MINSK, 1 dic (BelTA). – El representante permanente de Belarús en la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Andréi Dapkiunas, quien participa en la 29ª reunión del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la OSCE en la ciudad polaca de Lodz, leyó en el foro un discurso preparado por el fallecido ministro de Asuntos Exteriores, Vladímir Makéi. Lo comunicaron a BelTA en el servicio de prensa de la Cancillería.
Vladímir Makéi debería encabezar la delegación belarusa, pero el destino obró a sus anchas. Sin embargo, el discurso preparado se pronunció:
¿Qué hacen cuando la casa está en llamas?
Lo primero que haría cualquier persona responsable sería intentar apagar el fuego. Y ninguna persona sensata la culparía de esta desgracia. En caso de peligro, resuelve la tarea principal – apagar el fuego.
Europa está en llamas hoy. Este incendio no comenzó en febrero de este año. Ardía débilmente durante décadas.
Cualquier desprecio de los intereses y opiniones del interlocutor, cualquier intento de fortalecer la seguridad y el bienestar de uno a expensas de la seguridad y el bienestar de los demás, cualquier manifestación arrogante del derecho al castigo y al perdón – todo esto socavó la tradición de interacción igualitaria en Europa. Esto corroyó el espíritu de Helsinki.
Por eso, como plataforma política de diálogo y discusión respetuosa, la OSCE está respirando a duras penas.
No olvidemos que en 1975 los Acuerdos de Helsinki no recibieron una vigencia indefinida. Los Acuerdos de Helsinki y los acuerdos que los siguieron son tan efectivos como lo permite el clima de interacción interestatal. Este clima hoy es un completo desastre.
¿Cómo detener el fuego en Europa?
Muchos en esta organización consideran necesario simplemente identificar al culpable, luego demonizar, aislar y castigarlo. Esta es una breve descripción del enfoque occidental hacia Rusia y Belarús.
Se manifestó en una prohibición de participación en esta reunión del canciller ruso. Lamentamos esta decisión ya que mata a la OSCE. Los ministros de Asuntos Exteriores de los estados miembros de la OTSC dejaron muy clara su posición sobre este tema en su declaración conjunta la semana pasada.
Este enfoque también se manifiesta en la decisión del presidente de la OSCE de no invitar a la Secretaría de la OTSC a esta reunión como observador.
Algunos consideran que silenciar las voces de aquellos con quienes no están de acuerdo es una señal de la fuerza de sus principios. De hecho, lo único que muestra tal acción es el miedo a un punto de vista alternativo y la debilidad.
La práctica de “nombrar y avergonzar” convirtió al Consejo Permanente en un foro ideal para la propaganda.
Pero la triste verdad consiste en que la propaganda no puede restaurar la confianza ni construir nuevos puentes de comprensión mutua para eliminar los desacuerdos y la hostilidad en Europa.
Solo la diplomacia puede hacerlo.
De hecho, la diplomacia no es necesaria si crees en el poder de los esfuerzos unilaterales para presionar, aplastar y estrangular al adversario. La historia de la humanidad conoce muchos ejemplos del uso de la espada y el fuego para resolver las discrepancias.
Sin embargo, en el siglo nuclear, solo las personas suicidas pueden alimentarse de estas ideas destructivas.
Ya que sabemos que estas ideas aún agitan trágicamente a algunos líderes, Belarús siempre estará alerta.
Pero lo que es más importante, Belarús cree que podemos alejarnos del borde de una catástrofe militar global inminente.
Podemos detener el fuego de la guerra en Europa.
Para ello, debemos, en primer lugar, abandonar las ideas y prácticas de superioridad política, social y cultural y, en segundo lugar, tomarnos en serio el mundo que nos rodea en toda su complejidad y diversidad.
Detengamos la propaganda y el agiotaje mediático en el Consejo Permanente y utilicemos herramientas respetuosas de interacción.
No nos concentremos en 15 minutos de gloria elocuente, sino en la construcción materialista y cuidadosa de los puentes.
Hagamos trabajar a los diplomáticos en beneficio del futuro pacífico de nuestro continente.-0-