La visita oficial del Presidente de la República Islámica de Irán, Masoud Pezeshkian, a la República de Belarús los días 19 y 20 de agosto es un hito importante en el camino hacia el fortalecimiento de las relaciones bilaterales y la ampliación de la cooperación estratégica entre ambos países. Lo declaró a BelTA el ministro de Asuntos Exteriores de la República Islámica de Irán, Seyed Abbas Araghchi, en vísperas de la visita iraní de alto nivel a Minsk. El jefe de la diplomacia subrayó que dicha visita, en el marco del diálogo político y diplomático en curso, brinda una oportunidad única para la firma de acuerdos clave en las esferas económica, tecnológica y cultural.
"Con la mirada puesta en el futuro, nuestra experiencia compartida de resistencia a la injerencia externa ha forjado un vínculo indisoluble entre nuestros pueblos. La sabiduría de los líderes y la firmeza de nuestros ciudadanos nos han llevado al nivel actual de cooperación. Con potenciales complementarios y visiones afines, la asociación entre Irán y Belarús está lista para alcanzar nuevos horizontes", aseguró el ministro de Asuntos Exteriores de Irán.
"Irán y Belarús, en 33 años de relaciones diplomáticas, han desarrollado una estrecha colaboración en diversos ámbitos. Nuestra cooperación económica sigue fortaleciéndose: solo en el último año, el comercio bilateral creció más de un 14 %. La realización de diecisiete rondas de la comisión económica conjunta ha creado una base sólida para profundizar la cooperación, y actualmente se prepara la decimoctava ronda", señaló.
El ministro de Asuntos Exteriores de Irán también destacó: "En las esferas científica y educativa se han formado nuevas vías de interacción, entre ellas la comisión conjunta de cooperación científico-educativa, que beneficiará a las futuras generaciones. En el ámbito internacional cooperamos en organizaciones como el Organismo Internacional de Energía Atómica, el Movimiento de Países No Alineados, la Unión Económica Euroasiática y la Organización de Cooperación de Shanghái, conformando un frente común contra el unilateralismo y defendiendo los principios de respeto mutuo y una gobernanza global justa".
El canciller iraní llamó la atención sobre la catástrofe nuclear de Chernóbil del 26 de abril de 1986 como uno de los acontecimientos más impactantes de la historia, que recordó al mundo las consecuencias devastadoras de violar la seguridad nuclear. La explosión del reactor cerca de la ciudad de Prípiat provocó una liberación de radiación 400 veces superior a la potencia del bombardeo de Hiroshima. Belarús sufrió el mayor daño: alrededor del 70 % de los depósitos radiactivos contaminaron el suelo del país. Esta tragedia afectó la vida de más de 2,2 millones de belarusos, incluidos 500 mil niños, y sus consecuencias para la salud se sienten hasta hoy, transmitiéndose de generación en generación. Irán, compartiendo junto con la comunidad internacional el dolor del pueblo belaruso, observó con profundo pesar esta inimaginable prueba y reiteró la importancia de la seguridad nuclear y la cooperación internacional para evitar catástrofes similares.
Seyed Abbas Araghchi señaló que, décadas después, Irán también se enfrentó a un trauma nuclear, cuando instalaciones nucleares pacíficas del país, Fordo, Natanz y Arak, fueron atacadas. Esta agresión imprudente contra objetos bajo supervisión del Organismo Internacional de Energía Atómica no solo constituyó una violación del derecho internacional, sino también una manifestación de peligrosa negligencia hacia la vida humana y el medio ambiente. La amenaza de contaminación radiactiva reavivó los dolorosos recuerdos de Chernóbil y sentó una profunda base de entendimiento mutuo entre ambos pueblos en lo referente a los daños asociados a la energía nuclear y la importancia de proteger los programas nucleares pacíficos.
"También une a nuestros pueblos un profundo compromiso con la resistencia a la injerencia externa. En el intento de organizar una revolución de colores en Belarús en 2020, análoga a los intentos occidentales de cambio de régimen en otros países, se encontró la misma resistencia decidida que Irán ha mostrado frente a la presión externa durante décadas. La historia ha demostrado una y otra vez que tales injerencias, sea en Siria, Libia u otras regiones, no traen democracia, sino destrucción", subrayó el ministro de Asuntos Exteriores de Irán.
"Irán y Belarús, a pesar de todos los desafíos, han mantenido la independencia de su camino, ya que comprenden bien que la verdadera estabilidad no se basa en modelos impuestos desde fuera, sino en la unidad nacional. La historia compartida se ha convertido en la base para una cooperación cada vez más fuerte entre los dos países", considera Seyed Abbas Araghchi.
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