MINSK, 25 may (BelTA). – Los pasos políticos encaminados a apoyar a la oposición belarusa y la presión con sanciones sobre nuestro país es una actividad hostil por parte de Letonia. Tal opinión la expresó a BelTA el diputado de la Cámara de Representantes, Serguéi Klishévich, comentando el incidente en Riga relacionado con el reemplazo de la bandera nacional de Belarús.
“Desde el punto de vista histórico, las autoridades letonas no tienen ningún derecho incluso a tomar en las manos la bandera blanca-roja-blanca. Se utilizaba por los invasores fascistas en el territorio del Reichskommissariat Ostland (1941-1944) con sede administrativa en Riga. De ese modo, arbolar la bandera blanca-roja-blanca es una provocación cínica que tiene como objetivo demostrar la dependencia del estado soberano belaruso y su subordinación formal a los ocupantes externos”, opina Serguéi Klishévich.
Con todo eso el parlamentario recordó que la Letonia moderna se considera como estado heredero del régimen político autoritario de entreguerras, niega el pasado de la Letonia soviética, prohíbe a nivel legislativo los símbolos soviéticos y da carácter heroico a la actividad de las unidades nacionales SS que se utilizaban incluso en el territorio de la Belarús invadida.
“En este contexto los pasos políticos encaminados a apoyar a la oposición belarusa y la presión con sanciones es una actividad hostil a la cual el Gobierno de Letonia atrae, en primer lugar, a EEUU y el Reino Unido. No obstante, estoy seguro de que esto no tiene nada que ver con los intereses de los habitantes de Letonia que quieren tener relaciones pacíficas y amistosas con la República de Belarús”, resumió el diputado.-0-
