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08 Enero 2020, 09:05

Lukashenko: La unidad es prenda de nuestros éxitos

MINSK, 8 ene (BelTA). – El Presidente de Belarús, Aleksandr Lukashenko, el 7 de enero vino a la Iglesia del Icono de la Madre de Dios “Poderosa” en el territorio del Convento de Santa Isabel en Minsk, informa BelTA.

En la iglesia al Jefe de Estado le saludaron los educandos de la escuela dominical del monasterio que le regalaron un ramo de flores. Y el estadista les entregó los regalos de Navidad: libros sobre fiestas ortodoxas y dulces.

Luego Aleksandr Lukashenko tradicionalmente encendió un cirio de Navidad.

El mandatario en su discurso se dirigió no sólo a los creyentes en el templo, sino también a todas las personas que celebran la Navidad. “Es una fiesta luminosa y buena que infunde en nuestros corazones la fe, esperanza, amor y bondad. Me parece que este templo, este convento, donde nos encontramos, es una encarnación de estas palabras buenas y luminosas”.

Aleksandr Lukashenko señaló que el año 2019 fue difícil para el país, y para cada persona en particular fue diferente. “Pero, en general, todos ustedes dicen que fue un buen año. Fue un difícil período de nuestra vida. Y, como siempre, digo que lo que nos causa la preocupación (ni siquiera el peligro) es la economía. Porque es la vida de nuestra población”.

El estadista recordó que en el discurso de Año Nuevo ya había dicho que los campesinos habían pasado el último año con honor, porque antes había dos años bastante difíciles para la agricultura, se gastaron muchas reservas: “Gracias a Dios las tuvimos. Y el año pasado (no fue el mejor, pero tampoco el peor) recuperamos nuestras reservas, proporcionamos la alimentación a nuestra población. Y lo pasamos bien, pero no tan como nos gustaría. Fue un año regular. Lo considero un año bastante difícil”.

Aleksandr Lukashenko considera que los habitantes de las ciudades y la industria podrían trabajar mejor.

“Pero ven qué está sucediendo en el mundo, qué está sucediendo en la palestra internacional. Es un período difícil. Todos predicen una recesión en la economía global, un estancamiento. Pero nadie predice un crecimiento”.

El Jefe de Estado volvió a recordar su mensaje de Año Nuevo, lo especificó. “Dije que el año no sería fácil. Para unos el año será difícil, para otros no. Pero será un año muy difícil. Y tenemos que hacer mucho para superarlo con dignidad, conservando nuestro país, nuestra independencia”.

“Pero lo más importante que sucedió el año pasado es nuestro gran patrimonio y logro: conservamos la paz y la tranquilidad en nuestra tierra. La paz interreligiosa e interétnica es de lo que está orgulloso cualquier país y, sobre todo, nuestra Belarús”, enfatizó el líder belaruso.

El Presidente recordó que el país experimentó los tiempos difíciles. “Estábamos en un bloqueo, un aislamiento, bajo las sanciones. No somos Rusia, ni otros grandes estados, ni la Unión Europea. Y no fue fácil para nosotros. Pero pudimos resistir gracias a nuestra unidad. En esta unidad está la prenda de todos nuestros éxitos. Y en esta unidad un papel muy importante lo desempeñó nuestra Iglesia – todas las confesiones (nuestra gran Iglesia), no sólo los ortodoxos, no sólo los católicos (me refiero a los cristianos) – todas las confesiones de nuestro país”, dijo Aleksandr Lukashenko.

El estadista, en primer lugar, agradeció a los pastores ortodoxos, como representantes de la confesión más grande en Belarús, la paz y tranquilidad que reinan en el país. “Hicieron una gran aportación para que viviéramos tranquilamente, criáramos a nuestros hijos. Es difícil en todas partes. Independientemente de los éxitos, méritos y otras cosas (viajé por todo el mundo), créanme, es difícil en todas partes. Muere la gente, mueren los niños. También tenemos este problema. Pero es sólo a causa de nuestro descuido, y no porque nos controlan desde el exterior y provocan los conflictos y situaciones en los cuales mueren los niños. Sólo a causa de nuestro descuido. Sólo porque sufrimos ciertos vicios que causan la muerte de las personas y desafortunadamente los niños”.

Aleksandr Lukashenko deseó a todos lo más importante – la salud, y pidió a las personas que se cuiden de sí mismas y de sus hijos. “Dicen que allí también hay vida. Desafortunadamente, no lo sabemos, creeremos en esto. Pero conocemos bien esta vida terrenal. Por lo tanto, vivamos dignamente aquí hasta aquella vida”, llamó.

El estadista donó a la iglesia el Icono de la Natividad. Este icono pintado por el autor belaruso Andréi Scherbinin refleja el evento más grande: la aparición del Hijo de Dios en la cueva de Belén: el nacimiento de Jesús, la fiesta de la gran renovación del mundo, el día de la salvación y la alegría universal. “Que esté en este templo. Pero le prometo volver a este templo este año. Por desgracia, no sabía de este patrimonio tan grande. Quiero agradecer a todos por lo que están haciendo aquí. Sé que trabajan, ayudan a los necesitados. Ya que no presté atención a este lugar a tiempo, definitivamente vendré y veré qué se puede hacer aquí. Porque es lo que me gusta especialmente en la iglesia, cuando la gente libremente viene al templo, al monasterio, viene y hace obras de caridad”.

Por cierto, lo primero que preguntó el Presidente al bajar del coche fue cómo se podía ayudar al monasterio. Especialmente el Estado está y estará listo para participar en el apoyo de las obras de caridad – la ayuda a los ancianos y solitarios, débiles, a todos los que necesitan cuidado y atención especiales.

A su vez, el superior de la iglesia, arcipreste Andréi Lemeshónok, destacó la alegría particular de recibir en la iglesia al Jefe de Estado en la Navidad.

Andréi Lemeshónok dijo que en el lugar del monasterio hace 20 años no había nada. No había ningunos patrocinadores, pero había gente que quería ayudar a los desafortunados. “Alrededor están los hospitales y la gente necesita alegría, belleza. Por lo tanto, fueron construidos este templo, monasterio, y todo esto con las manos de nuestros muchachos que se graduaron de nuestras universidades y no se fueron a ningún lado, se quedaron aquí”.

“Entendemos que es muy difícil para usted llevarnos hacia adelante, darnos la esperanza de un buen futuro. Lo tenemos y lo tendremos. Por lo tanto, por supuesto, me gustaría desearle muchas fuerzas y salud. Porque, como usted dijo, no se puede esperar que todo será traído en una bandeja. Es necesario ganar todo, trabajar. Y toda esa preocupación por toda la gente está en su corazón. Realmente rezamos por usted y sinceramente queremos que haya paz. La paz es lo más importante. Para que en nuestra tierra las personas se sientan libres, para que estén bien, para que haya grandes familias, muchos niños, que haya amor en estas familias”.

El arcipreste Andréi Lemeshónok regaló al mandatario un ícono de la Santa Eufrosinia de Pólotsk. “Como una señal de nuestro amor, nuestra oración. Lo hicieron nuestros maestros”.

El estadista señaló que muchas personas traen regalos a su casa para el Año Nuevo y Navidad, y él, a su vez, los entrega a la gente. “Pero tales regalos se colocan en el museo del Palacio de la Independencia. El Presidente puede aceptar regalos, pero no son personales, sino estatales”.

“Muchas gracias a ustedes. Definitivamente volveré pronto”, resumió el líder belaruso.

Al final el Jefe de Estado saludó cordialmente a las personas reunidas cerca del templo y les deseó buena salud.-0-

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