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21 Junio 2025, 18:25

Detalles de las iniciativas belarusas en la ONU

Belarús lleva 80 años, promoviendo en las Naciones Unidas un programa unificador destinado a mantener la seguridad y la paz. La importancia de esto fue señalada en una entrevista a la corresponsal de BelTA por el viceministro de Asuntos Exteriores, Ígor Sekreta, en el año del 80º aniversario de la creación de la ONU, en la que Belarús fue país fundador. El aniversario fue una ocasión para volver a llamar la atención sobre la enorme contribución que nuestro país ha hecho y sigue haciendo al desarrollo de la organización internacional más grande y prestigiosa. El canciller adjunto habló sobre la promoción de las iniciativas belarusas en el marco del sistema de la ONU, que dividió en tres etapas: 1946-1990, 1990-2005 y desde 2005 hasta la actualidad. Destacó la enorme contribución de Belarús en todas las áreas de actividad de la organización.

Primera etapa: 1946-1990

- Ígor Víktorovich, ¿cómo empezó todo, cuáles fueron las primeras iniciativas belarusas a mediados de la década de 1940, justo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se estaban reconstruyendo tanto nuestro país como la arquitectura de seguridad mundial? ¿Cuál era su orientación?

- Los diplomáticos belarusos comenzaron a trabajar activamente en la ONU desde el inicio de las actividades de esta organización. Nuestro principal interés en los primeros años de la posguerra estaba relacionado, sin duda, con las consecuencias de la guerra: el castigo de los criminales y la reconstrucción de los territorios afectados.  

Ya en la primera sesión de la Asamblea General de la ONU en 1946, la delegación de Belarús presentó una importante iniciativa en este ámbito. Así, a propuesta de la delegación de la República Socialista Soviética de Bielorrusia, la Asamblea General aprobó la resolución “Sobre la entrega y el castigo de los criminales de guerra”. La resolución exigía a los países miembros de la ONU que adoptaran las medidas más enérgicas para buscar a los criminales de guerra, arrestarlos y entregarlos a los países en cuyo territorio habían cometido los crímenes.

En 1968, en la 23ª sesión de la Asamblea General, por iniciativa de Belarús, se aprobó una resolución sobre la no aplicación del plazo de prescripción a los crímenes de guerra y a los criminales de guerra.

Entre otras iniciativas significativas de nuestra diplomacia en las primeras décadas de la posguerra figura la resolución iniciada por Belarús en 1973 sobre la utilización del progreso científico y técnico en pro de la paz y el progreso social.

En ese mismo año 1973, la República Socialista Soviética de Bielorrusia fue elegida miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y desempeñó con éxito esta función en el principal órgano de las Naciones Unidas durante el período 1974-1975. Este período de pertenencia al Consejo sigue siendo hasta ahora el único caso de participación de dos años en la labor del Consejo de Seguridad.

En general, la primera etapa se caracterizó por varias iniciativas importantes, aunque, en general, la libertad de acción de Belarús se vio limitada por el hecho de que Belarús no era entonces un Estado independiente, sino que formaba parte de la URSS.

Segunda etapa: 1990-2005

- La tragedia de Chernóbil, la renuncia voluntaria de Belarús a las armas nucleares: ¿qué otras características tuvo este período y cómo reaccionó nuestro país ante los acontecimientos de la época en el ámbito de la ONU? 

- Es conveniente comenzar la segunda etapa no desde el momento en que Belarús obtuvo la independencia, sino desde 1990, ya que ese año, en la 45ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Belarús presentó por primera vez una resolución sobre el tema del fortalecimiento de la cooperación para minimizar las consecuencias del accidente de la CN de Chernóbil. 

Desde entonces, la Asamblea General de la ONU aprobó muchas veces la resolución sobre Chernóbil por iniciativa de Belarús. La próxima presentación de esta resolución está prevista para la 80ª sesión de la Asamblea General en otoño de 2025. 

En general, después de adquirir la independencia, la República de Belarús amplió considerablemente sus posibilidades de participación en la cooperación internacional multilateral en el marco de las Naciones Unidas.

Además de la iniciativa sobre la Resolución de Chernóbil, el período comprendido entre 1990 y 2005 se caracterizó por importantes iniciativas en materia de seguridad.

