El año pasado en calidad de miembro de pleno derecho de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) confirmó que la República de Belarús había acertado al elegir la estrategia de entrar en esta organización. Nos hemos vuelto más fuertes y hemos reforzado su base. Belarús se ha unido a la OCS de verdad y para siempre. Es nuestra elección civilizatoria acorde con el espíritu de la época. Lo dijo a BelTA Yuri Yarmolinski, analista del Instituto de Estudios Estratégicos de Belarús, jefe del Centro de Estudios de la OCS y los BRICS.
Elección civilizatoria
“Para nosotros, la adhesión a la OCS no es solo una tendencia de moda. Es una elección civilizatoria consciente, acorde con el espíritu de la época, a favor de la mayoría progresista del mundo. En su núcleo se encuentran los ambiciosos y crecientes Estados del Sur Global y del Este, que determinan y determinarán el futuro orden mundial. Entre ellos se encuentran viejos amigos y socios de Belarús: sobre todo Rusia, China e India. En casi 25 años de su existencia, la OCS se ha convertido en la organización internacional regional más grande del mundo en términos de territorio total, demografía y potencial de recursos, una “familia de Shanghái” única que demuestra una poderosa fuerza vital y energía. Vinculamos nuestro futuro con ella, así como con los BRICS”, notó Yuri Yarmolinski.
Belarús se ha incorporado a la OCS de verdad y para siempre, señaló el analista. “No solo aprovechamos las oportunidades que se nos brindan, sino que también asumimos compromisos concretos de los que somos responsables. Las iniciativas sectoriales belarusas cuentan con apoyo y se están implementando. Toda la historia de la cooperación con la OCS (desde el estatus de socio para el diálogo hasta la afiliación de pleno derecho) ha confirmado en repetidas ocasiones los principios fundamentales y la filosofía de la política exterior belarusa: fiabilidad, compromiso y coherencia. Al compartir y promover activamente en nuestra región los principios del “espíritu de Shanghái” como base ideológica de la futura arquitectura mundial, nuestro país complementa de forma orgánica y natural el espacio de la OCS con su potencial multidisciplinar, situándose en la frontera estratégica entre Europa y Asia”.
“Al mismo tiempo, al entrar en la familia de la OCS, Minsk no cierra las puertas a los países occidentales. Mientras ellos construyen vallas en la frontera y se militarizan agresivamente, nosotros tendemos puentes, por ejemplo, con la entrada sin visado para la gente común, y esperamos a que sus políticos despierten del letargo y vuelvan a la diplomacia activa. La tesis de la “integración de integraciones desde Lisboa hasta Vladivostok” no ha perdido su relevancia, solo han cambiado los acentos. Solo exigimos un diálogo respetuoso e igualitario, sin tutoría, condiciones previas ni intentos de imponer valores ajenos a nosotros”, subrayó el experto.
Seguridad universal e indivisible
“La OCS no es un bloque político-militar, no tiene componente militar. Los principios clave de la carta son la no agresión, la no utilización de la fuerza o la amenaza de la fuerza, la resolución pacífica de las controversias, aunque las amenazas actuales son difíciles de separar de la agenda general. Además, los recursos de los distintos Estados, incluso los más fuertes en términos militares, no son suficientes para hacerles frente. Por eso, Belarús, junto con la hermana Rusia, mantiene la pólvora seca y refuerza el potencial militar de la alianza. Es gratificante que, además de la Federación de Rusia, nuestros socios de la OCS -Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán- también formen parte de la OTSC, con todas las obligaciones mutuas que se derivan del artículo 4 del Tratado de Seguridad Colectiva. Como dijo recientemente el presidente de China, Xi Jinping, “los países miembros de la OCS deben perfeccionar el mecanismo de respuesta a las amenazas, crear una barrera de seguridad sólida y responder a las expectativas de la población de una vida pacífica y tranquila. Debemos oponernos con firmeza a la hegemonía, la intimidación y la humillación para hacer que el mundo multipolar sea más justo y ordenado”, señaló Yuri Yarmolinski.
