GINEBRA, 20 mar (BelTA - Prensa Latina). - Las crisis económica y laboral provocadas por la pandemia de Covid-19 podría aumentar el desempleo mundial en casi 25 millones de personas, alertó un informe disponible hoy en el sitio de una fuente autorizada.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) reveló, no obstante, que de existir una respuesta política coordinada a nivel internacional, el impacto sobre la desocupación global podría ser significativamente menor.
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El estudio, que se basó en dos predicciones económicas diferentes, reveló en su versión más moderada un aumento del desempleo mundial en 5,3 millones, mientras que la hipótesis más pesimista determinó un incremento de 24,7 millones de personas.
Todo esto, aclaró el reporte, en adición a una base de los 188 millones de desempleados registrados en 2019.
Se prevé, además, un aumento exponencial del subempleo, ya que las consecuencias económicas del brote del nuevo coronavirus se traducen en reducciones de las horas de trabajo y los salarios.
Las caídas del empleo también acarrearán grandes pérdidas de ingresos para los trabajadores, abundó el análisis.
El estudio estima que estas se situarán entre 860 mil millones de dólares y 3,4 billones (un millón de millones) de dólares a finales de 2020, lo que generará caídas en el consumo de bienes y servicios y afectará las perspectivas de las empresas y las economías.
La OIT estima que entre 8,8 y 35 millones de personas más estarán en situación de pobreza laboral en todo el mundo, frente a la estimación original para 2020 (que preveía una disminución de 14 millones en todo el mundo).
'Ya no se trata sólo de una crisis sanitaria mundial, sino también de una importante crisis económica y del mercado laboral que está teniendo un enorme impacto en las personas', estimó por su parte el director general de la OIT, Guy Ryder.
La comunicación advirtió que la crisis del empleo podría afectar a determinados grupos de manera desproporcionada y, por consiguiente, agravar la desigualdad sobre todo para las personas con trabajos mal pagados, en particular los jóvenes, los adultos mayores, las mujeres y los migrantes.
Ryder consideró que en los tiempos de crisis como en los que hoy se vive es fundamental, en primer lugar, promover el diálogo social activo entre trabajadores y empleadores y representantes, lo que deviene en elemento vital para fomentar la confianza del público y el apoyo a las medidas para superar la coyuntura desfavorable.
'Es necesario que en este difícil momento se haga todo lo posible para reducir al mínimo los perjuicios para las personas', refirió.
