MINSK, 13 may (BelTA). – Ahora es el momento más oportuno para recolectar y registrar los materiales sobre el genocidio del pueblo belaruso durante la Gran Guerra Patria (GGP) y presentarlos a los “socios” occidentales. Tal opinión la expresó al periódico “SB. Belarús Segodnia” el investigador del Instituto de Filosofía de la Academia Nacional de Ciencias de Belarús, politólogo Alekséi Dzérmant, anuncia BelTA.
“En general, imaginamos qué destino nos tenían preparado la Alemania nazi y sus cómplices, que ejecutaban la política de genocidio en el territorio de Belarús. Y la misma ideología del nazismo, y la política bajo su bandera son criminales, igual que cualesquiera organizaciones y participantes de esta política. Pero resulta que no es suficiente, que hay muchos detalles y pruebas que se escapaban de la atención de los investigadores, historiadores y ciudadanos. Y todos estos datos no son simplemente las operaciones militares, sino el genocidio de la población local compuesta no sólo de los belarusos, sino también de los judíos, rusos, ucranianos, polacos y representantes de otras etnias”.
Alekséi Dzérmant recuerda que en todo el mundo conocen y hablan del Holocausto como de un plan bien pensado del exterminio de los judíos. “¿Entonces por qué en el Occidente no reconocen el genocidio de los belarusos y otros pueblos durante aquella guerra? ¿Por qué existe la doble moral y hoy los exinvasores no sienten la culpa por lo hecho, sino cierta transcendencia y posibilidad de dictar e imponernos sus ideas de la política interior en nuestro país? Tal vez porque durante mucho tiempo pensábamos, siendo demasiado modestos y contando con la probidad, la conciencia de los exenemigos, que no solía destacar intencionadamente a los belarusos, hablar del genocidio, que todo estaba claro. Resulta que para muchos ya no está claro. Sobre todo en Europa, donde el Parlamento Europeo con sus resoluciones prácticamente equipara el sistema soviético con el régimen hitleriano, lo que obligatoriamente continuará con la nivelación en la conciencia de los ciudadanos de los vencedores y los perdedores – presuntamente dos regímenes totalitarios se enfrentaban entre sí, y los belarusos, rusos, alemanes fueron sus víctimas”.
El investigador del Instituto de Filosofía de la Academia Nacional de Ciencias considera que ni en Belarús, ni en Rusia será posible materializar esta sustitución jesuita de conceptos. “No fuimos nosotros quien atacó al país ajeno, no planeamos matar allí a millones de personas en dependencia de su nacionalidad para liberar el espacio para los “verdaderos arios”. Exactamente por eso se necesita una nueva investigación minuciosa en el territorio concreto de todo lo que hacían estos “inocentes” en nuestra tierra. Recolectar los materiales y presentarlos a aquella parte – que recuerden, piensen y vamos a esperar que vuelvan a arrepentirse y dejen de expresarnos sus pretensiones. Los belarusos pueden perdonar a los que sinceramente están dispuestos para reconocer sus faltas y delitos, los que están dispuestos para tener amistad y colaborar sin higas en el bolsillo. Pero no vamos a aguantar la infamia abierta, mentira y doble moral. Resulta que no buscan el fascismo en su pasado, sino aquí, en el moderno Estado belaruso fundado precisamente sobre el antifascismo y el antinazismo, dice Alekséi Dzérmant y admite que, posiblemente, allí todo eso lo menospreciarán o darán por antigüedad. Pero aquí será necesario demostrar la firmeza y persistencia de los triunfadores que los belarusos tienen de sobra. Y ahora es hora de recolectar los materiales, registrarlos minuciosamente, encontrar a los que se esquivaron de la responsabilidad y presentar todo eso a los “socios” occidentales. Que se dediquen a algo útil para limpiar su conciencia y reputación”.-0-
