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17 Septriembre 2023, 17:14

La República de Belarús celebra el Día de la Unidad Nacional

Fotos de Vitali Pivovarchik, Pavel Orlovsky
Fotos de Vitali Pivovarchik, Pavel Orlovsky

MINSK, 17 sep (BelTA). - La República de Belarús celebra hoy el Día de la Unidad Nacional. Ese día fue proclamado como festivo el 7 de junio de 2021 por el Decreto nº 206 del Presidente Aleksandr Lukashenko.

La festividad conmemora el comienzo de la campaña de liberación del Ejército Rojo de Bielorrusia Occidental en 1939, como resultado de la cual el pueblo bielorruso, dividido por las disposiciones del Tratado de Paz de Riga, se reunió de nuevo.

El territorio de Bielorrusia (en aquel entonces se llamaba así) se dividió entre los dos estados como consecuencia de la guerra polaco-soviética de 1919-1920. En el territorio de la parte oriental de Bielorrusia se creó la República Socialista Soviética de Bielorrusia, que formaba parte de la URSS. Los territorios occidentales fueron anexionados a Polonia. Algunas de aquellas tierras fueron confiscadas por los polacos durante la guerra, otras fueron cedidas según el Tratado de Paz de Riga firmado el 18 de marzo de 1921.

El estado polaco incluyó el territorio de más de 112 mil kilómetros cuadrados con una población de 4,6 millones de personas (según los datos de 1931). Estas tierras comenzaron a llamarse Bielorrusia Occidental, aunque no era un nombre oficial, por lo que las autoridades polacas no lo reconocían.

Bielorrusia Occidental era una periferia agraria atrasada de Polonia. El estado polaco utilizaba la región principalmente como fuente de materias primas y mano de obra barata. La jornada laboral en la industria duraba de 10 a 12 horas y los salarios eran más bajos que en las regiones polacas de origen. Más del 80% de la población de la región estaba ocupado en la agricultura.

Las autoridades polacas promovían una política de asimilación de los bielorrusos. No permitían el uso de la lengua bielorrusa en las instituciones estatales y prohibían las escuelas donde se impartían clases en este idioma. De las 400 escuelas que existían en el territorio de Bielorrusia occidental antes de la ocupación polaca, en 1934 sólo quedaban 16, y en 1939 ya no quedaba ninguna. La prensa bielorrusa fue perseguida duramente. Así, por ejemplo, en 1927 había 23 periódicos y revistas bielorrusas publicadas legalmente, en 1932 quedaban 8, y para el 1937 sólo quedaban publicaciones pro-polacas y clericales. En Bielorrusia Occidental no había teatros ni instituciones musicales, puesto que las autoridades encontraban diferentes razones para cerrar editoriales, bibliotecas y centros de lectura donde se hablaba el bielorruso.

El principal método del gobierno polaco era la coerción y, a menudo, el terror. Era habitual la represión policial masiva contra la población, emprendidas para sofocar las revueltas campesinas. Eran frecuentes los casos políticos en los tribunales. A los "elementos socialmente peligrosos" los encarcelaban. En 1934 se creó el campo de concentración de Bereza-Kartuza, donde se mantuvieron en los 5 años de su existencia, según datos incompletos, más de 10 mil prisioneros.

El pueblo bielorruso no quería someterse y luchó durante 20 años por la liberación social y nacional, que adoptó diferentes formas en distintos momentos, pero nunca cesó. Se organizaban manifestaciones obreras y campesinas. Las organizaciones culturales y educativas, entre las que destacaba la Asociación de escuelas bielorrusa, contribuyeron considerablemente a aquella lucha. El Partido Comunista de Bielorrusia Occidental estuvo a la cabeza del movimiento revolucionario durante muchos años.

A finales de la década de 1930, toda Europa resultó bajo la amenaza de guerra de la Alemania nazi. Para evitar la guerra, era necesaria la consolidación de los principales países de Europa Occidental y de la URSS. Consciente de ello, la Unión Soviética intentó en la segunda mitad de los años treinta crear una coalición con Gran Bretaña, Francia y otros países occidentales para hacer frente a Hitler. Los estados europeos más influyentes rechazaron la alianza, buscando secretamente dirigir la agresión de Hitler contra el oriente. La Unión Soviética tuvo que elegir: seguir enfrentándose cara a cara con el creciente poder militar alemán o intentar evitar la amenaza diplomáticamente. En aquellas circunstancias, la URSS concluyó un tratado de no agresión con Alemania, que se firmó el 23 de agosto en Moscú. El documento iba acompañado de un protocolo secreto adicional sobre la división de las esferas de influencia entre Alemania y la Unión Soviética. Según este documento, en caso de liquidación del Estado polaco y división de sus territorios, la esfera de influencia de la URSS incluía las tierras de Bielorrusia occidental.

El 1º de septiembre de 1939, la Alemania de Hitler atacó Polonia. Comenzó la Segunda Guerra Mundial. Las tropas alemanas cruzaron la frontera en varias direcciones y comenzaron a avanzar rápidamente hacia el interior del estado polaco, cuyo gobierno y dirigentes fueron incapaces de organizar una defensa eficaz y abandonaron el país en la tercera semana de guerra.

A mediados de septiembre, el contingente alemán se acercó al territorio de Bielorrusia occidental y Ucrania occidental. Los dirigentes alemanes, refiriéndose al acuerdo del 23 de agosto, comenzaron a forzar al bando soviético para que actuara contra Polonia cuanto antes. Pero Stalin aplazaba la intervención. Sólo cuando el ejército polaco fue derrotado, prácticamente todos los territorios polacos originales fueron ocupados por las tropas alemanas, permaneciendo solo unos focos aislados de resistencia en el país, el gobierno soviético ordenó al Ejército Rojo que cruzara la frontera.

