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27 Septiembre 2025, 21:36

Ryzhenkov desde la tribuna de la ONU relató a quién y por qué no le satisface el orden mundial de posguerra

Captura de pantalla del video de un.org
Captura de pantalla del video de un.org
MINSK, 27 sep (BelTA). – Al reescribir la historia y sus resultados, Occidente pone en duda también la ​racionalidad del establecimiento del orden mundial de posguerra. Lo declaró el ministro de Asuntos Exteriores de Belarús, Maksim Ryzhenkov, durante su intervención en la sesión plenaria del 80º período de sesiones de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, transmite el corresponsal de BelTA.

El tema del debate general de este año está dedicado al aniversario de la organización: "Juntos mejor: 80 años por la paz, el desarrollo y los derechos humanos". En este sentido, el jefe de la diplomacia belarusa propuso recordar los eventos de hace 80 años y reflexionar sobre ellos, para encontrar las verdaderas causas primarias de aquellos desafíos y amenazas con los que el planeta se enfrenta hoy.

"Hace ocho décadas terminó una guerra sangrienta y despiadada, que se convirtió en una enorme tragedia para toda la humanidad. Y solo al precio de millones de vidas y destinos rotos superamos ese desafío. Es obvia la contribución a la Gran Victoria de EEUU y el Reino Unido, así como del pueblo chino, que se libró del militarismo japonés. Sin embargo, determinante fue la hazaña del pueblo soviético. El pueblo multinacional, que luchó hasta la última gota de sangre por su libertad y la de los pueblos oprimidos. No entregó sus ciudades a los conquistadores, no se escondió detrás de regímenes pronazis de colaboracionistas, no suministró equipo militar y soldados al régimen nazi. Entonces, hace 80 años, eso era obvio", señaló Maksim Ryzhenkov.
Recordó que en las capitales de Europa a los libertadores los recibían con flores y alegría. Les erigían monumentos y memoriales, nombraban avenidas y ciudades con sus nombres.

"Pasaron solo 80 años de vida saciada y tranquila en Europa. Y cómo ha cambiado todo. ¿Qué vemos? En Occidente apareció su propia "verdad" sobre los eventos de aquellos años. Se borra la memoria, se derriban monumentos, se reescriben los libros de texto de historia. Nuevamente en las calles de ciertas ciudades de Europa una y otra vez escuchamos consignas y llamados nazis. Así se educa a la generación del siglo XXI, que no vio los horrores de aquella guerra, ni siquiera oyó de ellos. Por eso se alimenta con el falso heroísmo de sus ancestros, que alguna vez se unieron a la coalición hitleriana de naciones, que soñaban con el dominio mundial", observó el diplomático belaruso.

Si se reescribe la historia, significa que también se reescriben sus resultados, señaló. Significa que también se pone en duda la racionalidad del establecimiento del orden mundial de posguerra, basado en los principios universales de la ONU.
"Bueno, el Occidente colectivo se vio obligado entonces a compartir la carga de la responsabilidad por el destino mundial del planeta con el llamado bloque soviético, a posponer temporalmente los pensamientos de dominio mundial y, por supuesto, a esperar. Esperar algún evento para darle la vuelta a todo. Miren, desde esta tribuna ya se ha dicho estos días que el holocausto es nuestra vergüenza común. ¿Por qué es nuestra vergüenza común? Ante la historia, cada uno responderá por sí mismo. Por ejemplo, los belarusos lucharon contra el nazismo hasta la última gota de sangre, murieron, al precio de sus vidas salvaron a miles de judíos", indicó el jefe de la diplomacia.

"Y hoy no podemos guardar silencio sobre esto. Recordamos cientos de aldeas quemadas por los nazis junto con sus habitantes, recordamos a millones de belarusos destrozados, mutilados, y a cientos de miles de mujeres y niños llevados a la esclavitud europea. Por eso entendemos que preservar la memoria es importante para que la historia no se repita. Para que no haya más ideologías de superioridad racial, donde no hay lugar para pueblos enteros. No habría campos de concentración, ese invento terrible de Occidente. Y, por supuesto, no habría genocidio contra ninguno de los pueblos", añadió el ministro.-0-
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