MINSK, 31 ago (BelTA). – El Presidente de Belarús, Aleksandr Lukashenko, concedió una entrevista por escrito a la agencia de noticias china Xinhua. La entrevista tuvo lugar con motivo de la visita de trabajo del Jefe de Estado a China para participar en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái en Tianjin y en los actos solemnes del 80º aniversario de la Victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la Guerra Mundial Antifascista, informa BelTA.
Las preguntas al Presidente se referían tanto a la agenda bilateral actual y la cooperación entre ambos países como a los aspectos globales del desarrollo de la paz, el papel y el lugar de Belarús y China en estos procesos. Aleksandr Lukashenko expuso detalladamente su punto de vista sobre los temas señalados.
Sobre las relaciones entre Belarús y China, que han alcanzado el nivel más alto de toda la historia – el nivel de una asociación estratégica integral para todo tiempo, sobre el papel de la diplomacia de alto nivel en la promoción de la cooperación y sobre la personalidad del presidente de China, Xi Jinping
El presidente Xi Jinping no es solo el líder de un país enorme, la gran China. La magnitud de una personalidad se manifiesta con el correr del tiempo, y en el caso de Xi Jinping es global. En la situación actual, totalmente impredecible, asume con valentía el liderazgo y ofrece no solo a China, sino al mundo entero, un camino claro y concreto para el desarrollo. Tiene algo de lo que muchos políticos occidentales deberían aprender: responsabilidad ante su pueblo, pensamiento estratégico y voluntad de hierro. Por eso, el apoyo a su política en su país y fuera de él es enorme.
Nos conocemos desde hace mucho tiempo. Xi Jinping piensa estratégicamente, mira décadas hacia adelante. Pero, a pesar de su carácter fundamental, es un líder muy moderno. Su habilidad práctica, su capacidad de trabajo, su atención a los detalles más pequeños, su habilidad para tomar decisiones instantáneas e introducir lo mejor y lo nuevo hacen que su líder sea comprensible y cercano para sus socios en todo el mundo.
Y también es muy importante que esté llevando a China por el camino del desarrollo evolutivo. Sin revoluciones, sin convulsiones, sin destruir lo que las generaciones anteriores han construido con tanto esfuerzo. Todo se hace de forma progresiva y exclusivamente en interés del pueblo. Por eso el modelo chino es tan estable y constituye un ejemplo atractivo para muchos países. En contraposición a quienes intentan “implantar la democracia” con bombas y sanciones, China demuestra que es posible desarrollarse de forma pacífica y tranquila, respetando a los demás Estados.
En lo que respecta a la diplomacia, en mi opinión, los líderes de los países siempre tienen un papel especial y una responsabilidad especial. Se pueden firmar cientos de documentos, pero si no hay confianza, si no hay coherencia en la aplicación de las decisiones adoptadas – de nada sirve todo eso.
Belarús y China están unidas por un alto grado de confianza y respeto mutuos. Agradezco que el presidente Xi no solo sea un socio fiable, sino también un amigo sincero de Belarús. Gracias a su apoyo incondicional, las relaciones entre Belarús y China han alcanzado el nivel más alto de la historia de una asociación estratégica integral para todo tiempo.
Nuestros contactos personales permiten garantizar el carácter confidencial del diálogo, que nada puede sustituir. En el mundo actual, son precisamente los líderes los que crean la base política para la interacción, formulan objetivos comunes, determinan las prioridades y confirman su disposición a profundizar la cooperación.
Estoy absolutamente convencido de que la cooperación entre Belarús y China no hará más que fortalecerse. Llevamos a cabo proyectos conjuntos a gran escala, nos apoyamos mutuamente en la palestra internacional. Esto es la verdadera diplomacia del siglo XXI.
Sobre los cambios más impresionantes en China en los últimos años y las expectativas de la 16ª visita a este país
Han pasado más de 30 años desde mi primera visita al Imperio Celeste, entonces era diputado del Parlamento. En aquel momento China era completamente diferente, pero enseguida quedó claro que este país tiene un gran futuro.