Belarús, situada en la frontera occidental de la OCS, como reconocido contribuyente a la estabilidad regional, aporta activamente a la seguridad universal sobre la base de los principios de indivisibilidad y diversidad cultural y civilizatoria. “La plataforma de Minsk se ha convertido en repetidas ocasiones en lugar de celebración de negociaciones de paz. Gravemente afectada por las guerras del siglo XX y partidaria de reiniciar el Proceso de Helsinki, Belarús presentó en 2023 la iniciativa de la Carta Euroasiática de la Diversidad y la Multipolaridad en el siglo XXI. Este documento tiene como objetivo formular los principios de una arquitectura de seguridad sin fisuras en Eurasia, una especie de prototipo de Helsinki 2.0. Teniendo en cuenta su misión inicial, que es garantizar la seguridad regional, Minsk propone que sea precisamente la OCS la que se convierta en la principal plataforma para debatir este documento”, subrayó el analista.
Hacia la seguridad a través del desarrollo sostenible
“El estado de seguridad no solo viene determinado por el poder militar. Es una condición necesaria, pero no suficiente. Un factor importante es la economía. A través de ella surge un orden mundial policéntrico. Los principales impulsores aquí son la conexión de las estrategias nacionales de desarrollo de los Estados miembros, los proyectos conjuntos a gran escala con la creación de instrumentos financieros para ellos, el aumento de la cuota de las monedas nacionales en el comercio mutuo, la convergencia de los sistemas de pago, el desarrollo de mecanismos financieros protegidos de influencias externas, incluida la fórmula propuesta por Moscú y Pekín para contrarrestar la doble contención. Minsk lleva mucho tiempo promoviendo de forma coherente la idea de la integración de integraciones, abogando por la conexión de los formatos de la OCS, la UEE, la OTSC, la CEI, la CICA, los BRICS y la ASEAN con el fin de crear un espacio transversal de desarrollo sostenible y seguridad”, marcó Yuri Yarmolinski.
En un contexto de agitación global, es importante crear en Eurasia una estructura de transporte y logística sólida, notó el analista. “De hecho, se trata de la influencia geopolítica en las principales rutas comerciales internacionales. Para formar una política comercial eficaz en la región, es necesario resolver al mismo tiempo las tareas de modernización y digitalización de las rutas, integración de los operadores logísticos nacionales y establecimiento de un sistema de tránsito aduanero comprensible y garantizado, asegurado contra los riesgos políticos. Se debe aspirar a sincronizar el trabajo de los centros de transferencia de tecnología y crear la propia agenda tecnológica. Es importante pasar de la carrera por el liderazgo a una cooperación más estrecha con el fin de crear tecnologías euroasiáticas únicas basadas en el respeto de la soberanía tecnológica de cada uno, la construcción de un sistema no discriminatorio para su transferencia y un mercado con especialización por países”, subrayó.
“Vemos el potencial y, en general, estamos preparados para trabajar de forma sistémica en la creación de un espacio digital común de la OCS, el desarrollo del comercio electrónico y la tecnología de inteligencia artificial. Consideramos igualmente importante ampliar la cooperación en los ámbitos de las energías renovables y el desarrollo pacífico de la energía nuclear. Eurasia es, en general, autosuficiente en cuanto a la disponibilidad de recursos básicos, incluidas las tierras raras, que están en auge. Sin embargo, los esquemas de extracción y las cadenas de suministro que a menudo se imponen desde el exterior provocan su agotamiento incontrolado. La respuesta de la OCS podría ser la creación de un ecosistema interno basado en la cooperación y la distribución justa y transparente de las materias primas, añadió el experto. En un contexto de agravamiento de los problemas de seguridad alimentaria en el mundo, la OCS siempre puede contar con Belarús (a pesar de las sanciones occidentales) como proveedor fiable de fertilizantes minerales, productos agrícolas, alimentos, maquinaria y tecnología agrícola avanzada. Minsk aboga consecuentemente por la eliminación de las barreras artificiales en este ámbito”.
