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28 Septriembre 2022, 14:46

Resumen de la visita de Makéi a Nueva York

MINSK, 28 sep (BelTA). – El ministro de Asuntos Exteriores, Vladímir Makéi, participó en la 77ª sesión de la Asamblea General de la ONU, que se llevó a cabo del 21 al 26 de septiembre. BelTA ofrece un resumen de la visita del canciller belaruso a Nueva York.

¿Para qué fuimos?

La delegación belarusa planteó las siguientes prioridades en la sesión de la Asamblea General de la ONU: proteger los intereses nacionales frente a una crisis compleja en el campo de la seguridad internacional, contrarrestar el debilitamiento del sistema multilateral internacional y la legalización de la política occidental de sanciones en la ONU como método de administración de las relaciones bilaterales con los estados miembros de la organización. Belarús continuó promoviendo los principios de justicia, igualdad y multilateralismo, respeto de la soberanía de los estados miembros y la inadmisibilidad del uso de medidas y sanciones coercitivas unilaterales en violación de la Carta de la ONU.

Al mismo tiempo, la parte belarusa llamó a oponerse a las prácticas discriminatorias en la ONU por motivos de estado, cultura de la cancelación, exclusión arbitraria de los estados de las estructuras internacionales, no expedición de visados a los representantes oficiales, etc. Una vez más se anunció la iniciativa del Presidente de Belarús de iniciar un proceso global con la participación de todos los actores internacionales en el espíritu de San Francisco, que debería llevar a los acuerdos claros y transparentes sobre las reglas del nuevo orden jurídico mundial.

¿Dónde participaron y qué dijeron?

El programa de la visita de Vladímir Makéi incluyó sus discursos en la discusión política general de la 77ª sesión de la Asamblea General de la ONU, la participación en las reuniones de los cancilleres de los estados miembros de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) y los estados participantes del Movimiento de Países No Alineados (MPNA), la reunión ministerial del Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de la ONU, la reunión ministerial del Grupo de Países Afines en Apoyo a los Países de Renta Media.

Hablando en una reunión de alto nivel de la Asamblea General de la ONU con motivo del 30º aniversario de la adopción de la Declaración sobre los derechos de las personas pertenecientes a minorías nacionales o étnicas, religiosas y lingüísticas, el ministro destacó que, gracias a un sólido sistema de protección y promoción de los derechos y libertades de las minorías nacionales, étnicas, religiosas y lingüísticas creado en Belarús, los representantes de todas las nacionalidades consideran a Belarús su hogar. Enfatizó que el sistema de relaciones públicas establecido en nuestro país se basa en la Constitución de la República de Belarús, que garantiza la promoción y protección de todos los derechos relevantes, incluidos los relacionados con las minorías nacionales.

Además, Vladímir Makéi prestó atención al hecho que el factor de las minorías nacionales no debe ser divisorio para los estados vecinos, sino contribuir al enriquecimiento de su desarrollo: “Llamamos a todos los países del mundo a detener los intentos de resolver los problemas de su población a expensas de sus vecinos. Es el camino hacia los conflictos interestatales. Al fin y al cabo, ambas partes perderán”.

“Debo decir que las declaraciones hechas aquí por algunos de los vecinos de Belarús no tienen absolutamente nada que ver con la realidad, son inventadas, politizadas y fingidas. Nuestros vecinos, lamentablemente, han aprendido a manipular los bulos”, subrayó el titular del Ministerio de Asuntos Exteriores.

“Lamentamos afirmar que las cuestiones de nacionalidad, religión e idioma a menudo se convierten en una herramienta y un manto para actividades ilegales. En los últimos años, hemos registrado y reprimido repetidamente los intentos de las fuerzas externas de influir en la vida política de nuestro país utilizando los factores lingüístico y nacional”, acentuó el canciller.

Al mismo tiempo, señaló: “Todas estas acciones fracasaron gracias a la sabiduría de los ciudadanos belarusos, cada uno de los cuales, sea el belaruso, ruso o polaco, ortodoxo o judío, se siente seguro y protegido como parte integral del pueblo único belaruso”.

Vladímir Makéi declaró que Belarús está dispuesta a continuar tomando todas las medidas necesarias para evitar que las cuestiones de nacionalidad, religión e idioma se conviertan en armas de conflictos políticos internacionales.

