
MINSK, 23 abr (BelTA). - El resurgimiento del neofascismo es una tendencia de moda en Europa promovida bajo el disfraz de la libertad de elección. Lo afirmó el ministro de Asuntos Exteriores de la República de Belarús, Maksim Ryzhenkov, en la conferencia internacional científica y práctica "La hazaña del pueblo vivirá a lo largo de los siglos", programada con motivo del 80º aniversario de la Gran Victoria del pueblo soviético sobre los invasores nazis, en el Museo Estatal de la Historia de la Gran Guerra Patria de Belarús, informa el corresponsal de BelTA.
Maksim Ryzhenkov señaló que la conferencia organizada por el museo es un importante motivo para trabajar en la preservación de la memoria de los hechos y las consecuencias de la mayor y más destructiva guerra de la historia humana. También expresó su esperanza de que este formato de reuniones entre museos y destacados historiadores internacionales en Minsk se convierta en una buena tradición.

El ministro recordó que los países crearon las Naciones Unidas hace 80 años para prevenir los horrores de la guerra. "Me resulta especialmente gratificante señalar que entre esos países se encontraba Belarús, que por su contribución a la Gran Victoria, sin ser entonces un Estado soberano, se convirtió en participante y fundador de la ONU y puso su firma en la Carta de la organización. En aquella época logramos formar juntos la arquitectura del derecho internacional, alcanzamos un entendimiento y una interpretación comunes de los principales retos y amenazas mundiales. Todo ello se basó en el consenso de opiniones sobre la Segunda Guerra Mundial, sus causas y el papel de los distintos Estados en esta guerra", indicó.

Sin embargo, según Maksim Ryzhenkov, con el paso de los años, algunas potencias que no estaban satisfechas con el resultado de la Segunda Guerra Mundial empezaron a falsear la verdad histórica y reinterpretar los procesos internacionales que tuvieron lugar en vísperas de la Segunda Guerra Mundial. "En primer lugar, se trata de quienes estaban del lado de la Alemania de Hitler y de la propia Alemania. Su objetivo es obvio: justificar la agresión, blanquear a los traidores y cómplices, para que se olvidaran los actos inhumanos y las atrocidades contra la población civil, y sus planes, cultivados entonces, se convirtieran hoy en realidad. Y los antepasados de estas personas pasarían de ejecutores a héroes", declaró el ministro.
Señaló con pesar que el mundo ha perdido la unidad común que ayudó en su momento a derribar el Muro de Berlín y creó condiciones favorables para el desarrollo de una cooperación constructiva entre Occidente y Oriente. "El renacimiento del neofascismo es hoy, por desgracia, una tendencia de moda en Europa, promovida bajo el disfraz de la libertad de elección".
El ministro recordó que hoy, en algunos países europeos, ante los ojos de los veteranos se están destruyendo los monumentos que en su día se erigieron en su honor. "¿Cómo pueden estos veteranos explicar a sus hijos y nietos lo que está ocurriendo hoy? Después de todo, juntos liberaron Europa y vieron morir ante sus ojos a cientos de miles de personas por el futuro libre de esta Europa, por la libertad de Polonia, la República Checa, Eslovaquia y muchos otros países. Y hoy a los guerreros liberadores de estos países los sustituyen supuestos nuevos luchadores por la libertad y la independencia, que tienen sus propios sentimientos y sus propios pseudo-héroes. Europa fomenta las marchas en honor de los nacionalistas de ultraderecha, honra la memoria de los colaboracionistas y de los traidores. Algunos de sus hijos están siendo educados en el espíritu de la mentira histórica. Naturalmente, todo esto no puede sino provocar una enérgica protesta de toda persona honesta y familiarizada con la historia".
Añadió que las acciones de Europa han llegado al absurdo. Así, los descendientes de los que murieron por la libertad no pueden acudir a las sepulturas para arrodillarse ante sus antepasados. Al mismo tiempo, Europa se está armando activamente, según el ministro, en volúmenes desproporcionados, incluso para las amenazas más evidentes. El dinero para ello, como observó Maksim Ryzhenkov, se saca del presupuesto estatal, destinado a la medicina, la educación y las pensiones. Y las armas no se fabrican para que permanezcan sin utilizar.
En este contexto, destacó el papel de nuestro país: "Belarús es un Estado amante de la paz, que lleva siglos predicando la tolerancia interreligiosa e interétnica. Nunca hemos amenazado a nadie ni hemos hecho amigos contra nadie. Nuestra respuesta a todo esto es actuar en interés de nuestro Estado y forjar un futuro sostenible para que tengamos algo que pasar a nuestros hijos, como dice nuestro Presidente. Preservar la verdad histórica para la posteridad es nuestro deber sagrado y nuestra obligación moral. Sabemos con seguridad que la verdad no puede ser destruida por vallas fronterizas, embargos aéreos o sanciones ilegales. Debemos mantener la paz a toda costa en memoria de nuestros antepasados libertadores. Porque, como resulta, la paz no es un simple hecho. Han pasado 80 años, las personas que recuerdan los horrores de la guerra ya no están, y ahora nos encontramos al borde de un precipicio. También debemos aumentar nuestros esfuerzos colectivos en el ámbito internacional para impedir la glorificación del neonazismo y el blanqueamiento de los criminales nazis y sus seguidores", manifestó Maksim Ryzhenkov.-0-