalmente la situación, cambiar el estilo y los métodos de trabajo. En cumplimiento de estas instrucciones, el Gobierno preparó un proyecto de decreto para mejorar las actividades de control y supervisión. Su elaboración duró más de dos años. “La Administración del Presidente y el Gobierno lo cambiaron varias veces, implicando a todos los organismos interesados. Como resultado, el borrador contiene una serie de innovaciones”.
Debido a la importancia de este acto jurídico para el país, el Presidente tiene intención de tomar una decisión definitiva sólo después de un debate exhaustivo. Aleksandr Lukashenko planteó una serie de preguntas a los participantes de la reunión, en particular, si el trabajo de las empresas será más eficaz tras la firma de este documento, si se reducirá la carga de inspección y no se debilitará el control. “Me refiero a aquellos ámbitos en los que existe un riesgo real de daño para la seguridad nacional, la vida y la salud de los ciudadanos”.
El mandatario preguntó si todas las cuestiones problemáticas se resolverán con la aprobación del decreto, y se interesó por la opinión del consejo interdepartamental sobre las actividades de control y supervisión al respecto.
“Quiero advertir una vez más: no hay que presionar a las empresas, organizaciones, entidades comerciales y personas. No debemos impedir que la gente trabaje. Pero si alguien merece ser controlado, debe serlo tanto como sea necesario. No hay ninguna necesidad de llorar y lamentarse. Los organismos de control y aplicación de la ley deben tratar a nuestras empresas como a sus hijos – nos alimentan. Por lo tanto, no se les debe impedir trabajar. El sistema debe arreglarse, y debe funcionar”.-0-