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13 Mayo 2025, 18:41

“Su Presidente es amigo nuestro”. Desde Eslovaquia se trajo un regalo especial para Lukashenko 

MINSK, 13 may (BelTA). – Durante su visita a Belarús para participar en los actos del 80º aniversario del Día de la Victoria, una delegación del distrito eslovaco de Spisska Nova Ves visitó el Palacio de la Independencia para entregar un regalo especial al Jefe de Estado belaruso, informa el corresponsal de BelTA.

No es la primera vez que los representantes de Eslovaquia acuden a Belarús por iniciativa propia para rendir homenaje a la memoria de los héroes y víctimas de la Segunda Guerra Mundial. Para ellos se trata de una misión especial, cargada de gran significado, en aras de la cual están dispuestos a superar cualquier dificultad logística. Tanto más que su primer ministro, Robert Fico, da el ejemplo correspondiente. A pesar de todos los intentos de algunos políticos occidentales de bloquearle el paso, acudió al desfile de Moscú el 9 de mayo.
El mismo día, en Minsk, la delegación eslovaca de Spisska Nova Ves asistió al desfile con motivo del 80º aniversario de la Gran Victoria. Además, los invitados extranjeros participaron en actos conmemorativos en Yelsk. Esta pequeña ciudad belarusa está ligada a la historia del Héroe de la Unión Soviética, uno de los pocos extranjeros honrados con este alto título: el eslovaco Jan Nalepka. Nacido en uno de los pueblos del distrito de Spisska Nova Ves, en 1942 el joven eslovaco fue llevado a Yelsk como miembro del regimiento, donde creó un grupo antifascista clandestino. Los miembros de la delegación eslovaca entregaron objetos relacionados con el héroe al Museo de Etnografía Territorial de Yelsk.

Otro acto conmemorativo para inmortalizar las hazañas de los caídos durante la Segunda Guerra Mundial fue simbólico. Una cápsula con tierra procedente del mayor cementerio eslovaco de soldados soviéticos, en Michalovce, donde están enterradas más de 17,8 mil personas, fue entregada a la Iglesia de Todos los Santos de Minsk, cuya cripta alberga decenas de cápsulas con tierra de los lugares de enterramiento de los soldados de la Gran Guerra Patria.

“En Eslovaquia recordamos a quienes liberaron nuestro país durante la Segunda Guerra Mundial. Los eslovacos no han perdido la memoria. Honramos la memoria de las víctimas y los libertadores, los soldados del Ejército soviético. Para el primer ministro eslovaco este es también un tema muy importante”, subrayó en su conversación con los periodistas el jefe de la delegación, jefe de la Administración del distrito de Spisska Nova Ves, Branislav Rusinak.
Belarús tiene una actitud muy reverente y atenta a la memoria de todos los héroes de la guerra, y la labor para establecer todos los hechos sobre los acontecimientos de aquellos terribles años aún continúa, porque cada historia es importante. Al ver tanta atención a la memoria de la guerra en la sociedad, la delegación eslovaca consideró necesario hacer su contribución. En 2024, sus participantes acudieron al desfile con motivo del 80º aniversario de la liberación de Belarús. Y en marzo de este año vinieron para entregar cápsulas con tierra de la aldea eslovaca, destruida por los nazis en 1945, al Museo de Khatyn.

Según los participantes de la delegación, Eslovaquia sabe que conservar la memoria de la Segunda Guerra Mundial forma parte de la política oficial de Belarús y de su Presidente. Y por ello respetan mucho al líder belaruso. Gracias a él, Belarús mantiene un compromiso inquebrantable con la resolución pacífica de cualquier conflicto y disputa. Fue en Minsk, en el Palacio de la Independencia, donde tuvieron lugar las negociaciones del Cuarteto de Normandía y donde se concentraron los esfuerzos para establecer la paz en Ucrania. Belarús siempre ha hecho, hace y hará todo lo posible para que haya paz.
“Los eslovacos y belarusos son pueblos eslavos hermanos. Tenemos que trabajar juntos independientemente de la situación política. Su Presidente es nuestro amigo”, subrayó Branislav Rusinak.

Como muestra de especial respeto y amistad, los invitados extranjeros trajeron un regalo inusual para el Jefe de Estado belaruso. Se trata de un retrato de Aleksandr Lukashenko, realizado por un maestro eslovaco en la técnica del bordado sobre lienzo. Hablando de cómo nació la idea de tal regalo, el jefe del distrito explicó que el mismo maestro había hecho una vez un retrato de Robert Fico en una técnica similar. Enterado de ello, Branislav Rusinak pidió crear un retrato del Presidente de Belarús con la esperanza de regalárselo al Presidente.

Los invitados extranjeros obtuvieron tal oportunidad. Se les invitó al Palacio de la Independencia, donde pudieron reunirse con la secretaria de prensa del Presidente belaruso, Natalia Eismont, y no sólo entregar el regalo, sino también visitar el símbolo de la soberanía e independencia belarusas con una visita guiada. “Es un gran honor para nosotros visitar el palacio. Son impresiones que permanecerán toda la vida. Deseamos que siempre haya paz, que eslovacos y belarusos vivan en paz. Estamos a favor de la amistad entre los pueblos”, declaró Branislav Rusinak en nombre de todos los miembros de la delegación.

Natalia Eismont notó que los regalos hechos a mano tienen un valor especial porque conservan el calor y una parte del alma de sus autores. Aseguró que el retrato se trasladaría al Museo de Regalos al Presidente, situado en el Palacio de la Independencia.
Las partes se mostraron solidarias en la opinión de que sería otro elemento para reforzar la amistad belaruso-eslovaca y seguir desarrollando la relación. Junto con la cálida reunión y conversación entre los líderes de Belarús y Eslovaquia en Moscú el 9 de mayo, esto inspira optimismo y da fe de la presencia de políticos sensatos y pragmáticos que se centran en los intereses de sus países y pueblos.-0- 
Fotos de Yan Gorbaniuk
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