Las visitas periódicas del Presidente de Belarús, Aleksandr Lukashenko, a Rusia y otros países de la CEI no sorprenden a nadie. De hecho, no iba a sorprender a nadie: históricamente, la mayor parte de la cooperación recae en los socios tradicionales con los que Belarús está vinculada por cuestiones de política común, economía, seguridad y cooperación humanitaria. En los últimos años, esto incluye a China y, en términos multilaterales, los esfuerzos activos de política exterior en las plataformas de organizaciones internacionales tan grandes e influyentes como la OCS y los BRICS. A pesar de las sanciones y la presión externa del Occidente colectivo, Belarús no hace más que reforzar su cooperación internacional, ampliando sistemáticamente el número de socios en el arco lejano. Belarús tiene intereses y posiciones bastante concretos en Asia, están surgiendo nuevos socios en África y continúa la interacción con los estados latinoamericanos.
Aleksandr Lukashenko es un invitado frecuente en el Gran Oriente Próximo, y mantiene relaciones sencillamente brillantes con muchos líderes de la región. Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Irán, Pakistán, Egipto... La lista puede ser continuada, pero sin duda incluye a Omán, con el que Belarús mantiene relaciones amistosas desde hace más de 30 años. Parece que ahora es el momento oportuno para que la cooperación con este país no se limite a aumentar, sino que alcance un nuevo nivel. Con este objetivo el Jefe de Estado belaruso se dirigió a Mascate para las negociaciones, y es la segunda en la historia visita a Omán a nivel más alto.
La primera visita del Presidente de Belarús al Sultanato de Omán tuvo lugar hace más de 17 años, los días 14 y 15 de abril de 2007. En aquel momento, junto con el anterior sultán Qabus bin Said identificaron una lista de áreas clave para el desarrollo de la cooperación y declararon que había buenas perspectivas al respecto. “Estamos haciendo todo lo posible para representar honorablemente a Belarús en Omán”, subrayó Aleksandr Lukashenko.
La tarea consistía en crear un marco normativo sólido para el desarrollo de las relaciones comerciales y económicas. Ya durante la primera visita se firmaron un acuerdo para evitar la doble imposición y prevenir la evasión fiscal en materia de impuestos sobre la renta y el capital, y un acuerdo de cooperación con la Cámara de Comercio e Industria del Sultanato de Omán. Los dirigentes de las capitales discutieron las perspectivas de firmar un acuerdo sobre el establecimiento de vínculos entre Minsk y Mascate.
En la actualidad, el marco jurídico de las relaciones bilaterales incluye ya una docena y media de documentos. En los Parlamentos se crearon los grupos de trabajo sobre cooperación, se estableció el Consejo de Cooperación Empresarial que celebró varias reuniones, y se organizan las consultas políticas bilaterales. Desde 2007 tuvieron lugar varias visitas de alto nivel.
El desarrollo de contactos con Omán era un paso lógico hacia la construcción de un diálogo más activo con otros países de la región. En aquel momento el dirigente belaruso comentó que había recibido información sobre Omán y las oportunidades del país durante su visita a los Emiratos Árabes Unidos y sus reuniones con los dirigentes del país.
Entre los factores atractivos se encontraban el creciente y poco dominado mercado interior del país, la disponibilidad de importantes recursos de inversión y las oportunidades de cooperación en materia de educación.
El sultán de Omán también expresó su interés por desarrollar la cooperación con Belarús. Ya entonces, las autoridades de este estado vieron claramente la necesidad de diversificar la economía, pues las reservas de hidrocarburos, que aportan la mayor parte de los ingresos de exportación, no suelen ser infinitas, y Omán no dispone de muchas en comparación con sus vecinos.
Merece la pena mencionar otro acontecimiento a nivel de Jefe de Estado. En septiembre de 2016 Aleksandr Lukashenko se reunió en Minsk con representantes de los círculos empresariales del Sultanato de Omán. “Me gustaría subrayar que consideramos a Omán como uno de los socios comerciales y de inversión prometedores de la región. Belarús está dispuesta a desarrollar las relaciones con su estado en todos los ámbitos”, aseguró el líder belaruso a los empresarios.
