LA HABANA, 18 oct (BelTA - Prensa Latina) - La eterna diva de la danza
en Cuba, majestuosa Giselle, dueña de un arte que trascendió la
perfección, así es recordada siempre Alicia Alonso (1920-2019), más hoy
cuando se cumple el quinto aniversario de su partida física.
El movimiento de sus manos y la delicadeza e impecable ejecución al danzar la hicieron merecedora de innumerables premios, aplausos, del cariño y la admiración allá donde sus pasos cautivaron.
Símbolo de la cultura cubana, la prima ballerina assoluta, Premio Nacional de Danza en 1998, contagió a su alrededor con su virtuosismo y capacidad para entregarse en cuerpo y alma a cada interpretación, también a una disciplina que se negó a abandonar, aun cuando ello implicara un deterioro de su visión.
En 1948 fundó en La Habana el Ballet Alicia Alonso, hoy Ballet Nacional de Cuba (BNC), en cuyas creaciones y bailarines habita la impronta de quien supo defender el arte en puntas para el disfrute de todo un pueblo.
Amó a Cuba hasta su último aliento e instauró en 1960 el Festival de Ballet que lleva su nombre. Como afirmara el historiador del BNC, Miguel Cabrera, su talento y grandeza propiciaron que los amantes de la danza en el mundo acudieran a su patria.
Gracias al «don aglutinador» que poseía, el evento danzario alcanzó una dimensión extraordinaria, escenario para figuras de renombre que honran en cada edición el poder del ballet y de una compañía Patrimonio Cultural de la Nación.
Sería un pecado no recordar a Alicia Alonso en Giselle, ese rol que asumió con tanta maestría hasta penetrar en la piel de la joven campesina, desde su debut el 2 de noviembre de 1943.
En opinión de Cabrera, la actuación de la famosa intérprete colocó a Cuba en el mapa mundial del ballet, probó que los latinoamericanos podían bailar la herencia clásica, reservada hasta ese momento a las bailarinas eslavas o anglosajonas.
Sus versiones coreográficas de los grandes clásicos gozan de reconocimiento internacional y han sido interpretadas por importantes compañías alrededor del mundo.
Entre los premios y reconocimientos que mereció se encuentra el título de Doctora Honoris Causa por la Universidad de La Habana, la Universidad Politécnica de Valencia, España; y la Universidad de Guadalajara, en México.
A pocas semanas de celebrarse el XXVIII Festival Internacional de Ballet de La Habana Alicia Alonso, del 28 de octubre al 10 de noviembre, se percibirá nuevamente el espíritu de la danza y de una figura eterna en el tiempo, como las verdaderas artistas, que nunca mueren.
El movimiento de sus manos y la delicadeza e impecable ejecución al danzar la hicieron merecedora de innumerables premios, aplausos, del cariño y la admiración allá donde sus pasos cautivaron.
Símbolo de la cultura cubana, la prima ballerina assoluta, Premio Nacional de Danza en 1998, contagió a su alrededor con su virtuosismo y capacidad para entregarse en cuerpo y alma a cada interpretación, también a una disciplina que se negó a abandonar, aun cuando ello implicara un deterioro de su visión.
En 1948 fundó en La Habana el Ballet Alicia Alonso, hoy Ballet Nacional de Cuba (BNC), en cuyas creaciones y bailarines habita la impronta de quien supo defender el arte en puntas para el disfrute de todo un pueblo.
Amó a Cuba hasta su último aliento e instauró en 1960 el Festival de Ballet que lleva su nombre. Como afirmara el historiador del BNC, Miguel Cabrera, su talento y grandeza propiciaron que los amantes de la danza en el mundo acudieran a su patria.
Gracias al «don aglutinador» que poseía, el evento danzario alcanzó una dimensión extraordinaria, escenario para figuras de renombre que honran en cada edición el poder del ballet y de una compañía Patrimonio Cultural de la Nación.
Sería un pecado no recordar a Alicia Alonso en Giselle, ese rol que asumió con tanta maestría hasta penetrar en la piel de la joven campesina, desde su debut el 2 de noviembre de 1943.
En opinión de Cabrera, la actuación de la famosa intérprete colocó a Cuba en el mapa mundial del ballet, probó que los latinoamericanos podían bailar la herencia clásica, reservada hasta ese momento a las bailarinas eslavas o anglosajonas.
Sus versiones coreográficas de los grandes clásicos gozan de reconocimiento internacional y han sido interpretadas por importantes compañías alrededor del mundo.
Entre los premios y reconocimientos que mereció se encuentra el título de Doctora Honoris Causa por la Universidad de La Habana, la Universidad Politécnica de Valencia, España; y la Universidad de Guadalajara, en México.
A pocas semanas de celebrarse el XXVIII Festival Internacional de Ballet de La Habana Alicia Alonso, del 28 de octubre al 10 de noviembre, se percibirá nuevamente el espíritu de la danza y de una figura eterna en el tiempo, como las verdaderas artistas, que nunca mueren.