
MINSK, 22 mar (BelTA). – Belarús rinde homenaje a la memoria de los habitantes del pueblo de Khatyn, quemado por los nazis hace 82 años, el 22 de marzo de 1943. Al recordar Khatyn, los belarusos recuerdan miles de otros pueblos belarusos destruidos por los invasores nazis durante la Gran Guerra Patria.


El pueblo de Khatyn ya no aparece en los mapas de Belarús. Los hitlerianos lo quemaron junto con 149 habitantes, 75 de los cuales eran niños. Los fascistas condenaron a muerte a personas inocentes. Los hitlerianos echaron de las casas a ancianos, niños, mujeres y hombres. A los enfermos e inválidos los empujaron con las culatas de los fusiles. Todos fueron llevados a un pajar a las afueras del pueblo, donde antes se almacenaba heno. Los adultos calmaban a los niños, pero su ansiedad iba creciendo. Encerrados dentro, no sabían lo que pasaba fuera.




Al mismo tiempo, varios soldados cubrían las paredes con paja, echaban gasolina y quemaban cerillas. El pajar de madera se incendió al instante. Los niños se asfixiaban y lloraban entre el humo. Los adultos intentaban salvarlos. Bajo la presión de decenas de cuerpos humanos, las puertas se derrumbaron. Con la ropa en llamas, apoderada del horror, la gente echó a escapar, pero a los que escaparon de las llamas, los fascistas les dispararon a sangre fría con ametralladoras y metralletas.
En el lugar del pueblo se creó el complejo conmemorativo Khatyn en memoria de las víctimas. La decisión de construirlo se tomó en 1966.





El monumento conmemorativo de Khatyn consta de varias partes, pero tiene una solución compositiva única, que repite el trazado del antiguo pueblo. En el centro se encuentra la escultura de bronce “Un hombre indomable”. Es un símbolo de un hombre que se levantó vivo del fuego, sacó el cuerpo de un niño muerto y lo está llevando a través de los años, pronunciando una maldición eterna al fascismo, una maldición a cualquier mal en la Tierra. Su prototipo fue un testigo de la tragedia de Khatyn, Iósif Kaminski, que sobrevivió milagrosamente. Él, quemado, herido, salió del granero que estaba ardiendo y encontró el cuerpo mutilado de su hijo entre los cadáveres de sus aparceros.
Junto a la escultura hay unas losas de granito cerradas, que recuerdan el techo del pajar donde los castigadores quemaron a los habitantes de Khatyn. Sobre la fosa común hay una corona de mármol de la memoria con un discurso simbólico de los muertos a los vivos con una petición para preservar la paz y la tranquilidad en la Tierra. En el otro lado de la corona está la respuesta de los vivos a los muertos.
La antigua calle del pueblo está revestida de losas de hormigón armado grises, del color de la ceniza. En los lugares donde solían estar las casas, se encuentran 26 armazones de hormigón simbólicos y el mismo número de obeliscos que se asemejan a chimeneas quemadas por el fuego. Delante de cada una de las casas quemadas, está una puertecilla abierta como símbolo de la hospitalidad de los aldeanos. En las chimeneas-obeliscos hay placas de bronce con los nombres de quienes nacieron y vivieron en esa casa y murieron en el cautiverio del fuego. Los obeliscos están coronados con campanas que suenan tristemente cada 30 segundos, recordando a los visitantes la tragedia que tuvo lugar aquí.


En el territorio del complejo se encuentra el Cementerio de Pueblos, el único en el mundo: 185 tumbas simbólicas, cada una de las cuales recuerda a uno de los pueblos belarusos quemados junto con sus habitantes durante la Gran Guerra Patria, pero nunca restaurados. El 186º pueblo que no ha sido reconstruido es Khatyn. Cada tumba simbólica de un pueblo quemado es un lugar del incendio, en cuyo centro hay un pedestal en forma de lengua de fuego, imagen del hecho de que el pueblo fue quemado. También hay una urna de luto que contiene tierra del pueblo destruido por los fascistas.
Sin embargo, durante la investigación del caso criminal de genocidio del pueblo belaruso se establecieron nuevos hechos. La lista de pueblos y aldeas que compartieron el trágico destino de Khatyn, es decir, los que fueron quemados por completo con sus habitantes y no se reconstruyeron después de la guerra, se ha completado con nuevos asentamientos. En la actualidad hay al menos 288.
Otro elemento conmemorativo del complejo de Khatyn es el Árbol de la Vida, en cuyas ramas figuran por orden alfabético los nombres de 433 pueblos belarusos que fueron quemados por los ocupantes junto con sus habitantes, pero restaurados después de la guerra. En el Muro Conmemorativo hay placas con los nombres de 260 campos de exterminio y lugares donde los fascistas exterminaron a la gente en el territorio de Belarús. La Llama Eterna arde en memoria de las víctimas.