Durante una reunión informal de los ministros de Relaciones Exteriores de la OTSC, Vladímir Makéi informó sobre las prioridades de Belarús en la 77ª sesión de la Asamblea General de la ONU, y también llamó a la necesidad de desarrollar principios de solidaridad corporativa, propuso desarrollar un mecanismo apropiado en la OTSC.

El ministro llamó a preservar la solidaridad y el apoyo mutuo en el marco del Movimiento de Países No Alineados. “Ahora Belarús se enfrenta a una guerra híbrida del Occidente, cualquier país del movimiento podrá ser el próximo”.

Vladímir Makéi subrayó que precisamente los países en desarrollo, que forman la columna vertebral del Movimiento de Países No Alineados, que nunca habían buscado la hegemonía e imposición de su voluntad, son capaces de contribuir significativamente a la restauración del orden mundial justo y estable.

En la tercera reunión de ministros de Relaciones Exteriores del Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de la ONU, el canciller belaruso llamó a unir esfuerzos en la lucha contra el uso por parte de algunos países miembros de la ONU de medidas coercitivas unilaterales ilegales, que empeoran directamente la vida de la gente común, tienen el efecto contrario y afectan a los países autores.

Un evento importante para la delegación belarusa y otros participantes fue la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el tema “El mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales en Ucrania”.

El jefe del Ministerio de Asuntos Exteriores de Belarús en su discurso describió en detalle la posición de Belarús sobre este tema, esbozando los orígenes del conflicto, señalando el papel de mantenimiento de la paz de Belarús y las acusaciones sin fundamento contra nuestro país. Vladímir Makéi expresó su firme convicción de que sólo a través de la diplomacia, a través de negociaciones basadas en el respeto y el entendimiento mutuo, es posible resolver cualquier conflicto.

“Belarús se considera “cómplice del agresor” o incluso se presenta como parte del conflicto. Decíamos antes y seguimos diciendo: ¡Belarús nunca ha apoyado la guerra. ¡Pero tampoco somos traidores! Tenemos compromisos de aliados, seguimos y seguiremos firmemente el espíritu y la letra de los tratados internacionales de los que somos parte”, subrayó.

Aseguró que Belarús, como vecino directo, está interesada en participar en las negociaciones entre Rusia y Ucrania sobre el arreglo estratégico de paz y está lista para crear todas las condiciones necesarias para su continuación, incluso en la tierra belarusa. “Y los acuerdos finales también deben tener en cuenta los intereses de la parte belarusa”.

“El fortalecimiento de la seguridad nacional, regional, global no debe llevarse a cabo mediante la acumulación del potencial militar de la OTAN, sino a través de los mecanismos universales de fomento de la confianza bilaterales y multilaterales aceptables para todos. Sólo un diálogo equitativo y mutuamente respetuoso destinado a eliminar las diferencias puede prevenir confrontación en nuestra región”, está seguro el ministro.

La amenaza del uso de armas nucleares fue discutida durante el discurso del ministro de Asuntos Exteriores de Belarús en una reunión de alto nivel de la Asamblea General de la ONU con el fin de celebrar y promover el Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares.

“El nivel de tensión y desconfianza sin precedentes, que conlleva el aumento de los riesgos de confrontación militar, hace que las armas nucleares y la amenaza de su uso sean casi tan reales como hace más de 70 años”, dijo el titular de la Cancillería belarusa.

Según él, el Tratado de No Proliferación Nuclear (TPN), que es un documento fundamental en el campo de la seguridad internacional y la no proliferación, se pone a prueba por numerosos desafíos de carácter regional y global.

El ministro está seguro de que sólo las acciones conjuntas decididas destinadas a fortalecer el TPN y el régimen global de no proliferación nuclear en su conjunto pueden dar el resultado. Debe intensificarse el diálogo entre los países poseedores de armas nucleares para que el proceso de desarme nuclear sea multilateral e irreversible, de conformidad con el artículo VI del TPN.

“Aprobada en enero de este año, la declaración conjunta de los líderes de los “cinco países nucleares” sobre la prevención de la guerra nuclear y la carrera armamentista es una buena base para seguir trabajando en esta área y podría servir como guía para los estados nucleares que no son miembros del TPN”, dijo Vladímir Makéi.

A su vez, la entrada en vigor del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCEN) facilitaría la adopción de medidas adicionales en materia de desarme nuclear. “Hacemos un llamado a aquellos países en cuyas manos está el destino del TPCEN para que se unan al tratado”.

