BOGOTA, 18 may (BelTA - Prensa Latina). - La exposición Dolor y Esperanza propone hoy un recorrido por la obra del pintor, escultor y muralista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, en la Galería Duque Arango, ubicada en la ciudad colombiana de Medellín.
Compuesta por 32 obras del denominado artista más influyente del arte latinoamericano en el siglo XX, la exhibición invita a reflexionar sobre los dos estados de experiencia sensorial y emocional que le dan título.
De acuerdo con el curador, Miguel González, en la muestra se aprecia su propuesta estética que, además de ser autorreferencial, recoge la tradición de los expresionismos históricos.
A su juicio, en la selección está visible el trabajo del creador que consiguió la atención del público internacional durante seis décadas, sobre todo por su particular expresionismo figurativo y su evidente conciencia social.
'Guayasamín produjo importantes series de pinturas entre ellas Mujeres llorando, rostros conmovedores que hablan del dolor y la desesperanza', añadió González.
Según dijo, en la exposición se puede apreciar estas representaciones humanas, evidencia de su característico trabajo expresionista, así como paisajes y bodegones que fue una arista presente en su obra.
En el nuevo milenio la humanidad continúa estremecida por acontecimientos dramáticos y desigualdades que parecen cada vez más radicalizarse. Eso hace que la obra contestataria de Guayasamín pueda seguir vigente y conmoviendo, sentenció.
Durante más de dos meses estará disponible la muestra sobre el artista, nacido el 6 de julio de 1919 que tuvo una vida consagrada a la pintura y a la lucha contra las injusticias del mundo.
Sus orígenes indígenas le motivaron a conocer sobre esa población originaria y revelar las injusticias que contra ellas cometía la sociedad, lo cual pudo apreciar en varios de sus viajes por América Latina.
Recibió varias premios y reconocimientos de universidades de América y Europa, y realizó numerosas exposiciones y proyectos culturales entre los que destaca La Capilla del Hombre.
Tras su muerte el 10 de marzo de 1999 a causa de un infarto agudo de miocardio, en Baltimore (Estados Unidos), su familia continuó con su legado mediante la Fundación Guayasamín.
La institución tiene la misión de asegurar la preservación de los bienes culturales y colecciones cedidos por el artista y de velar por su propósito de beneficio colectivo y carácter popular.