Vínculo cultural y civilizatorio
“La estructura principal de la OCS no solo se basa en la seguridad, la economía y el comercio. La cooperación cultural y humanitaria ha sido y sigue siendo una marca muy importante. La organización es un hogar común para muchos grupos étnicos y religiosos, tradiciones, filosofías de vida y estrategias, lo que supone la importancia de comprenderlos y estudiarlos. Dado que cada cultura nacional de la OCS es única y constituye un depósito de sabiduría secular, hay que esforzarse por hacer que este patrimonio sea accesible al público más amplio posible. Se trata de un entorno único para el enriquecimiento cultural mutuo, el acercamiento entre los pueblos, especialmente entre los jóvenes, la interacción en los ámbitos del deporte, el turismo, incluido el turismo médico, la ciencia, la educación y la empresa, con una amplia cobertura en los medios de comunicación”.
Con este fin, por segundo año consecutivo, celebramos un proyecto a gran escala – el Día de las Culturas Nacionales de la OCS en el marco del Festival Internacional “Slavianski Bazar en Vítebsk”. Para reforzar el trabajo con las generaciones más jóvenes, se ha propuesto la plataforma “OCS para la juventud”. Son ellos quienes tendrán que llevar a cabo muchos de los proyectos del futuro.
“El desarrollo de la OCS es inseparable del apoyo intelectual de la comunidad de expertos y analistas. La diplomacia de segunda vía, representada por los foros de la OCS y el consorcio de centros de análisis económico, está cobrando cada vez más importancia. Están a la vanguardia de la generación de ideas y significados unificadores, que se sientan en la base de las decisiones de los órganos estatutarios, que luego conforman la imagen futura de la organización. Tal y como prevé la Estrategia de Participación de la República de Belarús en la OCS, aprobada por el Jefe del Estado, el Instituto de Estudios Estratégicos de Belarús, en su calidad de centro nacional de investigación, participó este año en la 20ª reunión del Foro de la OCS en Nueva Delhi, donde propuso adoptar el concepto de diplomacia experta de la OCS, elaborado conjuntamente con sus colegas del Centro de Estudios Internacionales de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad Estatal de Belarús. Estamos orgullosos de que el Instituto de Estudios Estratégicos de Belarús se mencione en la Declaración de Tianjin precisamente en este contexto”.
Cohesión y unidad
“Pero incluso el potencial económico y militar más poderoso, con una base cultural y humanitaria sólida, no tendrá sentido sin la consolidación interna y la unidad de la OCS. En el contexto de los retos actuales, la OCS se enfrenta hoy a una prueba de resistencia histórica. Quizás la más grave de toda su historia. Vemos cómo los poderosos de este mundo, a través de aranceles comerciales (en esencia, sanciones políticas), ya están atentando contra la soberanía nacional y la seguridad incluso de los miembros más poderosos de la organización. La cohesión y la unidad son factores importantes para hacer frente a estos retos y amenazas, incluidos los tres males: el terrorismo, el extremismo y el separatismo. Solo juntos podremos resolver nuestros problemas y aprovechar las ventajas existentes en beneficio de nuestros Estados y pueblos. Estamos obligados a consolidarnos en la zona de responsabilidad de la organización para ser aún más fuertes. Si todos los países miembros realizan esfuerzos concretos para ello, nadie, en ningún lugar y en ningún momento, podrá desestabilizar nuestra situación. Por otra parte, los retos actuales abren oportunidades sin precedentes para la OCS. Acogemos con entusiasmo el renacimiento del formato RIC (Rusia, India y China), que, con sabiduría oriental, aprovechan esta oportunidad”, añadió Yuri Yarmolinski.