Por la mañana del 17 de septiembre, el embajador polaco en Moscú recibió una nota del gobierno soviético que anunciaba sobre la derrota e insolvencia del estado polaco. “Durante diez días de operaciones militares Polonia perdió todas sus zonas industriales y centros culturales. Varsovia, como capital de Polonia, ha dejado de existir. El gobierno polaco se ha desintegrado y no da señales de vida. Esto significa que el Estado polaco y su gobierno han dejado efectivamente de existir. Como consecuencia, los tratados concluidos entre la URSS y Polonia pierden sus efectos. Abandonada a la deriva del destino y sin liderazgo, Polonia se ha convertido en un campo propicio para todo tipo de accidentes que podrían poner en peligro a la URSS. Por lo tanto, siendo hasta ahora neutral, el Gobierno soviético ya no puede quedarse neutral ni indiferente al hecho de que sus compatriotas ucranianos y bielorrusos que viven en el territorio de Polonia, abandonados a su suerte, permanezcan indefensos. En vista de esta situación, el Gobierno soviético ha ordenado al Mando General del Ejército Rojo que ordene a las tropas cruzar la frontera y tomar bajo su protección las vidas y los bienes de la población de Ucrania occidental y Bielorrusia occidental".

La nota estaba firmada por Mólotov, Comisario del Pueblo para Asuntos Exteriores de la URSS, que pronunció también un discurso por la radio para el pueblo soviético.

El avance de las tropas soviéticas fue rápido: el 18 de septiembre ocuparon Swentyany, Lida, Novogrudok, Slonim, Volkovysk; el 19 de septiembre, Pruzhany y Kobrin.

La mayoría de las unidades del ejército polaco se rindió sin luchar. Aquellas unidades, que se componían de ucranianos y bielorrusos étnicos, se pasaron al bando del Ejército Rojo. Inmediatamente fueron enviados a casa. Pero los oficiales y policías polacos fueron enviados en trenes a campos soviéticos.

La mayor parte de la población de Bielorrusia Occidental recibió a los soldados soviéticos con entusiasmo y les prestó una ayuda eficaz. En muchos lugares se crearon comités militares revolucionarios que organizaron destacamentos de obreros y campesinos. Dichas formaciones desarmaron a la policía, tomaron bajo guardia puentes, empresas y otras unidades importantes. Pero la batalla por la ciudad de Grodno continuó durante varios días. Unos 3 mil soldados y oficiales de la unidad de formación y policías resistieron. El 20 de septiembre la ciudad fue tomada, y el 22 de septiembre las tropas soviéticas entraron en Brest-Litovsk y Bialystok.

Tras la llegada del Ejército Rojo en los centros regionales polacos comenzaron a formarse los órganos de administración nuevos que se dedicaron a la aplicación de las primeras reformas y, posteriormente, a la organización de las elecciones de diputados a la Asamblea Popular de Bielorrusia Occidental, que debía tomar decisiones importantes sobre el régimen estatal. Las elecciones se celebraron el 22 de octubre de 1939 en un ambiente de agitación política.

Entre el 28 y 30 de octubre de 1939, en Bialystok se celebró la Asamblea Popular de Bielorrusia Occidental, donde fue adoptada la Declaración sobre la proclamación del poder soviético y la incorporación de Bielorrusia Occidental a la URSS. El 2 de noviembre de 1939 la V sesión extraordinaria del Soviet Supremo de la URSS de la primera convocatoria decidió satisfacer la petición de la Asamblea Popular de Bielorrusia Occidental e incorporarla a la URSS y unirla a la RSS de Bielorrusia. El acto legislativo final fue la aprobación por la III sesión extraordinaria del Soviet Supremo de la RSSB, el 14 de noviembre de 1939, de la ley "Sobre la admisión de Bielorrusia Occidental en la República Socialista Soviética de Bielorrusia". Así se restableció la integridad territorial de la república y se unió el pueblo bielorruso.

El territorio y la población de la república casi se duplicaron. En las tierras bielorrusas occidentales que pasaron a formar parte de la RSSB se formaron las regiones de Baranovichi, Bialystok, Brest, Vileika y Pinsk, que sufrieron transformaciones socioeconómicas radicales. Se nacionalizaron empresas y bancos, se llevó a cabo la colectivización y mecanización de la agricultura. Se produjeron cambios significativos en la educación, la sanidad, la ciencia y la cultura. Se intensificó la labor de liquidación del analfabetismo y se crearon instituciones educativas para los diferentes grupos étnicos de la población: en 1941 en las regiones occidentales de la RSSB contaban con 4192 escuelas bielorrusas, 987 polacas, 173 rusas, 168 judías, 63 lituanas y 43 ucranianas. Se crearon teatros, 100 cines, 92 casas de cultura, se abrieron 220 bibliotecas. En todos centros regionales aparecieron publicaciones periódicas en bielorruso. El desarrollo progresivo de la economía y la esfera social en las regiones occidentales de la república fue interrumpido por el estallido de la Gran Guerra Patria.

En vísperas del Día de la Unidad Nacional, el Presidente de Belarús, Aleksandr Lukashenko, ha concedido premios estatales a personas destacadas del país. El Jefe de Estado ha felicitado a todos con el motivo de la fiesta, el Día de la Unidad del Pueblo. El Presidente de Belarús subrayó que el día de la reunificación de Bielorrusia, sus partes oriental y occidental - el 17 de septiembre de 1939 - se convirtió en un símbolo de nuestra unidad nacional, que es para siempre.

Las actividades festivas tendrán lugar en todo el territorio de la República de Belarús.-0-

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