Así, una importante iniciativa belarusa en el ámbito de la paz y la seguridad internacionales fue la propuesta del Presidente de la República de Belarús, Aleksandr Lukashenko, de crear un espacio libre de armas nucleares en Europa Central y Oriental. La iniciativa se presentó a la consideración de la comunidad internacional en la 53ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas y, en diciembre de 1998, la Asamblea General aprobó la resolución correspondiente. Sin duda, esta iniciativa surgió en el contexto de la entonces inminente ampliación de la OTAN hacia el este y los temores asociados a ello en relación con el despliegue de armas nucleares de la OTAN cerca de nuestras fronteras occidentales.

Desde 2002, la República de Belarús presenta periódicamente en la Asamblea General de las Naciones Unidas otra resolución sobre el tema del desarme, titulada “Prohibición del desarrollo y la producción de nuevos tipos de armas de destrucción masiva y nuevos sistemas de tales armas”. La última resolución de este tipo fue aprobada en 2023.

Este período se caracteriza por otros pasos importantes en el ámbito de la seguridad. Así, Belarús se convirtió en el primer Estado sucesor de la antigua Unión Soviética en renunciar a las armas nucleares y completar su retirada de su territorio a finales de 1996. Además, la República de Belarús se adhirió a todos los principales acuerdos en materia de no proliferación y desarme, como el Tratado sobre la no Proliferación de las Armas Nucleares (TNP), el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCEN), la Convención sobre la Prohibición de las Armas Químicas (CAQ) y la Convención sobre la Prohibición de las Armas Biológicas y Toxínicas (CABT). 

Todos estos acontecimientos se reflejan en diversos documentos de las Naciones Unidas.

En el marco de esta etapa, Belarús también contribuyó en la medida de sus posibilidades a la solución de los problemas del desarrollo mundial.

Aunque no presentamos resoluciones específicas sobre temas de desarrollo, Belarús participó activamente en los principales eventos internacionales de la época, contribuyendo a sus documentos finales: la Conferencia Internacional de las Naciones Unidas sobre Población y Desarrollo de 1994, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos de 1996, el 19º período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas para realizar un análisis exhaustivo de la aplicación del Programa para el Siglo XXI de 1997, la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de 2001, la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de 2002.

En general, durante este período de 15 años, Belarús adquirió mayor visibilidad en las Naciones Unidas que en las cuatro décadas anteriores. Sentamos las bases para que se examine de manera sistemática el tema de Chernóbil en el marco del sistema de las Naciones Unidas. También logramos avances significativos en la promoción de las cuestiones relacionadas con la paz y la seguridad. 

Tercera etapa: 2005 – actualidad 

- Ígor Víktorovich, ¿se puede afirmar, en el contexto de un análisis retrospectivo, que 2005 fue un año decisivo en la actitud de Belarús hacia las Naciones Unidas, debido a la participación de Aleksandr Lukashenko en la cumbre de las Naciones Unidas, en la que presentó dos iniciativas muy importantes?

- Sí, así es. En primer lugar, el Presidente llamó a la comunidad internacional a reconocer la diversidad de vías de desarrollo progresivo. Esta iniciativa complementaba armoniosamente los esfuerzos de la República de Belarús y de la mayoría de los Estados miembros de las Naciones Unidas por construir un orden mundial más justo, fortalecer el derecho internacional y oponerse a los enfoques unilaterales en la política mundial. La iniciativa de Belarús quedó plasmada en una serie de documentos aprobados bajo los auspicios de las Naciones Unidas y el Movimiento de los Países No Alineados.

Lo más importante es que la visión de la diversidad global expresada por el Presidente de Belarús se justificó plenamente. De hecho, en el transcurso de una década, el llamado momento unipolar en la política mundial se desvaneció y quedó claro que Occidente no lograría imponer a otros países las llamadas formas “democráticas” y “liberales” de gobierno.

En segundo lugar, el líder belaruso, en el marco de la Cumbre de la ONU de 2005, llamó a la comunidad internacional para que tomara medidas eficaces en la lucha contra la trata de personas. En desarrollo de este tema, durante la 60ª sesión de la Asamblea General de la ONU (2005), Belarús propuso crear, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, la “Asociación global contra la esclavitud y la trata de personas en el siglo XXI”, con el fin de aunar los esfuerzos de los Estados, las organizaciones internacionales, la sociedad civil y el sector privado en la lucha contra la trata de personas. 