El evento principal de la 77ª sesión de la Asamblea General de la ONU. Y dos preguntas principales de Makéi

El titular de la Cancillería belarusa afirmó que la comunidad mundial lleva más de seis meses viviendo a la sombra del conflicto en Ucrania. “Esta sesión brinda una oportunidad única para evaluar este factor. Respondamos de manera imparcial y honesta a dos preguntas. Estas respuestas, así como las acciones necesarias resultantes, las esperan de nosotros – los estados miembros de la ONU – todas las personas del planeta. Primera – ¿cuáles son las causas profundas del conflicto en Ucrania? Segunda – ¿qué se debe hacer para detenerlo y evitar que algo así vuelva a suceder en el futuro?”

Vladímir Makéi expresó la convicción de que el conflicto en Ucrania se deriva de un caos geopolítico más general, cuyas causas hay que buscarlas en los acontecimientos de hace 30 años. Según él, a principios de los años 90, los políticos occidentales decidieron “pisotear” a su oponente clave: “El Occidente ofreció egoístamente a los estados del espacio postsoviético un solo camino – el camino de sus satélites. Para consolidar este estado fundó esperanzas en la expansión de una de las instituciones clave de la Guerra Fría – el bloque militar de la OTAN. La expansión de la OTAN hacia el Este se hizo en contra de los acuerdos alcanzados con el Occidente, incluso con los líderes soviéticos. También se menospreciaron los intereses legítimos de seguridad tanto de Rusia como de Belarús”.

“Por lo tanto, el Occidente colectivo debe asumir toda la responsabilidad por el derramamiento de sangre en Ucrania. Fue el Occidente el que hizo que este conflicto fuera inevitable, no solo por su decisión de expandir la OTAN, sino también por su negativa a considerar las propuestas de sus oponentes”.

Según él, el Occidente finalmente debe darse cuenta de una serie de verdades. En primer lugar, las relaciones internacionales no giran en torno a un solo centro de poder – es decir, el occidental. Segundo, la historia mundial no tiene fin, ya que no es un movimiento inexorable de todos los países hacia la llamada democracia liberal. Tercero, el mundo es demasiado complejo para reducir todos sus problemas, como a veces tratan de presentar, incluso desde la tribuna de la Asamblea General de la ONU, a un enfrentamiento entre las llamadas democracias y las autocracias. De momento, no hay tal conciencia. Pero hay una destrucción llevada a cabo obstinadamente por el Occidente, incluida la autodestrucción.

El jefe del Ministerio de Asuntos Exteriores de Belarús está seguro de que el Occidente no necesita a Ucrania, ni como miembro de la OTAN ni como miembro de la Unión Europea. Los nuevos patrocinadores simplemente la usaron en su propio “gran juego” contra Rusia. “Hoy Ucrania está pagando el precio con sangre porque sus politicones creyeron en este engaño y se olvidaron de la hermandad histórica de los tres pueblos eslavos orientales: belarusos, rusos y ucranianos. Pero nunca es demasiado tarde para admitir y corregir sus errores”, marcó.

El ministro recordó los esfuerzos de mantenimiento de la paz de Belarús. “¡No hay alternativa a las negociaciones! De lo contrario, obtendremos el tercer Versalles”.

“Esperamos mucho que los tristes acontecimientos en Ucrania aceleren la toma de conciencia por parte del Occidente colectivo de la irreversibilidad de los cambios en las relaciones internacionales. Si esto sucede, se podrá establecer la paz en Ucrania y en una serie de otras zonas de tensión, también podremos sentar las bases para construir un nuevo orden mundial justo”.

La parte belarusa ve el diálogo de seguridad global en el verdadero espíritu de San Francisco como el paso más importante en este proceso, cuya necesidad el Presidente de Belarús anunció hace cinco años: “Siempre hemos subrayado el papel clave de las grandes potencias en este proceso. Por desgracia, hoy se escuchan y se entienden mal. No hay indicios de que estén listos para evitar las acusaciones mutuas. Posiblemente, ya es hora de que los países en desarrollo asuman colectivamente el liderazgo en temas de la seguridad global, con su energía y dinamismo, que demostraron hace casi medio siglo en la exitosa promoción de la idea del nuevo orden económico internacional. Creemos que hoy el Movimiento de Países No Alineados y los BRICS, así como las crecientes integraciones regionales, deben sumarse directa y activamente a los temas de la paz mundial”.

