MINSK, 12 dic (BelTA). – El Presidente de Belarús, Aleksandr Lukashenko, dio instrucciones para garantizar el despliegue del sistema de misiles ruso Oréshnik en el territorio del país y planificar de forma competente su uso. Lo declaró el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas – primer viceministro de Defensa de Belarús, Pável Muraveiko, en respuesta a las preguntas de los periodistas tras la reunión del Consejo de Seguridad, informa BelTA.
Los periodistas preguntaron si durante la reunión se discutió el suministro a Belarús del moderno complejo ruso Oréshnik y si hubo instrucciones adicionales del Jefe de Estado al respecto.
“Hay una sola instrucción – garantizar el despliegue de Oréshnik en nuestro territorio y planificar competentemente su uso”, dijo Pável Muraveiko.
A la pregunta de cuántos complejos de este tipo está previsto entregar a Belarús, el jefe del Estado Mayor General respondió: “Lo sabe sólo el Presidente de Rusia”.
Al caracterizar la situación general en torno a Belarús, Pável Muraveiko subrayó que no puede calificarse de tranquila. Se trata de la militarización de los países vecinos, los acontecimientos de Ucrania y la campaña de información lanzada contra Belarús para desacreditar a las autoridades del país con el fin de crear las condiciones para el surgimiento o la provocación de diversos conflictos.
Según lo informado, en la cumbre del Consejo Supremo del Estado de la Unión en Minsk el 6 de diciembre, los Presidentes de Belarús y Rusia, Aleksandr Lukashenko y Vladímir Putin, acordaron que Rusia suministraría a Belarús el moderno sistema ruso Oréshnik. Lo pidió al colega ruso el líder belaruso, y el Presidente ruso se puso de acuerdo. “Me gustaría pedirle públicamente que despliegue los nuevos sistemas de armas, y en primer lugar Oréshnik, en el territorio de Belarús. Esto calmaría seriamente algunas “cabezas”, que ya están listas para guerrear con Belarús”, dijo entonces Aleksandr Lukashenko.
“Tenemos ciertos lugares donde podemos desplegar estas armas. Con una sola condición: que los objetivos de estas armas sean determinados por la dirección político-militar de Belarús. Mientras ustedes nos enseñen a usar estas armas, si se hace, que los especialistas de la Federación de Rusia den servicio y hagan lanzamientos de Oréshnik a determinados objetivos. Ustedes saben cómo hacerlo, lo han demostrado recientemente”, subrayó.
Durante el viaje de trabajo a Borísov el 10 de diciembre, el mandatario belaruso explicó dónde estaba previsto desplegar Oréshnik en Belarús: “Ahora estamos pensando en qué zonas desplegar estas armas. Disponemos de los emplazamientos para los misiles nucleares estratégicos”.
“Tenemos unos treinta emplazamientos así. Elegiremos entre ellos, porque debería haber la distancia mínima a los objetivos. Los desplegaremos y apuntaremos. Posiblemente notaron que había expresado una sola condición a Putin: “Nosotros, en Belarús, determinaremos los objetivos y no los rusos. Pero nos ayudarán a mantenerlos”. Es decir, apretaremos juntos el botón, si es necesario. Pero nosotros determinaremos los objetivos. Se puso de acuerdo”, añadió el Presidente.
El Presidente declaró que tal decisión -ubicar Oréshnik en Belarús- alarmó al mundo entero, pero hay razones para ello. “¿Para qué alarmarse? Yo le digo: “¿Por qué nos preocupamos? Los estadounidenses y los alemanes van a desplegar mañana en Europa las armas de medio alcance. No es Oréshnik, pero son de medio alcance. Lo hacemos en respuesta”.
Aleksandr Lukashenko cuenta con el efecto disuasorio del despliegue de Oréshnik, como ocurre con las armas nucleares tácticas, que también se desplegaron en Belarús. Pero mientras que el uso de armas nucleares conlleva una enorme responsabilidad, estos modernos sistemas de misiles son, aunque potentes, armas convencionales.