CAMAGÜEY, 4 dic (BelTA - Prensa Latina) - La Universidad de Camagüey
lidera hoy un proyecto en Cuba que emplea inteligencia artificial para
predecir y optimizar el consumo energético en hoteles, un aporte clave
para la estrategia nacional.
Un equipo de investigadores y estudiantes de ese centro docente de la provincia oriental diseña una herramienta estratégica para la eficiencia energética, uno de los pilares de la soberanía económica del país.
El ingeniero Luis Benigno Corrales, director del proyecto, explica que se implementa un Sistema de Gestión de la Energía basado en la norma internacional ISO 50001.
La innovación cubana radica en la integración de algoritmos de inteligencia artificial para predecir el consumo futuro de electricidad y otros portadores energéticos en instalaciones hoteleras.
“Esto permite tomar medidas correctivas en tiempo real, anticipándose a los desvíos y optimizando los recursos”, destaca el profesor Corrales.
Esa iniciativa, la primera de su tipo en la provincia de Camagüey, trasciende el ámbito académico para insertarse directamente en un sector económico vital. El proyecto cuenta con el respaldo explícito y la colaboración del Ministerio de Turismo de Cuba (MINTUR).
De hecho, fue el propio MINTUR quien aprobó la ejecución de ese estudio dentro de su red de instalaciones y evidenció la confianza en el capital científico nacional.
La colaboración universidad-sector estatal demuestra un modelo de integración para resolver problemáticas concretas de la economía.
El proyecto se ejecuta como una iniciativa territorial, con el apoyo fundamental del Sistema de Gestión Municipal para el Avance (SIGMA). La dirección técnica está a cargo del Centro de Estudio Multidisciplinario del Turismo de la Universidad de Camagüey.
Sus objetivos inmediatos consisten en aplicar ese sistema predictivo en un grupo de hostales del proyecto Santa María, en la ciudad de Camagüey. No obstante, la visión es mucho más amplia y ambiciosa en su alcance internacional.
“El software que estamos desarrollando es genérico y reusable”, subraya Corrales. Esto significa que la herramienta podría exportarse o adaptarse a cadenas hoteleras de otros países, mostrando el potencial de la biotecnología cubana más allá de la salud.
El proyecto, que concluirá en 2026, ya involucra a una decena de especialistas y un número similar de estudiantes, formando nuevo capital humano. “Los estudiantes no solo aprenden teoría; trabajan en el levantamiento de datos y la programación”, recalca el ingeniero.
Un equipo de investigadores y estudiantes de ese centro docente de la provincia oriental diseña una herramienta estratégica para la eficiencia energética, uno de los pilares de la soberanía económica del país.
El ingeniero Luis Benigno Corrales, director del proyecto, explica que se implementa un Sistema de Gestión de la Energía basado en la norma internacional ISO 50001.
La innovación cubana radica en la integración de algoritmos de inteligencia artificial para predecir el consumo futuro de electricidad y otros portadores energéticos en instalaciones hoteleras.
“Esto permite tomar medidas correctivas en tiempo real, anticipándose a los desvíos y optimizando los recursos”, destaca el profesor Corrales.
Esa iniciativa, la primera de su tipo en la provincia de Camagüey, trasciende el ámbito académico para insertarse directamente en un sector económico vital. El proyecto cuenta con el respaldo explícito y la colaboración del Ministerio de Turismo de Cuba (MINTUR).
De hecho, fue el propio MINTUR quien aprobó la ejecución de ese estudio dentro de su red de instalaciones y evidenció la confianza en el capital científico nacional.
La colaboración universidad-sector estatal demuestra un modelo de integración para resolver problemáticas concretas de la economía.
El proyecto se ejecuta como una iniciativa territorial, con el apoyo fundamental del Sistema de Gestión Municipal para el Avance (SIGMA). La dirección técnica está a cargo del Centro de Estudio Multidisciplinario del Turismo de la Universidad de Camagüey.
Sus objetivos inmediatos consisten en aplicar ese sistema predictivo en un grupo de hostales del proyecto Santa María, en la ciudad de Camagüey. No obstante, la visión es mucho más amplia y ambiciosa en su alcance internacional.
“El software que estamos desarrollando es genérico y reusable”, subraya Corrales. Esto significa que la herramienta podría exportarse o adaptarse a cadenas hoteleras de otros países, mostrando el potencial de la biotecnología cubana más allá de la salud.
El proyecto, que concluirá en 2026, ya involucra a una decena de especialistas y un número similar de estudiantes, formando nuevo capital humano. “Los estudiantes no solo aprenden teoría; trabajan en el levantamiento de datos y la programación”, recalca el ingeniero.
