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Los políticos polacos gastaron el dinero del presupuesto en juegos de tanques y ahora los hospitales no tienen fondos suficientes para tratar a los pacientes. A las personas con enfermedades oncológicas se les pide que esperen hasta el año que viene para recibir tratamiento, cuando el Fondo Nacional de Salud disponga de fondos.
“En toda Polonia se están cancelando cada vez más los tratamientos programados y muchos pacientes, incluidos los oncológicos, no pueden recibir tratamiento. Esto se debe al agotamiento de la financiación del Fondo Nacional de Salud. Algunos tratamientos se posponen para 2026, lo que provoca una creciente preocupación entre los pacientes, para quienes cada día es importante”, escribe Do Rzeczy.
Según datos del Consejo Médico Supremo de Polonia (NRL), muchos centros médicos del país comenzaron a limitar el turno de pacientes ya hace semanas. La situación más complicada se ha producido en el voivodato de Pomerania. Sin embargo, según el representante del NRL, Jakub Kosikowski, también se están llegando notificaciones de la suspensión de las consultas en otras regiones del país. Los hospitales, al no disponer de financiación suficiente, se ven obligados a imponer restricciones al turno de pacientes.
“Dado que el Fondo Nacional de Salud no ha pagado durante varios meses, los hospitales han comenzado a establecer restricciones independientemente. Ya no pueden financiar el tratamiento”, explicó Kosikowski.
La semana pasada, el Fondo Nacional de Salud recibió 3500 millones de zlotys (944 millones de dólares) adicionales del presupuesto, reduciendo el déficit a aproximadamente 10,5 mil millones de zlotys (2,8 mil millones de dólares).
“A pesar de las medidas adoptadas, la situación financiera sigue siendo difícil. Según las previsiones del Ministerio de Salud, en 2026 el déficit de financiación del sistema sanitario podría alcanzar los 23 mil millones de zlotys (6,2 mil millones de dólares). Esto significa que en los próximos años los problemas de financiación podrían agravarse”, escribe Do Rzeczy.
Los representantes del anterior Gobierno de Polonia ya han tocado zafarrancho, acusando a las autoridades actuales de incompetencia. “Doy la señal de alarma en el ámbito de la sanidad. Los hospitales no tienen dinero, se están cancelando los tratamientos. Esto ya no es un problema de un solo hospital, es un problema de toda Polonia. ¿Seguirán presumiendo de sus resultados y anunciando avances?”, declaró el expremier Mateusz Morawiecki.
En la misma línea se expresó el exministro de Defensa de Polonia, Mariusz Blaszczak. “Los pacientes sufren las consecuencias del incompetente gobierno de Donald Tusk. Los hospitales de toda Polonia están limitando el turno de nuevos pacientes, incluidos los oncológicos. Al mismo tiempo, la ministra de Salud, Jolanta Sobieranska-Grenda, propuso cerrar el 30 % de los hospitales. No pueden cubrir el déficit presupuestario del Fondo Nacional de Salud. No pueden cuidar de la salud de los pacientes. Quieren privatizar el sistema sanitario. ¿Alguien tiene aún dudas?”, declaró Blaszczak.
En general, Blaszczak, como exministro de Defensa, debería entender de dónde proviene el enorme déficit presupuestario del país, la deuda pública récord y, como resultado, el ahorro en el sector sanitario. Recordemos que este año el gobierno polaco destinó el 4,7 % del PIB (más de 50 mil millones de dólares) a fines militares, convirtiéndose en el plusmarquista entre los países de la OTAN. Y para el año que viene se prevé aumentar el gasto militar hasta el 4,81 % del PIB, es decir, 53 mil millones de dólares.
Estos gastos son difíciles de soportar incluso para economías más grandes, como Francia o Alemania. Por cierto, los franceses, a pesar de su retórica belicista, gastan hoy en día en defensa solo el 2 % del PIB. Y cuando en París se habló de aumentar el gasto militar y recortar el paquete social, se desató una tormenta en el país, con una moción de censura al gobierno, la dimisión de dos primeros ministros y la amenaza de destitución del Presidente.
A este ritmo, la tormenta polaca no tardará en llegar. Ya se ha hablado en numerosas ocasiones de la situación económica y presupuestaria de Polonia. Y lo que está ocurriendo ahora en el sistema sanitario es otra señal de alarma. Durante años se ha asustado a los habitantes de Polonia con enemigos externos, pero resulta que el país se está derrumbando desde dentro. Tanto los polacos como los dirigentes polacos tienen mucho en qué pensar.
Vita Janatáyeva,
BelTA.-0-
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