Por ejemplo, el Jefe de Estado destacó la disposición de desarrollar la cooperación en materia de inversiones, suministrar maquinaria diversa de Belarús a Omán, así como crear empresas conjuntas en Omán. En general, se trataba que la industria, las tecnologías de la información, la construcción, la educación, el turismo, la hostelería y la agricultura, entre otros, podrían convertirse en prometedoras áreas de cooperación.
Sin embargo, a pesar de los éxitos en algunas áreas, la cooperación comercial y económica no se desarrolló mucho de lo que podría haber sido. Y después de 2020, la situación se vio agravada por la pandemia, las turbulencias económicas en el mundo y las restricciones impuestas por las sanciones.
Por lo tanto, es lógico que las relaciones entre Belarús y Omán necesitaran una revisión y un reinicio. Podemos decir que este proceso empezó a principios de este año. Al aceptar las credenciales del embajador de Omán a mediados de febrero, Aleksandr Lukashenko dijo: “Su país es uno de nuestros socios más importantes en Medio Oriente. Debemos reanudar los contactos y la cooperación. Su país y su gente son maravillosos. Cooperemos”. El Presidente destacó la disposición de proseguir un diálogo político constructivo y de poner en marcha los proyectos conjuntos de inversión, logística e industria.
Y aquí, como suele decirse, se alinearon las estrellas. Lo más probable es que 2024 supere todos los récords en cuanto a la dinámica de la cooperación bilateral. Hubo un foro empresarial conjunto en Mascate, participación en eventos feriales, contratos de suministro de alimentos, un paquete de nuevos acuerdos interestatales y la visita de una delegación de alto nivel encabezada por el ministro de Regulación Antimonopólica y Comercio. En octubre, el primer ministro Román Golóvchenko realizó una visita oficial a Omán. Y ahora: las negociaciones a nivel de Jefes de Estado.
Una visión de futuro. ¿Cómo pasó Omán de un país del Tercer Mundo a un estado avanzado?
El Sultanato de Omán es un estado árabe situado en el sureste de la península arábiga. Su capital es la ciudad de Mascate, con una población de más de un millón y medio de habitantes. La población total del país supera los 5 millones de habitantes y su superficie es de 309,5 mil kilómetros cuadrados. Cerca del 82 % del territorio está ocupado por desiertos, otro 15 % - zonas montañosas. Por esta razón, la agricultura está poco desarrollada, pero en los últimos años Omán trabaja activamente para reforzar la seguridad alimentaria y aumentar la producción de alimentos.
Omán posee reservas de minerales como petróleo y gas. El país también posee yacimientos de minerales de cobre y hierro, cromo, carbón, manganeso, plomo, oro y plata. El sector de la pesca y la acuicultura es el más importante y antiguo de Omán.
Además, Omán es uno de los principales proveedores de incienso del mercado mundial. Esta resina aromática se comercializa aquí desde hace miles de años. El incienso era una de las mercancías más importantes del mundo antiguo y medieval. Uno de los territorios del país se llama la Tierra del Incienso.
El PIB de Omán está formado principalmente por los sectores del petróleo y el gas, los servicios, incluidas las infraestructuras, la logística y el transporte, la industria y, en menor medida, la agricultura.
La historia de las tierras omaníes no fue fácil, hubo largos períodos bajo el dominio de países occidentales: Portugal y Gran Bretaña. En la historia moderna, la verdadera prosperidad del estado se produjo en las últimas cinco décadas, con la llegada al poder del anterior sultán, Qabus bin Said. Fue con él con quien Aleksandr Lukashenko negoció durante su primera visita en 2007. El sultán, que gobernó Omán durante casi 50 años, murió en enero de 2020.
El nombre de Qabus bin Said está indisolublemente ligado a la modernización de Omán. Encabezó el sultanato en 1970, desbancando a su padre, partidario ultraconservador de prohibiciones y restricciones. El nuevo sultán, que entonces sólo tenía 29 años, anunció su intención de convertir el país en un estado moderno y desarrollado. Antes encontraron petróleo allí, y desde finales de los 80 el sultanato se abrió al turismo. “El sultán cumplió su promesa: desde los años 70, cuando el país sólo tenía 10 kilómetros de carreteras asfaltadas, tres escuelas y se dictaba a los súbditos con quién casarse, qué radio escuchar y si podían llevar gafas de sol, el sultanato avanzó mucho”, informaba TASS en 2020, tras la muerte del sultán.