Llevo todos estos años observando con gran interés las rápidas y grandiosas transformaciones de la República Popular China.
Cada vez que vengo a China, noto lo rápido que está cambiando y admiro su respeto de las tradiciones.
Por supuesto, sus megaciudades con transporte de alta velocidad e infraestructura digital avanzada son impresionantes. Impresionan los logros de China en áreas en las que ya se ha convertido en líder mundial: la producción de robots industriales, el desarrollo de coches y camiones autónomos, y el desarrollo de la inteligencia artificial. Merecen una mención especial el programa espacial, los éxitos en el ámbito de las energías renovables y la creación de una potente base industrial moderna. También destaco la atención que China presta a las cuestiones medioambientales y al desarrollo innovador. Se trata de ámbitos muy importantes. Además, veo claramente los esfuerzos del país en el ámbito social, la educación y la sanidad para mejorar la calidad de vida de la gente. China en su conjunto es el ejemplo más claro de cómo se puede combinar el desarrollo dinámico de la economía con la preocupación por las personas.
Creo que el éxito de China se debe principalmente a la disciplina y la laboriosidad del pueblo chino (en esto somos muy parecidos). También a la responsabilidad colectiva confuciana y al liderazgo estratégicamente acertado del presidente Xi Jinping.
Tengo las mejores expectativas de esta visita.
En primer lugar, ha pasado justo un año desde que Belarús se unió a la “familia de Shanghái”. Ahora, no solo China hace balance de su presidencia en la organización, sino que Belarús también evalúa su primer año como miembro de la OCS. Nos evalúan todos los países participantes que creyeron en las sinceras intenciones de la República de Belarús de trabajar en beneficio de la organización, en nombre del desarrollo seguro y sostenible del espacio euroasiático.
En segundo lugar, esta visita ofrece otra oportunidad para profundizar nuestra asociación estratégica. Será un nuevo impulso para la cooperación belaruso-china en el ámbito comercial y económico, y para la activación de proyectos conjuntos en el ámbito de la ciencia, la tecnología y la cooperación industrial. Quizás logremos poner en marcha nuevas iniciativas.
Tampoco tengo ninguna duda de que la visita será una nueva confirmación de la amistad inquebrantable y la asociación estratégica entre Belarús y China.
Sobre el estado actual de la cooperación práctica entre China y Belarús y los planes para seguir promoviendo la cooperación de alta calidad y mutuamente beneficiosa entre los dos países
De hecho, Belarús fue uno de los primeros países en sumarse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Enseguida comprendimos que no se trataba solo de palabras bonitas, sino de oportunidades y perspectivas concretas para la economía y la población.
A lo largo de estos años, la cooperación con China ha dado resultados tangibles. Destacaré especialmente el Parque Industrial Gran Piedra, que su líder denomina la perla de la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Para mí era muy importante que el parque no se convirtiera en un centro logístico, sino en un verdadero clúster para las industrias de alta tecnología. Y hoy en día es un espacio de trabajo donde se crean empresas con tecnologías modernas, soluciones digitales y enfoques innovadores. Aquí nacen competencias, se crean nuevos puestos de trabajo y se forma el futuro de la economía.
Además, nuestros países están llevando a cabo con éxito un programa de proyectos tecnológicos conjuntos, destinado a modernizar la industria y profundizar la cooperación en los ámbitos de la innovación y la economía digital.
La cooperación en materia de desarrollo sostenible se está desarrollando de manera fructífera, incluida la aplicación de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Así, con el apoyo de la parte china, hemos puesto en marcha el primer proyecto en el marco de la Iniciativa para el Desarrollo Global, llevado a cabo con la ayuda del Fondo Global de Desarrollo y Cooperación Sur-Sur del Gobierno de China. Se trata de “Protección de los bosques de Belarús” – una iniciativa integral para garantizar la preparación para la prevención y la respuesta a los incendios a nivel local.
Belarús sigue dispuesta a colaborar estrechamente con la parte china en varias áreas clave.