Reuniones abiertas y de pasillo con los colegas

En el marco de la Asamblea General de la ONU en Nueva York el ministro de Asuntos Exteriores de Belarús, Vladímir Makéi, sostuvo varias reuniones con sus colegas de Europa, América Latina, el Sudeste Asiático y los jefes de las Naciones Unidas. Además, el jefe de la Cancillería participó en la ceremonia de firma de la convención sobre facilitación del transporte ferroviario internacional, que hará una contribución significativa al mejoramiento de la conectividad del transporte y el aumento de la movilidad en Eurasia.

Entre las primeras estuvo una conversación de trabajo entre Vladímir Makéi y su homólogo, Serguéi Lavrov, durante la cual las partes intercambiaron opiniones sobre el estado actual de las cosas en el mundo y la región, discutieron las relaciones con la Unión Europea y EEUU.

El canciller belaruso también se reunió con sus colegas de Tayikistán, Siria, Kazajistán, Venezuela, Serbia, Zimbabue, Turquía, Hungría, Pakistán, Nicaragua, Brasil, India e Irán.

Asimismo, tuvo lugar la reunión del ministro de Asuntos Exteriores de Belarús con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, durante la cual el diplomático belaruso transmitió al jefe de la ONU un mensaje de respuesta del Presidente Aleksandr Lukashenko en apoyo de la iniciativa de Antonio Guterres de brindar asistencia humanitaria en la lucha global contra el hambre. “Las partes coincidieron en sus evaluaciones de la situación actual de las relaciones internacionales: es necesario tomar medidas urgentes para garantizar la paz y la estabilidad mundial”.

Además de las reuniones mencionadas, Vladímir Makéi mantuvo unas 10 reuniones a puerta cerrada, incluso con los representantes de la Unión Europea (UE) y EEUU, que quedaron sin cobertura mediática a pedido de sus participantes extranjeros. El resultado principal de las reuniones, según el diplomático, es la continuación del diálogo: “No necesitamos publicaciones por las publicaciones o reuniones por la imagen. No se trata de esto. Lo más importante para mí en estas reuniones a puerta cerrada es que logramos restablecer o continuar contactos, canales de comunicación, que son muy importantes en el momento actual y que son necesarios para el intercambio de información, para comunicar nuestra posición. Créame, hay acuerdos muy buenos, específicos, positivos sobre las perspectivas de futuro. No albergo esperanzas optimistas de que todo cambie de la noche a la mañana, pero es importante entender que hay colegas que entienden lo absurdo de la situación actual y la necesidad de salir de ella. Estoy convencido de que los resultados de estas reuniones finalmente darán sus frutos”.

Vladímir Makéi habló en Nueva York no sólo con los diplomáticos, sino también con los periodistas, concediendo entrevistas al canal de televisión francés France24 y la agencia de noticias rusa RIA Novosti. Los representantes de los medios belarusos pudieron hacer sus preguntas al ministro en una conferencia de prensa en línea.

Resultados: construcción de una nueva “cúpula de la ONU”

Hablando sobre el futuro de la ONU en una conversación con los periodistas, Vladímir Makéi expresó su opinión sobre la necesidad de reformar la organización. “Los problemas modernos en la política, economía, seguridad van más allá de la estructura más o menos integral que existía antes. Hoy, estos problemas están reventando la “cúpula de la ONU”, que fue creada para responder a varios desafíos y amenazas a la humanidad. Por eso es necesario buscar nuevos mecanismos de respuesta, construir, probablemente, una nueva “cúpula de la ONU”, que permitiría controlar estos problemas. La reforma, por supuesto, es necesaria. La única pregunta es qué tipo de reforma debe ser”, dijo.

Según el diplomático, hoy en día existen diferentes enfoques del tema de la reforma del sistema de la ONU. Por ejemplo, el Occidente promueve cosas absolutamente politizadas que son inaceptables para la mayoría de los países.

“Esto fue claramente visible en los discursos escenificados de varios estados occidentales y sus satélites durante la 77ª sesión de la Asamblea General de la ONU. Quieren promover a miembros permanentes del Consejo de Seguridad a los estados que luego ocupen una posición similar y hablen como ellos. Quieren limitar el derecho de veto de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Fueron expresadas las propuestas absurdas sobre la exclusión de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, de las Naciones Unidas”.

La posición de Belarús, Rusia, China y la gran mayoría de los demás países es completamente diferente, subrayó Vladímir Makéi. “Creemos que la reforma de la ONU y sus estructuras principales debe abordarse con cuidado y de manera ponderada. No hay luz al final del túnel. Me refiero al final de este proceso de reforma”.-0-

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