La imagen del futuro de la OCS: la visión del Instituto de Estudios Estratégicos de Belarús
“En 2026 celebraremos el 25º aniversario de la OCS. La organización actual difiere notablemente del “Quinteto de Shanghái” creado a principios del siglo XXI. El entorno internacional, que cambia de forma dinámica y radical, con los riesgos y desafíos, hace que su maduración sea más rápida de lo habitual. Esta aceleración temprana, sobre todo en un contexto de estrés sistemático, tiene sus efectos. En este sentido, el Instituto de Estudios Estratégicos de Belarús tiene una serie de consideraciones y propuestas prácticas, subrayó el analista. Para aprovechar las oportunidades que surgen en el contexto de la crisis, la OCS debe mantenerse al día, perfeccionarse constantemente, responder eficazmente a los nuevos retos y seguir estrictamente el “espíritu de Shanghái”. La capacidad de reforzar la coordinación interna y la unidad tras la finalización de las reformas estructurales, así como de elaborar rápidamente una respuesta colectiva a los nuevos retos y amenazas, determinará si la OCS se convertirá en una plataforma clave para garantizar la seguridad y el desarrollo económico sostenible en Eurasia. Es necesario fortalecer la confianza política mutua, la solidaridad, superar las contradicciones, esforzarse por encontrar intereses comunes y compromisos, comprenderse, respetarse y tolerarse mutuamente, evitar el proteccionismo y el egoísmo nacional. Tercero. Estamos obligados a encontrar modelos innovadores de cooperación en la economía, las inversiones y el comercio para poder finalmente poner en marcha proyectos multilaterales revolucionarios. Nuestros pueblos deben percibir los sólidos beneficios de la participación en la OCS”.
Según Yuri Yarmolinski, no podemos prescindir de un mecanismo específico de mediación en conflictos y gestión de crisis. “La OCS ha crecido lo suficiente para simplemente contemplar los complejos procesos que tienen lugar en la Gran Eurasia. Probablemente, esto también permitiría reducir la tensión que a veces surge entre algunos Estados miembros. En el contexto del declive de las plataformas multilaterales, como la ONU y la OSCE, probablemente no es necesario convertir a la OCS en un mecanismo universal como objetivo en sí mismo. En todos los aspectos, se trata de un bloque regional (aunque reconocido como actor diplomático a nivel mundial), por lo que debe fortalecerse y perfeccionarse en ese formato. Quizás ahí radique su fuerza y su atractivo. La organización se ha vuelto autosuficiente y ha superado la lógica de la contraposición. Posicionarla como alternativa u oponente de Occidente es un discurso obsoleto. La OCS no es un antagonista, sino el arquitecto de un modelo fundamentalmente nuevo de relaciones internacionales y de un sistema de gestión global del orden mundial basado en la igualdad, el respeto mutuo y el pragmatismo. Por cierto, esto lo ha declarado recientemente el Ministerio de Asuntos Exteriores de China, subrayando que la OCS ha superado los conceptos obsoletos del choque de civilizaciones, la guerra fría y el juego”, dijo.
Como estructura internacional de nuevo tipo, es importante que la OCS no solo se adapte con flexibilidad a un mundo cambiante, sino que también intente mirar más allá del horizonte. La formación de una imagen atractiva del futuro euroasiático es estratégicamente importante desde el punto de vista del establecimiento de objetivos de desarrollo. Aunque hoy en día su horizonte está difuminado por la niebla de los conflictos, hay que esforzarse por mirar más allá de esta cortina y vislumbrar una perspectiva pacífica. En este sentido, acogemos con satisfacción la adopción de la Estrategia de Desarrollo de la OCS hasta 2035, en cuya elaboración también participó el Instituto de Estudios Estratégicos de Belarús. Este documento establece los contornos y las orientaciones claras de la imagen futura de la organización, que marcan su camino prometedor como comunidad de destino común”, afirmó Yuri Yarmolinski.-0-