Cada uno de los elementos del monumento conmemorativo de Khatyn tiene su propio simbolismo, que encierra un profundo significado sobre la tragedia experimentada por los habitantes de nuestro país durante la Gran Guerra Patria, la rebeldía y el coraje del pueblo belaruso.
En 2004, con motivo del 60º aniversario de la liberación de Belarús de los invasores nazis, por orden del Presidente de la República de Belarús, Aleksandr Lukashenko, se llevó a cabo la reconstrucción del complejo conmemorativo Khatyn finalizada el 25 de junio de 2004.
El 18 de marzo de 2023 en el territorio del complejo conmemorativo Khatyn tuvo lugar una ceremonia de consagración de la Iglesia de la Natividad de la Santísima Virgen María, reconstruida a imagen y semejanza del templo que había allí. Fue posible construir una copia de la iglesia gracias a las descripciones del templo de Khatyn de finales del siglo XVIII guardadas en el Archivo Histórico Nacional.
El día del 80º aniversario de la tragedia del pueblo de Khatyn, el 22 de marzo de 2023, en el complejo se inauguró el nuevo Museo en Memoria de las Víctimas del Pueblo Belaruso durante la Gran Guerra Patria. Su exposición es pequeña, pero causa una impresión indeleble y permite sentir profundamente la tragedia de la guerra. La visita al museo no se recomienda a menores de 12 años.





La tragedia de Khatyn no es un episodio accidental de la guerra, sino uno de los miles de hechos que evidencian la política de genocidio de la Alemania hitleriana respecto a la población de Belarús.
El 8 de febrero de 2024 en Belarús comenzó el juicio contra Vladímir Katriuk, conocido como el verdugo de Khatyn. En otoño de 1941, se unió voluntariamente a la organización de nacionalistas ucranianos, y después (no más tarde de enero de 1943) se convirtió en miembro de un grupo de crimen organizado armado – el 118º batallón de la policía de vigilancia. Junto con otros castigadores, siendo el comandante de la unidad, materializaba el objetivo común de los criminales nazis del exterminio metódico del pueblo belaruso – matando, privando a la gente de vivienda, ropa y alimentos. Katriuk consiguió eludir su responsabilidad. Escapó de la justicia y vivió en Canadá hasta su muerte. El 18 de marzo de 2024, el Tribunal Supremo de Belarús declaró a Vladímir Katriuk culpable de cometer genocidio, es decir, el delito estipulado en el artículo 127 del Código Penal. Se dictó sentencia condenatoria contra él sin imponerle pena.
El 30 de diciembre de 2024, el Tribunal Supremo de Belarús declaró al comandante del 118º batallón de la policía de vigilancia, Konstantín Smovski, culpable de cometer genocidio. Encabezó el batallón casi desde el momento de su creación y lo dirigió bajo la supervisión de un oficial de las SS. De enero de 1943 a mayo de 1944, Smovski cometió asesinatos en masa de civiles, incluidas personas abandonadas, garantizó el traslado forzoso de personas a Alemania para realizar trabajos forzados en condiciones de esclavitud y otras formas de explotación. Participó directamente en el asesinato de civiles inocentes en Khatyn. Tras el final de la guerra, Smovski residió en Alemania Occidental y después en Estados Unidos. También fue condenado a título póstumo, sin pena.
El complejo de Khatyn está incluido en la Lista Estatal del Patrimonio Histórico-Cultural. Las personas de distintos países vienen aquí para rendir homenaje a todos los belarusos que murieron en la guerra. Khatyn seguirá siendo para siempre un símbolo terrible de los miles de pueblos belarusos destruidos durante la Gran Guerra Patria. Las campanas de Khatyn son un recuerdo y una advertencia al mundo de que la desgracia de aquí no debe repetirse jamás.-0-
