MINSK, 21 nov (BelTA). – Los científicos médicos belarusos han logrado altos resultados en el tratamiento de enfermedades cancerosas, y en una serie de direcciones existe potencial para alcanzar posiciones líderes en el mundo. Sobre esto se informó a Aleksandr Lukashenko, en una reunión sobre las cuestiones del desarrollo de la esfera científica, transmite el corresponsal de BelTA.
En la reunión intervino Serguéi Krasny, vicedirector de trabajo científico del Centro Científico y Práctico Republicano de Oncología y Radiología Médica N. Aleksándrov. Relató sobre los logros en el ámbito de la terapia CAR-T para el tratamiento de enfermedades oncológicas. Esta es una de aquellas direcciones donde los científicos y prácticos trabajan juntos hombro con hombro. Y los desarrollos permiten curar completamente a pacientes, a quienes antes les quedaría vivir solo contados meses.
"Se realizan investigaciones principalmente orientadas a la práctica y se aplican inmediatamente. Las tecnologías más innovadoras las desarrollamos precisamente en cooperación con las organizaciones de la Academia Nacional de Ciencias", relató el científico.
La terapia CAR-T son las llamadas tecnologías celulares. Se trata de la modificación genética de los linfocitos del paciente, para que ellos puedan reconocer células tumorales concretas, atacarlas y destruirlas. "El Instituto de Química Bioorgánica desarrolló una construcción genética artificial especial, que con ayuda de un virus se introduce en los linfocitos del paciente. Y los linfocitos comienzan a producir receptores especiales, que permiten reconocer las células tumorales. Se trata de linfomas y leucemias avanzadas. Es decir cuando el paciente, en esencia, ya está muriendo y le queda vivir alrededor de dos meses", dijo el científico.
Al paciente se le inyectan tales linfocitos en una cantidad de más de 100 millones. "Se desarrolla una reacción inmune potentísima del tipo de tormenta de citocinas. Los linfocitos atacan las células tumorales y las destruyen", compartió los detalles del proceso Serguéi Krasny. "Nosotros tenemos la mayor experiencia en Europa Oriental. En los países vecinos esta tecnología o no existe en absoluto, o está en estado embrionario".
Con ayuda de esta tecnología ya se han tratado 85 pacientes. De ellos, el 60 % están curados completamente y se han recuperado. En los restantes, hay una prolongación significativa de la vida. Y en la enfermedad mieloma (enfermedad maligna de la sangre) se observa la curación completa.
En lo que respecta al costo del tratamiento, en Belarús es mucho más barato que en Europa Occidental, donde un curso cuesta alrededor de 500 mil euros. "En Belarús es de 55 mil dólares en equivalente. Naturalmente, para los ciudadanos de Belarús esto es gratuito. Pero tal costo atrae a extranjeros. 52 personas han sido tratadas, principalmente de países cercanos. Esto ha permitido ganar dinero", relató Serguéi Krasny.
Agregó que en la actualidad se desarrollan métodos análogos para otros tipos de tumores y enfermedades no tumorales, tales como el lupus eritematoso sistémico y la esclerosis múltiple. "Y nosotros esperamos también el éxito", señaló el científico.
Al escuchar, Aleksandr Lukashenko señaló que concretamente sobre este logro lo escucha por primera vez. Al mismo tiempo, recordó el Jefe de Estado, la cuestión sobre el desarrollo en Belarús de las tecnologías celulares en oncología se planteó ya hace bastante tiempo, y entonces era necesario tomar una decisión.
"Entonces los científicos apenas pensaban sobre esto. Comenzaron a razonar. Unos dicen: "¡No hay que hacerlo!" Otros: "¡Es la salvación de la vida!" y demás. Y a mí me tocó tomar entonces la decisión. Digo: "No, esto después de todo lo hacen en el extranjero, esto es el futuro, vamos a trabajar". Y si ustedes han logrado tales éxitos, aunque sea en el tratamiento de algunos dos-tres tipos de enfermedades cancerosas, esto es muy importante", señaló el Presidente.
El Jefe de Estado expresó el deseo de que en un futuro visible, posiblemente el próximo invierno, visite el centro republicano para familiarizarse más detalladamente con los avances existentes. Llamó la atención sobre que dicha institución puede servir de ejemplo de un centro, donde la ciencia está unida con la práctica.
"Este centro está bajo mi control, comenzando por el componente de personal, terminando por otras cuestiones. Allí mismo construimos viviendas inclusive para el desarrollo de nuestro centro oncológico. A esto le prestaremos seria atención. Es la enfermedad del siglo, no podemos evitarlo", subrayó.
El tema del desarrollo de la dirección lo complementó el jefe de la Presidencia de la Academia Nacional de Ciencias, Vladímir Karánik, quien es médico por educación y durante mucho tiempo se especializó precisamente en oncología.
Según sus palabras, en la terapia CAR-T hoy se ocupan tres centros en Belarús. "Este es el centro infantil, el Centro Científico y Práctico Republicano de Oncología y el Centro Científico y Práctico de Cirugía y Transplante. Cada uno tiene su experiencia única, en cada uno de los tres centros se han reunido entusiastas y profesionales. Pero unirlos en un solo lugar, para potenciar los logros unos de otros – esa era toda una tarea", relató.
Sin embargo, esta tarea se logró realizar. En lo que respecta a la terapia CAR-T, Vladímir Karánik aclaró que aunque los científicos médicos belarusos han alcanzado serias alturas, en el desarrollo de esta tecnología aún hay hacia dónde aspirar en comparación con la experiencia mundial.
"En Europa Oriental nadie tiene tal experiencia, pero nosotros debemos aspirar hacia adelante. Hemos inventado, hemos introducido algo. Lo principal es no parar, desarrollar más", subrayó.
Está seguro de que con el personal existente el logro de nuevos y altos resultados y competencias de nivel mundial no está lejos, y hay muchos de esos "brotes" en la ciencia, hay que "encontrarlos, cuidarlos y mimarlos".
Vladímir Karánik hizo una propuesta para el mejoramiento de este trabajo, la cual concierne al trabajo de los colaboradores científicos en los Centros Científicos y Prácticos Republicanos médicos de cualquier especialidad. "Además de que son colaboradores científicos, ellos participan en todos los consejos, comisiones de análisis de quejas, ellos operan a los pacientes más complejos. Es decir, ellos prestan el acompañamiento científico-metodológico del proceso de tratamiento. Pero por esto ellos no reciben dinero. Ellos se ven obligados cada vez a inventar algo, para obtener el financiamiento del sector científico", relató.
Según sus palabras, esta cuestión fue discutida con el primer ministro, Aleksandr Turchín, y se alcanzó un entendimiento: "Hablamos de que hay que proponer un esquema así: quitar la deficiencia temática, prever un financiamiento base, y todos los esfuerzos (tanto intelectuales, como financieros) concentrarlos en direcciones como la terapia CAR-T, donde nosotros podemos, sin modestia, ingresar a la élite mundial. De otra manera nos dispersaremos en informes".
"Bien. Esto es precisamente lo que nosotros discutíamos", apoyó Aleksandr Lukashenko.-0-
