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02 Noviembre 2021, 17:14

Antonio Fallico sobre sanciones, migración, guerra de vacunas y deseo de ver el negocio belaruso en el Foro de Verona

MINSK, 2 nov (BelTA). – El XIV Foro Económico Euroasiático, que tuvo lugar a finales de octubre en Verona, Italia, se convirtió este año, quizás, en la única plataforma internacional en el Occidente, donde sus participantes intentaron encontrar formas de superar líneas divisorias entre el Oriente y el Occidente. Reunió en formato presencial a los famosos políticos, empresarios y figuras públicas de muchos países de Europa y Asia. El foro tuvo un tema global común: “Eurasia en el camino hacia un nuevo orden geopolítico y socioeconómico: la transición a una nueva economía orientada a las personas”. Después de su terminación el corresponsal de BelTA logró hacer varias preguntas al principal organizador e inspirador ideológico de este evento, presidente de la asociación Conoscere Eurasia, presidente del directorio de Intesa, profesor Antonio Fallico.

- ¿Cuáles son los principales resultados del foro? ¿Se convirtió en un ladrillo particular en la construcción de un puente de confianza entre el Oriente y el Occidente?

- Francamente, no esperaba tantos participantes en este, digamos, período poscovid: la asistencia al foro en números absolutos creció incluso en comparación con 2019. Pero para nosotros no es el indicador principal. Es mucho más importante que tuvieron lugar las sesiones de panel muy interesantes. Fueron dirigidas por los especialistas de diversos campos con experiencia tanto práctica como científica. En primer lugar, me refiero a una sesión especial organizada por Rosneft sobre el futuro de la energía y una sesión sobre el gas. En ellas participaron las mayores empresas de Rusia, Estados Unidos, Reino Unido y otros países. Por primera vez en Verona intervinieron el presidente de la junta directiva de Gazprom, Víktor Zubkov, y muchas otras figuras clave de la industria del gas. Estoy de acuerdo con la principal conclusión del foro: es necesario abordar el problema de la transición energética de manera equilibrada y racional, teniendo en cuenta los diferentes intereses.

El segundo bloque importante discutido en el foro, desde mi punto de vista, es financiero. Los participantes hablaron, en particular, de que hoy en día prácticamente no se puede financiar la industria del carbón y, en general, todas las tecnologías que contaminan el medio ambiente. Pero al mismo tiempo, las estructuras financieras no pueden ocupar una posición pasiva, deben ser activas. Es decir, hay que analizar cada proyecto concreto: cuáles contaminan el medio ambiente más, cuáles menos, dónde se utilizan las tecnologías más avanzadas. Por lo tanto, no es necesario simplificar la situación y decir: no financio el proyecto por algunos principios abstractos. Hay que abordar el problema de manera proactiva.

Al familiarizarme con la estadística, noté: en 2018 en finanzas sostenibles se invirtieron 37,4 billones de dólares estadounidenses. La mayor parte de este dinero fue invertido en Europa por Estados Unidos. En 2020 se emitieron 1 billón de bonos verdes. Todo esto es positivo, pero al mismo tiempo hubo desinversión en energía tradicional, construcción de oleoductos, producción y otros elementos de la energía convencional. Este es un paso demasiado radical y brusco. Si este dinero se dirigió sólo a paneles solares, energía eólica y centrales hidroeléctricas, entonces está claro por qué Europa está en su posición actual. Porque la energía eólica, solar y otros tipos de energía alternativa son inconstantes: hoy existen y mañana – no. Por lo tanto, las reservas en los depósitos subterráneos de gas natural en Europa se redujeron hasta el 65 % y, como resultado, los precios se dispararon. Lo mismo atañe al problema de la generación de electricidad.

La asistencia sanitaria se está convirtiendo en un sector muy importante para la inversión. Esta esfera es uno de los motores del desarrollo de la economía mundial. Pero al mismo tiempo, es necesario el trabajo continuo en el cambio del modelo económico actual del sistema sanitario calculado para un largo período.

- Es el segundo foro donde sus participantes hablan mucho del perjuicio de la política de sanciones. Usted mismo dijo en su discurso que las decisiones de imponer sanciones se basan en la mentira, citando como uno de los ejemplos el trágico siniestro de un avión de Malaysia Airlines, después del cual se impusieron represalias contra Rusia sin ninguna prueba. Los acontecimientos alrededor de Belarús tuvieron el mismo escenario: la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) ya durante casi seis meses no puede recopilar los datos relacionados con el motivo del aterrizaje de emergencia de un avión de Ryanair en Minsk, sin embargo, las sanciones contra Belarús y Belavia fueron impuestas por los países occidentales prácticamente un día después del incidente. En su opinión, ¿por qué sucede esto? ¿Por qué los políticos no oyen a los empresarios y siguen buscando las nuevas razones para imponer las nuevas sanciones?

- Yo formularía la pregunta de manera un poco diferente. El sistema occidental neoliberal llevó a la aparición de la estructura de sociedad llamada posdemocrática. Es decir, es una democracia formal y, a medida de desarrollo de la crisis, todo este sistema se convirtió en prisionero de los grupos de intereses. No muy exacto, simplificando, pero se podría llamar estos grupos como atlánticos.