En primer lugar, se trata de profundizar la simbiosis de las estrategias nacionales de desarrollo, aumentar la cooperación en los ámbitos de la economía digital, la logística y las altas tecnologías, así como buscar nuevas formas de ampliar la integración comercial y económica.
En segundo lugar, se seguirá perfeccionando los mecanismos de cooperación intergubernamental para mejorar la eficacia de la coordinación y la ejecución de grandes proyectos, garantizando su plena conformidad con los intereses estratégicos comunes de las partes.
En tercer lugar, se hará especial hincapié en la innovación y las tecnologías avanzadas como motor clave del crecimiento económico. Ya hemos celebrado conjuntamente los denominados Años de Cooperación en Ciencia, Tecnología e Innovación. Y hemos previsto prestar especial atención a la cooperación industrial.
En cuarto lugar, seguiremos ampliando los intercambios humanitarios y culturales, fortaleciendo el entendimiento mutuo y la confianza entre nuestros pueblos. La diplomacia de los pueblos es la base más sólida para el desarrollo a largo plazo de las relaciones bilaterales.
Sobre el papel de la OCS en el mantenimiento de la paz y la estabilidad regionales, la promoción del desarrollo y la prosperidad comunes, así como sobre los planes de Belarús, que se ha convertido recientemente en un nuevo país miembro de la OCS, para participar en las actividades de esta organización
La OCS es una organización orientada al futuro. Hoy en día, en condiciones de transición hacia un orden mundial multipolar justo, la unidad de opiniones de los participantes de la asociación y su capacidad para tomar decisiones acordadas revisten un valor especial.
Desde el principio vimos este potencial y no nos equivocamos.
En más de 20 años, la OCS ha creado un modelo único de seguridad y desarrollo regional basado en la cooperación multilateral. La organización ha demostrado que las cuestiones de seguridad pueden resolverse no mediante la confrontación, sino a través de medidas conjuntas: intercambio de datos de inteligencia, celebración de maniobras, fomento de la confianza entre los Estados. Gracias a ello, se han podido prevenir cientos de atentados terroristas y crear un sistema que estabiliza Eurasia.
Se han firmado varios convenios clave, se ha creado la Estructura Regional Antiterrorista (ERAT), se ha creado una base de datos sobre amenazas y se han llevado a cabo cientos de operaciones conjuntas. Se organizan sistemáticamente ejercicios, se coordina el trabajo en el ámbito del control fronterizo y la lucha contra la delincuencia transnacional. Después de 2020, la OCS añadió nuevas áreas de cooperación de gran importancia: ciberseguridad, bioseguridad, protección de la salud pública.
Se puede decir que la OCS se está convirtiendo con paso firme en un actor diplomático global. La organización propone un nuevo enfoque de las relaciones internacionales, diferente de los modelos occidentales de hegemonía. Gracias al “espíritu de Shanghái”, se garantiza la cooperación en pie de igualdad y la búsqueda de compromisos. La OCS integra la Iniciativa de la Franja y la Ruta, establece los principios de la gestión digital y crea plataformas de diálogo para los países en desarrollo.
Nos hemos involucrado activamente en el trabajo de los mecanismos de seguridad de la OCS, incluidos los organismos antiterroristas. Cabe destacar que hemos invitado a los países de la OCS a participar en la preparación de la Carta Euroasiática de la Diversidad y la Multipolaridad en el Siglo XXI.
Belarús, que cuenta con un sistema avanzado de control fronterizo y medios modernos de ciberdefensa, está dispuesta a ofrecer a sus socios el intercambio de tecnologías y la realización de ejercicios conjuntos para proteger las infraestructuras críticas contra los ciberataques.
El componente económico es igualmente importante en las actividades de la OCS. Diría incluso que debe desempeñar un papel clave. Para ello, debemos crear mecanismos eficaces de pagos recíprocos en monedas nacionales y desarrollar la infraestructura de inversión y la logística.