Desde 2006, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba periódicamente una resolución impulsada por Belarús sobre la mejora de la coordinación de las medidas de lucha contra la trata de personas. La próxima resolución de este tipo se presentará en el 80º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en otoño de 2025. En el marco de la primera resolución de este tipo, en 2006 se creó el Grupo Interinstitucional de Coordinación para la Lucha contra la Trata de Personas (ICAT), que hoy en día cuenta con más de 30 agencias internacionales. Por iniciativa de Belarús, el ICAT celebra desde 2017 reuniones anuales a nivel de directores de agencias.

En julio de 2010, por iniciativa de Belarús, la Asamblea General aprobó el Plan de Acción Mundial contra la Trata de Personas. El día de la aprobación del Plan Mundial, el 30 de julio, se celebra en todo el mundo desde 2014 como el Día Internacional contra la Trata de Personas.

Además, Belarús propuso crear en Nueva York y en las oficinas de las Naciones Unidas en Viena, Ginebra y París el Grupo de Amigos Unidos en la Lucha contra la Trata de Personas, que en la actualidad incluye a 20 Estados. Desde 2010, Belarús es el presidente permanente del grupo.

Quiero señalar que, bajo la presidencia de Belarús, se celebran anualmente reuniones de coordinación del Grupo de Amigos y el ICAT.

En el marco de la Comisión de Prevención del Delito de las Naciones Unidas, en Viena se aprobaron en la última década más de una decena de resoluciones, impulsadas por Belarús, sobre diversos aspectos de la lucha contra la trata de personas, incluido un tema tan nuevo como el tráfico de órganos humanos.

Así, en gran medida gracias a Belarús, la cooperación internacional en la lucha contra la trata de personas adquirió un carácter sistémico y organizado, lo que se refleja directamente en la eficacia de esta labor. Al mismo tiempo, Belarús es considerada por todos los países del mundo como líder indiscutible en la lucha contra la trata de personas.

Tras la cumbre de las Naciones Unidas de 2005, Belarús comenzó a promover activamente la idea de crear asociaciones mundiales. La lógica era que, en el mundo actual, solo se puede lograr el éxito en la lucha contra los retos transnacionales cuando todas las partes interesadas positivas (Estados, organizaciones internacionales, sociedad civil, sector privado, círculos académicos) trabajan juntas. 

La idea de las alianzas es la base de nuestra línea activa de lucha contra la trata de personas. Además, Belarús trabajó de manera activa y exitosa para consolidar la idea de las alianzas en el marco de la elaboración de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Como resultado, nuestro trabajo a nivel nacional para alcanzar los ODS en el marco del Consejo de Desarrollo Sostenible también se basa en el principio de las asociaciones.

Un ejemplo claro de la idea de las asociaciones es la resolución iniciada por Belarús titulada “Fortalecimiento de la participación de todos los miembros de la sociedad en la prevención del delito”, presentada en la Comisión de las Naciones Unidas contra el Delito en mayo de 2019. La resolución fue aprobada por consenso y recibió el apoyo de casi 40 países. Este hecho demuestra claramente que los Estados miembros de las Naciones Unidas apoyaron nuestra visión de las asociaciones.

Durante nuestro período de pertenencia a la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas en 2016-2019, se aprobaron dos resoluciones por iniciativa de Belarús. La primera, en 2016, versaba sobre los nuevos psicoactivos, y la segunda, en 2017, sobre el papel de la sociedad, la escuela y la familia en la prevención del consumo de drogas entre los niños y adolescentes. De coautores de la segunda resolución belarusa intervinieron 45 Estados, incluidos 27 Estados miembros de la UE, los Estados Unidos y Canadá. El hecho de que una nueva iniciativa recibiera un apoyo tan amplio no tenía precedentes en la Comisión y confirmó la pertinencia de los enfoques propuestos en la resolución.

Cabe destacar que Belarús desempeña un papel muy importante en el examen del tema de la familia en las Naciones Unidas. En efecto, en los últimos años se produjo un intenso debate sobre este tema (su papel en la sociedad, las formas de familia, las relaciones dentro de la familia), en el marco del cual los Estados occidentales y sus aliados intentan consolidar en los documentos internacionales la agenda de los radicales (el llamado grupo LGBT), que defienden la diversidad de formas de familia, imponiendo así a la mayoría de los países del mundo valores sociales, culturales, religiosos y de otro tipo que son ajenos para ellos.

