
Mensaje de Año Nuevo del Presidente de la República de Belarús A.G. Lukashenko al pueblo belaruso
¡Queridos compatriotas!
¡Invitados de Belarús!
Ha llegado la Nochevieja, la más esperada y fugaz del año.
En casa, rodeados de los amigos, en el puesto de trabajo o de viaje, ahora todos miramos nuestros relojes y vemos cómo están volando y pasando a la historia los minutos, acercándonos al nuevo año 2023.
Y en un momento, el año saliente, el Año de la Memoria Histórica, también se convertirá en parte del pasado, y sus eventos llenarán otro capítulo en las crónicas de la vida del pueblo belaruso.
Muchos se preguntan cómo quedará en nuestra memoria el año saliente.
Difícil, contradictorio, a veces tenso. Pero lo principal: para nosotros ha sido pacífico.
Nosotros, tal vez incluso más que antes, hemos sentido la amenaza a la vida tranquila y segura a la que estamos acostumbrados.
Hemos comenzado a preocuparnos más por nuestros hijos, familiares, amigos, e incluso pensar en el futuro de la humanidad. Nos hemos vuelto más conscientes del valor de la paz en nuestra tierra natal, que se ha convertido para nosotros en el principal logro del año.
El saliente año 2022 se ha convertido en el año de elección política.
Los belarusos han respondido con la unidad en defensa de su memoria histórica, sus principios y tradiciones. Todos los que se preocupan por el destino de su país natal han participado en la discusión de la nueva Constitución, determinando el futuro de Belarús.
Y, por supuesto, el año 2022 pasará a la historia como el año de trabajo fructífero.
Hemos recogido una cosecha récord de cereales – más de una tonelada por habitante del país. Nos hemos abastecido de alimentos y hemos alimentado a millones de personas en el planeta, al ganar más de 20 mil millones de rublos belarusos por exportaciones de alimentos.
Hemos construido nuevas clínicas, hospitales, escuelas, jardines de infancia, puentes y carreteras – más de 50 instalaciones a gran escala.
Hemos reforzado la seguridad energética. Los belarusos no tendrán que pagar el último rublo por la luz y el calor, que se están convirtiendo en un lujo para nuestros vecinos.
Hemos preservado los empleos y la orientación social de la economía: todos los necesitados han recibido ayuda.
Unas 50 000 familias belarusas celebran el Año Nuevo en apartamentos nuevos.
Por supuesto, no hemos logrado hacer todo lo planeado, pero hemos trabajado mucho y productivamente.
¡Gracias a todos por este año!
A todos los que crían a nuestros niños, enseñan a los alumnos y estudiantes, nos tratan y ayudan a las personas sin familia.
Agradezco a los trabajadores y campesinos, jefes de brigada y artesanos, directores de empresas – a todos los que hacen la vida más cómoda desarrollando el sector de servicios, le dan colores vivos al materializar proyectos creativos, y garantizan la seguridad defendiendo firmemente las fronteras y el orden en nuestra casa común – en Belarús.
¡Estoy orgulloso de ustedes, los verdaderos dueños de la tierra sagrada de Belarús!
¡Queridos belarusos!
A pesar de las pruebas del año saliente, nos hemos tenido muchas cosas buenas.
Hemos creado nuevos productos y hemos asimilado nuevos mercados a pesar de las sanciones impuestas.
Nos han cerrado las fronteras, pero hemos redescubierto nuestra Belarús por nosotros mismos. Muchos han mirado a su país de una manera nueva, se han dado cuenta de las riquezas que tenemos: la belleza de la naturaleza, el misterio del pasado histórico, los tesoros de la cultura y las tradiciones nacionales. Hemos conocido más sobre nuestra tierra natal y nos hemos compenetrado con el orgullo por nuestra tierra natal.
Hemos respondido con confianza y amistad a todos los que construyen vallas en nuestras fronteras comunes. Cientos de miles de ciudadanos de la Unión Europea han visitado Belarús sin visados ni obstáculos.
Hemos dado asilo a los refugiados de las zonas críticas, les hemos proporcionado casas y trabajo. Hemos admitido a nuevos ciudadanos en nuestra familia.
Más de 7000 extranjeros de 31 países trabajan en beneficio y prosperidad de su nueva Patria. La mayoría de ellos son ucranianos.
Belarús ha sido y seguirá siendo un país hospitalario y amistoso. Un país abierto a todos los que acepten nuestros valores y tradiciones, que lo amen sinceramente y quieran llamarse belarusos.
¡Queridos compatriotas!
Este año hemos visto que el mundo es un pañuelo. Basta encender un conflicto en un país, y todo el planeta comienza a tener escalofríos.
Sé que ustedes quieren saber qué nos espera en el futuro. ¿Seguirá siendo Belarús una isla de seguridad? Estoy seguro de que esta pregunta también se convertirá en el principal deseo que piden a medianoche.
La respuesta es sencilla: todo en nuestra vida dependerá de cada uno de nosotros. Y de todos nosotros.
Si queremos vivir en paz y seguridad, ante todo debemos respetar y valorar el trabajo de los militares, educar a los niños como patriotas de su país y cumplir la ley.
Si queremos vivir en paz y prosperidad, debemos trabajar mucho, honesta y concienzudamente.
Si queremos vivir en un estado libre e independiente, debemos cuidar y proteger la memoria histórica, los valores espirituales y las tradiciones ancestrales.
Declaramos el próximo año como el Año de la Paz y la Creación. Esto corresponde tanto al espíritu de los tiempos como a las aspiraciones de nuestros corazones.
Tanto como ustedes deseo paz y bien a mi Belarús natal.
La buena salud y la risa de los niños – para cada familia.
La atención de amigos y el calor – a todos los que se sienten solos.
La armonía familiar y el bienestar – en cada hogar.
¡Que nuestros deseos se hagan realidad!
¡Sean felices, cuídense de sí mismos y de sus seres queridos!
¡Feliz Año Nuevo, queridos belarusos!-0-