La cooperación humanitaria y cultural está adquiriendo cada vez más importancia. Los países cooperan en los ámbitos de la educación, la justicia y la protección social, desarrollando el “espíritu de Shanghái” de respeto mutuo.
Quiero destacar la enorme y extremadamente importante labor de China, que promueve el concepto de la comunidad de destino común de la humanidad, que se integra en el programa de cooperación de Shanghái.
Con la adhesión de Belarús a la OCS, el número de miembros ha aumentado a diez, lo que ha reforzado la influencia de la organización en el espacio euroasiático.
Es más, nuestro país se ha convertido en un eslabón de enlace en los proyectos económicos, ya que a través de nosotros se abren nuevas rutas hacia Europa. Belarús puede ofrecer a los Estados miembros de la OCS el suministro de sus productos: desde maquinaria agrícola de alta tecnología hasta alimentos ecológicos y fertilizantes potásicos (somos unos de los líderes mundiales). La experiencia belarusa en construcción de maquinaria, producción de alimentos y tecnologías consolidadas de transformación profunda de diversas materias primas puede servir de base para nuevos clústeres industriales conjuntos en el marco de la OCS.
Belarús participa activamente en foros de diplomacia de los pueblos y apoya diversos formatos de cooperación entre organizaciones científicas y centros culturales. La Universidad de la OCS, los campamentos juveniles y los programas de intercambio, la educación digital, los proyectos en los ámbitos de la ecología y la inteligencia artificial – todo ello conforma una sólida red de relaciones humanitarias.
Las universidades belarusas llevan a cabo con éxito proyectos de colaboración con universidades de los países de la “familia de Shanghái”, entre otros, en el ámbito de las TIC, la ingeniería y las ciencias biológicas. Por ejemplo, la Universidad Estatal de Belarús colabora con la Universidad de Pekín en disciplinas biológicas. Las principales universidades de Belarús (Universidad Estatal de Informática y Radioelectrónica, Universidad Pedagógica Estatal, Universidad Tecnológica Estatal) matriculan con éxito a estudiantes chinos.
La red de centros culturales y de investigación belarusos en los Estados miembros de la OCS se está expandiendo rápidamente. No solo promueven la lengua y la cultura belarusas, sino que también fomentan la investigación académica bilateral y multilateral.
En general, concedemos gran importancia al desarrollo de la cooperación entre los jóvenes. Después de todo, la juventud es el principal recurso del futuro y requiere importantes inversiones. Las prioridades siguen siendo los programas de intercambio juvenil: la participación en foros, concursos, campamentos internacionales, proyectos de voluntariado y asociaciones tecnológicas.
Sobre la importancia de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa para la Victoria en la Guerra Mundial Antifascista, sobre la necesidad de defender conjuntamente la memoria histórica común en una situación en la que algunas fuerzas en la arena mundial intentan distorsionar la verdad histórica
La Guerra de Resistencia del Pueblo Chino no solo se convirtió en una parte integrante de la historia nacional, sino también en un capítulo fundamental de la lucha antifascista mundial. Fue precisamente China el principal campo de batalla en Oriente y pagó un precio desmesuradamente alto en esta guerra cruel.
China y Belarús sufrieron enormes pérdidas en la lucha contra el fascismo y el militarismo. Murieron decenas de millones de personas, muchas ciudades y pueblos fueron borrados de la faz de la tierra. En nuestro país, una de cada tres personas fue víctima de la guerra.
Los ocupantes intentaron exterminarnos en los campos de concentración y en las fábricas de la muerte, pero chocaron con la heroica resistencia de la gente común, que hizo todo lo posible por acercar la Victoria. La población se unió masivamente al movimiento guerrillero y luchó desinteresadamente en la clandestinidad. Por cierto, en el territorio de nuestra república, en la ciudad de Vítebsk, actuaba, entre otros, un grupo clandestino de las personas procedentes de China, y también había chinos en los destacamentos de partisanos. Y en el Imperio Celestial, luchaban hombro con hombro con los camaradas chinos los asesores militares y especialistas soviéticos, incluidos belarusos.