Los países occidentales se enfrentan a muchos otros Estados que defienden la importancia de preservar la familia tradicional. Belarús se sumó activamente a este debate. Así, por iniciativa de Belarús, junto con Qatar y Egipto, desde 2015 en Nueva York funciona el Grupo de Amigos de la Familia. Se trata de una asociación voluntaria que cuenta actualmente con 25 Estados miembros de las Naciones Unidas. El Grupo promueve la aplicación a nivel mundial de estrategias, planes y medidas que respondan a los intereses de la familia tradicional.

Además, Belarús desempeña un papel importante en la promoción en las Naciones Unidas del tema de los países de ingresos medios desde que surgió a finales de la primera década de este siglo. Así, desde hace tiempo promovemos la idea de elaborar un documento estratégico sobre la cooperación de las Naciones Unidas con este grupo de países. Por iniciativa de Belarús, la ONUDI aprobó varias resoluciones sobre el tema del desarrollo industrial sostenible de los países de ingresos medianos. La próxima resolución de este tipo se presentará en el 53er período de sesiones de la Junta de Desarrollo Industrial de la ONUDI a finales de junio de 2025. Belarús celebró en Minsk en 2013 una conferencia regional y en 2015 una conferencia internacional dedicada a los países de ingresos medios. Belarús es miembro activo del Grupo de Partidarios de los Estados de la Subregión del Pacífico Sur, que incluye unos 20 países.

Entre otras iniciativas, cabe mencionar también una serie de resoluciones aprobadas en las Naciones Unidas por iniciativa de Belarús a finales de la década pasada: “El papel de la traducción profesional en el fomento de la paz, el desarrollo y la concordia entre naciones”, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2017, y “Asociación Internacional de Representantes Permanentes de los Estados Miembros de las Naciones Unidas”, aprobada en abril de 2018. Como se desprende de sus títulos, estos documentos tienen como objetivo mantener el espíritu de diálogo, amistad y cooperación en la ONU como requisitos previos importantes para el desarrollo exitoso de la sociedad.

En el marco de la tercera etapa, al igual que en la segunda, Belarús trabaja activamente en el tema de la paz y la seguridad.

Así, en la 26ª sesión de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE en Minsk, el Presidente de Belarús presentó la iniciativa de celebrar un diálogo global sobre seguridad en el espíritu de San Francisco. Desde la perspectiva actual, es evidente que la iniciativa fue muy perspicaz y que su aplicación habría evitado tanto la espiral negativa en la política global como el conflicto en Ucrania.

Quiero señalar que desde 2023 en Minsk se celebra la Conferencia sobre la Seguridad Euroasiática. En la primera conferencia, Belarús presentó la iniciativa de elaborar la Carta Euroasiática sobre la Multipolaridad y la Diversidad en el Siglo XXI. 

En esencia, la idea de la carta es uno de los elementos de la iniciativa del Jefe de Estado para reconocer la diversidad de las vías de desarrollo. La carta tiene como objetivo crear mecanismos eficaces de cooperación en nuestro amplio espacio en diversos ámbitos: seguridad, economía, aspectos sociales, culturales y civilizatorios. Belarús, junto con Rusia, lleva ya dos años trabajando activamente para movilizar el apoyo a esta iniciativa entre los Estados euroasiáticos. Prevemos que el proceso de elaboración de la carta será, en ciertos aspectos, similar al proceso de elaboración del Acta Final de Helsinki a mediados de la década de 1990.

De este modo, las iniciativas en el marco de la tercera etapa condicional llevaron a Belarús al primer plano en la ONU. 

Al mismo tiempo, el uso por parte de los países occidentales en los últimos años de la plataforma de la ONU contra Belarús debido a problemas en las relaciones bilaterales no afecta a la percepción positiva de nuestro país por parte de los Estados de la Mayoría Global.

Belarús lleva a cabo una activa agenda unificadora en interés de todos los países del mundo y es un líder mundial reconocido en esta cuestión. 

Alina Grishkévich,
BelTA.-0-
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