LA HABANA, 24 feb (BelTA - Prensa Latina). - Refugiado en la música durante los meses de confinamiento e incertidumbre debido a la Covid-19, José María Vitier gestó un nuevo disco XXI Bienaventuranzas, presentado por el pianista junto a la flautista Niurka González.
El fonograma conformado por 21 composiciones, propone «desde su eclecticismo y variedad alternativas expresivas confluyentes en una misma mirada participativa y convocadora de esperanza», según apuntan las palabras introductorias de esta suite, dedicada a la capacidad interpretativa de González.
Creada bajo el sello Unicornio de Producciones Abdala, la placa invita en cada pieza a la búsqueda de la belleza, en especial en tiempos marcados por las distancias físicas y las falta de certezas sobre el mañana, que obligan a recurrir al arte para «romper desalientos» y buscar esencias regidas por otro tempo.
En conferencia de prensa, Vitier evocó la conceptualización bíblica de las Bienaventuranzas, concebidas como esa oración que surge en medio de la crisis, en momentos difíciles para llevar fe y confianza en el advenimiento de tiempos mejores.
En ese sentido, destacó que el álbum nació de una serie de oraciones musicales publicadas desde su perfil en la red social Facebook, que sin previa planificación dieron origen a las composiciones del disco, y a toda la articulación de expresiones artísticas originadas por este: pintura, diseño y documental.
Por su parte, González valoró de excepcional la experiencia, que exigió una alta preparación, horas de ensayo y trabajo en equipo para lograr el acople perfecto, conjugado con el estado de ánimo de cada tema.
El material audiovisual gestado durante el proceso de ensayo y grabación, estuvo a cargo del cineasta Lester Hamlet, quien incluyó en el material entrevistas a los protagonistas del proyecto y otros momentos especiales.
La primera oportunidad para escuchar en vivo una selección de la placa será el próximo 27 de febrero en el Teatro Martí, de esta capital, en un concierto que aproximará a las piezas, pero en esa ocasión junto a la soprano Bárbara Llanes, instrumentistas de la percusión y el bajo y la Orquesta de Cámara de La Habana.