Como historiador, comprendo perfectamente lo terrible que fue esta guerra y la inestimable contribución de nuestros pueblos a la Victoria común. Es la mayor lección de valentía, fortaleza y patriotismo para muchas generaciones futuras de nuestros conciudadanos.
Las acciones como la exposición fotográfica de la agencia Xinhua inaugurada en Minsk con motivo del 80º aniversario de la Victoria, o la entrega de medallas conmemorativas de China a nuestros veteranos que participaron en las batallas por la liberación de China, ayudan a conservar la memoria de aquellos acontecimientos y a educar a los jóvenes.
Esto es especialmente importante hoy en día, en una situación internacional extremadamente difícil, en la que algunos intentan distorsionar y reescribir la historia, es muy importante defender conjuntamente la memoria de nuestra Gran Victoria común. Debemos hablar en voz alta sobre el heroísmo de nuestros pueblos y sobre el precio incalculable de la libertad.
Por eso, en el futuro, Belarús y China seguirán materializando proyectos conjuntos y apoyando iniciativas educativas y culturales para mantener viva la verdad y la memoria de esa guerra y nuestra Victoria. Si no, todo podría volver a pasar.
Sobre las perspectivas de desarrollo del Sur Global, que se está convirtiendo en una fuerza importante que contribuye a cambios positivos, en un contexto de retos como las tensiones geopolíticas y el aumento del proteccionismo
Hoy en día, los países de Asia, África y América Latina están saliendo de la sombra de su pasado colonial y se están publicitando cada vez con más determinación en la arena mundial. Ya no quieren ser solo proveedores de materias primas y productos baratos, sino que aspiran a desempeñar un papel significativo en la economía mundial. Y tienen razón. Su influencia crece a la vista: el crecimiento económico de muchos países del Sur Global ya supera al de los países desarrollados del Norte, y los centros comerciales y financieros se están desplazando poco a poco hacia Asia.
Estos países producen todo lo necesario, desde materias primas hasta alta tecnología, y por lo tanto son capaces de satisfacer plenamente las necesidades de sus pueblos. Les une el deseo de un mundo justo y equitativo, en el que se tengan en cuenta los intereses de cada Estado y las decisiones se tomen de forma conjunta. Por eso vemos un aumento de su actividad, el fortalecimiento de las organizaciones regionales existentes y la formación de nuevas asociaciones y plataformas, como la OCS, los BRICS, la ASEAN, la Unión Africana y la CELAC. Estas organizaciones permiten coordinar posiciones sobre cuestiones clave en el camino hacia la creación de instituciones alternativas de gobernanza global.
Los países del Sur Global actúan de forma independiente en función de sus propios intereses. Se niegan a repetir automáticamente las decisiones ajenas, insisten en la resolución pacífica de los conflictos, la igualdad y la apertura en la economía, y abogan por la participación de todos los países en la resolución de los problemas globales, incluidos los climáticos. Esta fuerza ya influye en el orden mundial y su papel no hará más que aumentar. Se trata de un nuevo centro de poder.
Estoy convencido de que el futuro de los países desarrollados dependerá en gran medida de la rapidez con la que sean capaces de reconocer la nueva realidad, dejen de vivir según los viejos dogmas y aprendan a establecer relaciones de igualdad y respeto mutuo con el Sur Global.
Belarús, que comparte los principios y puntos de vista de la mayoría global, se considera parte integrante de ella y participa activamente en la formación de un nuevo orden mundial. Nos hemos incorporado a la OCS y nos hemos convertido en socio de los BRICS con propuestas concretas que ya están funcionando y dando resultados. No hemos venido con las manos vacías, sino con una agenda clara y proyectos prometedores en los ámbitos de la energía, el transporte, la logística, las finanzas, la cooperación industrial, la seguridad alimentaria, el comercio y la tecnología. Y en el futuro esperamos continuar la fructífera cooperación con China como uno de los líderes indiscutibles del Sur Global y del mundo entero. Por el bien de nuestros países, por el bien de nuestros pueblos.-0-