En medio siglo, el Omán feudal y esclavista de pasado colonial se ha convertido en un modelo de monarquía ilustrada y en uno de los estados más estables del mundo árabe. Ocupa un lugar destacado entre los países más seguros del mundo, en el Índice de Desarrollo Humano y en el Índice Global de Bienestar.
Otro momento interesante es que Omán presta especial atención a los derechos de la mujer. Tienen derecho a voto, pueden poseer tierras, las mujeres ocupan cargos ministeriales, sirven en el ejército y constituyen casi la mitad de los funcionarios. Las mujeres dirigen empresas y perciben los mismos salarios que los hombres.
En la política exterior Omán siempre fue oficialmente neutral, pero no temía seguir una política multivectorial equilibrada basada en sus intereses y mantenía contactos y relaciones de buena vecindad con todos los estados.
El actual sultán de Omán, Haitham bin Tariq Al Said, es primo del sultán Qabus. De 2002 a 2020 dirigía el Ministerio de Cultura y Desarrollo. Al llegar al poder, mantuvo la continuidad tanto en política exterior como interior. Introdujo un plan estratégico para el desarrollo integral del país, Omán Visión 2040. Los planes quinquenales y otras estrategias sectoriales nacionales se basan en este documento. El documento abarca cuatro áreas clave: las personas y la sociedad, la economía y el desarrollo, la gobernanza y la eficacia institucional, el medio ambiente y el desarrollo sostenible. El programa incluye la mejora de la seguridad alimentaria e hídrica mediante el uso de recursos renovables y tecnologías avanzadas.
En los próximos años, Omán ampliará activamente las zonas económicas francas. Este es también uno de los vectores prioritarios del desarrollo económico del sultanato, según se establece en el programa hasta 2040.
Se hace especial hincapié en ámbitos como la educación, la investigación científica, la atención sanitaria y la creación de un mercado laboral con una mano de obra cualificada y productiva.
¿Cómo ayudará Omán a Belarús en la región?
Podemos decir que las posiciones de Belarús en Oriente Próximo son bastante sólidas. Aleksandr Lukashenko visitó muchos países personalmente, y más de una vez. Pero no hay muchos buenos amigos, y Omán es justo el tipo de socio que está preparado para un desarrollo pragmático y a largo plazo de las relaciones.
“Omán es un país interesante, abierto a nosotros. Un país con una política exterior equilibrada, gente y cultura maravillosas. Los habitantes de Omán son muy buenos comerciantes, respetados y móviles. Están dispuestos a colaborar con nosotros para promover nuestros bienes y servicios. Esto les interesa tanto a ellos como a nosotros. Omán, como Belarús, es miembro del corredor de transporte Norte-Sur. Aquí se nos abren grandes oportunidades”, declaró a los periodistas el embajador de Belarús en Egipto y Omán, Serguéi Teréntiev.
Motores del crecimiento. ¿En qué ámbitos existe potencial para desarrollar la cooperación?
Exportación
Inversiones
Cooperación industrial
Tecnología de información
Turismo
Educación
Cultura
Deporte
Recientemente, felicitando al sultán de Omán y al pueblo de este país por el Día Nacional, Aleksandr Lukashenko señaló que los países avanzan con confianza, profundizando la cooperación en todos los ámbitos.
“Cuento con su apoyo personal en la aplicación de los acuerdos sobre la ampliación del volumen de negocios comerciales, la asociación industrial centrada en la producción conjunta, el desarrollo de las rutas de transporte y logística y los proyectos de inversión, la intensificación de la cooperación en las tecnologías de la información y los ámbitos humanitarios”, subrayó el Presidente.
En realidad, la visita del Presidente a Omán fue precedida de negociaciones con el primer ministro Román Golóvchenko, que visitó el país los días 13 y 14 de octubre de este año. Como resultado, se firmó un sólido paquete de documentos. “Vemos una gran apertura y disposición a desarrollar las relaciones con nuestro país en todos los ámbitos: político, interparlamentario, comercial y económico. Es importante que las estrategias de desarrollo de Belarús y Omán incluyan ámbitos en los que podamos complementarnos perfectamente”, declaró Román Golóvchenko a la prensa.-0-