En apariencia podría parecer que las reglas del juego están determinadas por los políticos. Pero en realidad, son varios grupos en el segmento atlántico que elaboran las decisiones, que luego obligan a los políticos a tomarlas. Pero, en esencia, tienen como objetivo eliminar la competencia. No existe una política real. Porque la política no sólo consiste en comprender el estado de ánimo de su propio pueblo, sino también en mostrarle las vías para coexistir con otros pueblos y encontrar su lugar en el mundo. Por lo tanto, precisamente estos grupos de intereses del sistema atlántico son la fuente de sanciones con las que quieren debilitar a China, Rusia, y ahora a Belarús.

- Este problema no fue rozado en el Foro de Verona, pero afecta no sólo a las economías de los países involucrados, sino también contribuye a la aparición de las nuevas líneas divisorias entre estados, me refiero a la migración ilegal. ¿Qué es necesario hacer para resolver el problema de la migración ilegal? ¿Tiene sentido discutirlo en detalle en los futuros foros?

- La migración es un problema global. Siempre hay que buscar causas y luego pensar en cómo eliminarlas. Después de 20 años de presencia estadounidense en Afganistán y la huida de Estados Unidos desde allí, ¿qué tenemos? Un gran número de personas está buscando un lugar para huir para vivir una vida normal. Podemos decir lo mismo de Libia, de Siria en cierto grado. Estos países siempre se consideraban a través del prisma colonial. Después de la terminación formal del colonialismo, nosotros (Occidente – Nota de BelTA) decidimos que éramos tan astutos que podríamos seguir dirigiéndolos nosotros mismos. Y lo que consideramos una democracia, ellos también tienen que tenerlo, etc. Este es un problema estructural tan grave que no se puede resolverlo en dos días del foro.

Pero tiene razón: esta es bomba de efecto retardado que explotará tarde o temprano. Ningún muro podrá retenerla. Si no somos capaces de crear un sistema de economía, un sistema de desarrollo, que proporcione a estas personas un nivel de vida decente en sus propios países, y en vez de esto les traemos la guerra, ¿qué queremos después de eso? No es necesario darles obsequios, sino garantizar una política de desarrollo independiente, que pueda llevar a buenos resultados en estos países: reconocer su soberanía, no interferir en sus asuntos. Por supuesto, hace falta pensar en la inversión con ayuda de los instrumentos financieros del sistema de la ONU y tratar de no especular con los problemas de estas personas. He aquí una cifra: por cada dólar que prestamos a estos países, fingiendo ser muy generosos, tienen que devolvernos 13 dólares.

- Una de las sesiones del foro estuvo dedicada a los problemas del sistema sanitario en el contexto de la pandemia de COVID-19. En este sentido, tocaré otro problema: la guerra de vacunas. Por lo que sé, para protegerse del COVID-19 usted se vacunó con Sputnik V. ¿Si obstaculiza su negocio el uso de la vacuna rusa? ¿No se está convirtiendo la diferenciación de vacunas en una nueva barrera entre estados?

- Puedo dar un ejemplo: mientras me esperaba, fui a una clínica de Verona para hacer una prueba PCR. Dentro de tres días, aquí en Italia, tengo que hacer otra prueba. Por lo tanto, tampoco tengo libertad de movimiento. Es una situación absurda. Todo el mundo está de acuerdo con que Sputnik V es una vacuna excelente. Recientemente estuve en otro país europeo e hice tres pruebas PCR en seis días. Esto quita mucho tiempo.

Por lo que sé de mis fuentes, el reconocimiento de Sputnik V en la Unión Europea no será pronto. Se plantean algunas cuestiones administrativas formales, los requisitos se formulan de diferentes formas. Los representantes de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) creen que deben visitar todos los sitios donde se produce Sputnik V. Luego dicen que no existe un estándar único para los códigos QR.

- El negocio nunca ha estado representado en el Foro de Verona. En su punto de vista, ¿sería interesante para el negocio europeo que algunas grandes empresas de Belarús participaran en el foro?

- Tenemos un acuerdo de cooperación con la Cámara de Comercio e Industria de Belarús. Durante nuestros seminarios en Roma celebramos una sesión dedicada a la cooperación con Belarús en la cual participaron las empresas belarusas. Invitábamos a las empresas belarusas al Foro de Verona y no entendemos por qué no hay respuestas concretas. Pero estamos interesados ​​en esto, incluidas tales esferas como la agricultura, la infraestructura, etc.

Como banco, trabajamos con BelAZ, firmó un contrato de suministro de su equipo con uno de nuestros clientes. La suma es pequeña, unos 80 millones de dólares estadounidenses, financiamos este negocio. De momento la actividad de nuestro banco se limita a pequeñas líneas de crédito a corto plazo para algunos grandes bancos belarusos. Y no es porque tenemos miedo, sino porque no hay solicitudes. Siempre teníamos buenas relaciones con el Banco de Desarrollo de Belarús, con Belagroprombank, Belarusbank. Podemos financiar incluso desde nuestro banco ruso.

Nos gustaría ver una representación más activa y más amplia de Belarús en el Foro de Verona, incluso por parte de los órganos del poder.

Eduard Pivovar,

BelTA.-0-

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